Actualmente, México figura entre los países más desiguales del mundo. Dicha desigualdad es bastante notable en la brecha de ingresos entre el primer y el décimo decil de hogares, así como en la igual de grave brecha de ingresos entre hombres y mujeres. En este sentido, se ha hablado mucho de la desigualdad en términos salariales, sin embargo, una dimensión menos explorada en la literatura es la referente a la desigualdad financiera, misma que se manifiesta a través de la inclusión o exclusión de los individuos a los servicios que ofrecen los bancos.
¿Alguna vez te han negado un crédito por no cumplir los requisitos solicitados por el banco? O por el contrario, ¿has adquirido un préstamo bancario y te has visto en conflicto al cumplir los pagos por intereses de dicho préstamo? Estás dos condiciones son el pan de cada día de miles de mexicanos, que son víctimas de las prácticas de exclusión y expropiación financiera de las instituciones bancarias.
Bajo un contexto global de estancamiento salarial, los habitantes de los países avanzados han compensado sus bajas remuneraciones laborales a través del crédito que otorgan los bancos. Sin embargo, en el caso de las economías subdesarrolladas, donde los salarios tienden a ser más bajos que en el mundo desarrollado, el acceso al crédito es más limitado, lo que complejiza la compensación de las bajas remuneraciones salariales a través de la adquisición de préstamos bancarios.
La gráfica 1 muestra el porcentaje de mexicanos que han recibido un préstamo de un banco o usado una tarjeta de crédito por nivel de ingresos para 2014 y 2017. Los datos se agrupan en dos conjuntos, en el primero se encuentra el 40% de la población con menores ingresos y en el segundo el 60% con mayores ingresos. De acuerdo con estos datos, podemos identificar que hubo un incremento en el porcentaje de acceso de crédito en los dos grupos, sin embargo, la brecha entre el 40% más pobre y el 60% más rico continúa siendo sumamente grave. Por tanto, la evidencia indica que la población con mayores ingresos tiene más posibilidades de adquirir un préstamo en comparación con los más pobres.
Para el 16% de los mexicanos más pobres que han calificado para recibir un préstamo, el crédito de consumo ha servido para compensar sus bajas remuneraciones, permitiéndoles adquirir bienes que no podrían solventar con su ingreso e incluso, en los casos más extremos, completar para pagar sus gastos cotidianos como el alimento. Sin embargo, el crédito es un arma de doble filo, dado que si bien les permite satisfacer sus necesidades básicas en el corto plazo, los ha vuelto cada vez más dependientes de los bancos, quienes a través de los pagos por intereses, se apropian de una parte de su ingreso mes con mes. A este fenómeno se le conoce como expropiación financiera (Lapavitsas, 2013), una categoría inspirada en el marxismo, que hace referencia a cómo, parte de las ganancias financieras proviene de la apropiación de el ingreso de los individuos. La expropiación financiera que realizan los bancos es un fenómeno global y forma parte de las grandes tendencias que configuran la financiarización.
En México contamos con un enorme sistema financiero con instituciones que van desde los bancos demasiado grandes para quebrar, hasta microfinancieras locales como Compartamos, que aunque en volumen de activos son mucho más pequeños que los primeros, también están involucradas en prácticas de expropiación financiera e incluso cobran mayores intereses que la banca tradicional.
En la gráfica 2 podemos observar la cartera de crédito de consumo vigente de los 5 principales bancos por activos que operan en México, entre los cuales podemos enlistar: BBVA, Santander, Citibanamex, Banorte y HSBC de 2007 a 2018. Las cifras están denominadas en miles de millones de pesos y corresponden a los estados financieros consolidados con subsidiarias disponibles en los boletines estadísticos que reporta la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (2020) en su sitio web. De acuerdo con la gráfica 2, BBVA es el banco que otorga más créditos de consumo en el mercado, con una cartera vigente de 273 mil millones de pesos a diciembre de 2018. En segundo lugar le sigue Citibanamex con una cartera de crédito de consumo vigente de 106 mil millones durante el mismo periodo. Banorte, el único banco nacional de la lista, ocupa el tercer lugar, con una cartera de crédito de consumo vigente de 111 mil millones de pesos a finales de 2018. Si bien Banorte ha ido garrando terreno en cuestión de préstamos otorgados, aún continúa muy por debajo de BBVA, quien ha sido el principal otorgador de créditos de consumo desde 2007.
