Octubre de 2003, días de paro total en la ciudad de El Alto, la consigna de «jamás gas por Chile» hacia eco en los vecinos de dicha ciudad y no se movía nada ni nadie por el paro cívico indefinido, la matanza indiscriminada de campesinos ocurrida en Sorata ordenada por Carlos Sánchez Berzaín con el […]
Octubre de 2003, días de paro total en la ciudad de El Alto, la consigna de «jamás gas por Chile» hacia eco en los vecinos de dicha ciudad y no se movía nada ni nadie por el paro cívico indefinido, la matanza indiscriminada de campesinos ocurrida en Sorata ordenada por Carlos Sánchez Berzaín con el pretexto de rescatar turistas marcaría la dinámica de los días siguientes: el intento de abastecer con combustibles la ciudad de La Paz mediante un convoy militar sembraría la ruta que une las dos ciudades de heridos y muertos.
Octubre de 2005, largas filas de garrafas, desesperación en las personas, bloqueos en mil puntos de la ciudad de El Alto y La Paz, marcan los días presentes, es que no hay gas licuado de petróleo (GLP), combustible que permite cocinar alimentos, el funcionamiento de automotores… pese a poseer la segunda mayor cantidad de reservas de gas natural en Sudamerica, Bolivia y principalmente las dos ciudades sufren dos semanas de desabastecimiento de este energético, el cual posiblemente se propague a otras ciudades.
Octubre de 2003, sucedían días de terror: la intervención militar en Villa Ingenio de la ciudad de El Alto haría correr un río de sangre en fin de semana, las ráfagas de ametralladora, los tiros de fusil, los ayes y pedidos de auxilio y socorro, la impotencia de la gente, era la guerra del gas, sesenta y siete personas serían asesinadas. Dicha acción serviría, según los operadores políticos del régimen gonista, para escarmentar a los alteños rebeldes.
Octubre de 2005, las trasnacionales petroleras han extendido el brazo y los pulgares señalan hacia abajo, el mal ejemplo de los bolivianos, quienes pretender «nacionalizar» sus recursos naturales, debe ser cortado de raíz. La planta refinadora de petróleo de Q’anata ubicada en el departamento de Cochabamba no opera por falta de inversiones, inversiones que tenían que ser realizadas por dichas empresas, quienes aseguran que la nueva Ley de Hidrocarburos que pretende cobrarles el cincuenta por ciento de las ganancias, les impide trabajar. Dicha planta solucionaría el desabastecimiento de GLP, pero no trabaja.
Octubre de 2003, los nadies, los que son solo cifras de la pobreza, los que aguantan esta vida que no es vida, convertirían lamentos en rugidos, el paro cívico indefinido alteño contagiara a mas vecinos, mas ciudades entrarían en paro, las marchas y manifestaciones exigían la renuncia del mandatario que se había manchado las manos de sangre, la clase media ingresaría en huelga de hambre, poco a poco los aliados del gonismo, escaparían del barco que naufragaba.
Octubre de 2005, poco a poco las personas van abriendo los ojos, la mirada ya abarca el horizonte, empiezan a surgir las preguntas incomodas, ¿por qué?, si tenemos tanto gas, ¿por qué sufrimos de escasez de gas?, si las trasnacionales ganan tanto ¿por qué dejan a Bolivia tan poco?, si producir un barril de petróleo cuesta en Bolivia, dos dólares ¿porque nuestros impuestos subvencionan los precios del combustible?. ¿Es que acaso nacimos para perder?.
Octubre de 2003, Gonzalo Sanchez de Lozada (GSL), ofrecía Referéndum para elegir el destino del gas, Asamblea Constituyente para refundar el país, el oro y el moro, pero con cinco mil mineros armados con dinamita en Patacamaya, masas campesinas que pretendían tomar La Paz, los militares atados de manos, la sociedad que ya no lo aguantaba, en completa soledad, Goni renunciaba al poder, dejando muertos y heridos, a una clase política agónica y al neoliberalismo, a quien todos habían cantado loas, herido de muerte.
Octubre de 2005, pese a todo, a cada medida de las petroleras, a la lluvia de dólares para comprar a la clase política boliviana, a ese lento estrangulamiento al pueblo boliviano… lo que pasa en realidad, es que se generan condiciones subjetivas y objetivas para que la medida de la nacionalización de los recursos naturales sea apoyada, respaldada y defendida por todos los bolivianos. Se sufre la derrota en una batalla de la guerra del gas, pero al final, las trasnacionales perderán esta guerra.
La Paz/Chuquiagumarka, 07 de Octubre de 2005.
(*) El autor se encuentra buscando una garrafa de gas.