Con base en estos datos, podemos afirmar que las bajas remuneraciones salariales del 16% de la población más pobre, sumado a la falta de financiamiento al consumo por parte de los bancos mexicanos, ha sido compensada con los préstamos otorgados por los bancos foráneos, quienes desde finales del siglo pasado comenzaron a operar en México.
Por otra parte, la gráfica 3 muestra los ingresos por intereses provenientes de la cartera de crédito de consumo vigente de los 5 principales bancos por activos que operan en México de 2007 a 2018, las cifras están denominadas en millones de pesos y corresponden al valor anual acumulado. Comparando la gráfica 2 y 3, identificamos que BBVA no sólo es el principal proveedor de crédito de consumo, sino que también es el banco con mayor cantidad de ingresos por intereses.
Una vez que hemos identificado a BBVA cómo el principal prestamista en términos de crédito de consumo en México parece conveniente dar un vistazo a su balance para comparar los ingresos provenientes de los préstamos a los hogares en relación con los ingresos derivados de los otros tipos de crédito que ofrece. La gráfica 4 muestra la cartera de crédito vigente y los ingresos por intereses en millones de pesos de BBVA de 2007 a 2018. De acuerdo con estos datos, podemos identificar que el crédito comercial, que consta principalmente de los préstamos otorgados a las empresas, representó la mayor parte del crédito concedido por BBVA durante el periodo analizado. En concreto, durante 2018, el crédito comercial representó el 57.91% de la cartera de crédito total, seguido por el crédito al consumo con 25.03% de la cartera y el crédito a la vivienda con 18.06%. Considerando estos datos, podríamos esperar que los ingresos por intereses provenientes del crédito comercial fueran mayores a los ingresos por intereses derivados de los préstamos al consumo, dada la gran diferencia en proporciones que cada uno de estos representa. Sin embargo, la mayor parte de ingresos por intereses proviene del crédito de consumo, que alcanzaron los 63, 250 millones de pesos en 2018, por encima de los 56,666 millones provenientes del crédito comercial.
De acuerdo con el gráfico anterior, podemos identificar que aunque más de la mitad del crédito que otorga BBVA está destinado a las empresas, la mayor parte de sus ingresos proviene del crédito al consumo, lo cual es un claro ejemplo de como se manifiesta la expropiación financiera en el capitalismo subdesarrollado.
Para terminar, es importante mencionar que la dimensión financiera de la desigualdad es igual de importante que la relacionada a las brechas salariales. Hemos visto cómo en México los más ricos tienen mayores posibilidades de adquirir un préstamo en comparación con los más pobres. Además, el porcentaje de la población de bajos ingresos que logra adquirir un préstamo se ve sometido a los altos pagos por intereses, resultado de las prácticas de expropiación financiera de los grandes bancos.
Referencias
Banco Mundial (2020), Inclusión Financiera Global. Disponible en: https://databank.worldbank.org/source/global-financial-inclusion#
Comisión Nacional Bancaria y de Valores (2020), Portafolio de información. Boletines estadísticos. Disponible en: https://www.cnbv.gob.mx/Paginas/PortafolioDeInformacion.aspxLapavitsas, Costas (2016), Beneficios sin producción. Cómo nos explotan las finanzas, Traficantes de Sueños, Madrid.
Artículos destacados:
Villavicencio, Giovanni (2020), “Controversia en el marxismo contemporáneo: financiarización, capital que devenga interés y capital ficticio”, en Revista Ola Financiera, Vol. 13 (No. 35) Enero-abril. pp. 156-171. Disponible en: http://www.olafinanciera.unam.mx/new_web/35/pdfs/PDF35/VillavicencioOlaFinanciera35.pdf
Villavicencio, Giovanni; Meireles, Monika (2019), “Discusión teórica sobre la financiarización: marxistas, poskeynesianos y en economías subdesarrolladas”, en Revista Ola Financiera, Vol. 12 (No. 32) Enero-abril. pp. 61-112. Disponible en: http://www.olafinanciera.unam.mx/new_web/32/pdfs/PDF32/MeirelesVillavicencioOlaFin32.pdf
Giovanni Villavicencio. Economista por la UNAM.