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La discrecionalidad en la 4T protege a funcionarios culturales

Fuentes: Rebelión

El sello de recibido dice “Función Pública, 04 NOV. 2020, hora 11:50…” en la primera hoja de la denuncia contra servidores públicos de la Secretaría de Cultura y secretarías involucradas hecha por los colectivos culturales Asamblea por las Culturas, No Vivimos del Aplauso y el Movimiento Colectivo por la Cultura y el Arte de México.

Resultado de una denuncia presentada el día 24 de septiembre del año 2020 ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos contra la mentada secretaría por violaciones a nueve artículos constitucionales, reglamentos, leyes y hasta falsedad de declaraciones ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). El 20 de octubre del mismo año la CNDH emitió dos recomendaciones, una dirigida a la Cámara de Diputados para que se volviera a revisar y se modificara el presupuesto de egresos asignado a la cultura, tema que no sobra decir se pasaron por el arco del triunfo. Y la segunda para que la Secretaría de la Función Pública iniciara una investigación contra la SC y la Secretaría de Hacienda. A su vez, la SFP canalizó los expedientes a sus unidades de control interno en la Secretaría de Cultura y también en la Secretaría de Bienestar (omitiendo a la Secretaría de Hacienda) para realizar las investigaciones pertinentes.

Ocho meses después de que los colectivos han estado dando seguimiento, no solo no hay respuesta, sino que se han topado con una serie de anomalías dignas de la memoria histórica del pleistoceno de la burocracia nacional. Documentos internos que resumen y minimizan la denuncia; expedientes perdidos varias veces; omisiones; peloteos dignos de los mejores tiempos del béisbol mexicano; reuniones maratónicas que impiden a los responsables de las áreas responder una llamada; hermetismo en proporcionar información vía telefónica confirmando que los pájaros en los alambres siguen siendo los mismos que cuando existía el CISEN, además con información que es pública porque es una denuncia ciudadana; “el encargado esta en el baño le hablamos en 5 minutos”, “el licenciado que tenía el expediente renunció”, “hoy no viene a trabajar la licenciada”, “ESTAMOS EN PANDEMIA”, para llorar el sistema “anticorrupción” del país y discrecional a tope, aquí solo se investiga a los funcionarios del “conservadurismo” y neoliberales de las administraciones anteriores, a los burócratas de la 4T no se les investiga, siguen trabajando en la impunidad.

A decir de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, la ley le tiene sin cuidado y el mundo y la cultura nacional son miel sobre hojuelas, como lo demuestra constantemente en sendos tweets que parecen escritos por alguna de las focas que aplauden en la pista principal del circo de Palacio Nacional, tweets discriminatorios, clasistas, racistas y además zalameros y serviles a todo lo que se diga en los sermones de Palacio. Una abominable exaltación a la cultura de los pueblos originarios mientras, los patrones de las cortes del poder, en las que cree que vive esta señora, le pasan por encima a los territorios indígenas con megaproyectos de muerte a punta de bala y fuego. Un discurso demagogo de esa vieja escuela priista, rancio y vulgar en redes sociales, que nos cuestan a los mexicanos cientos de miles de pesos y que solo dejan en evidencia y reafirman que el tamaño de la marioneta es proporcional al tamaño de la ignorancia. Pero es una constante de funcionarios comparsas de la 4T que ya desde el principio de su gestión, abrieron un extenso abanico de “ideas” mediocres en su corto y limitado imaginario donde los artistas son “millonarios” y solamente salen en la tele formando la planilla del Chavo del Ocho o la Familia Peluche como manifestó una diputada morenista, que sin pena ni gloria y cuyo nombre ya nadie se acuerda, pasó por la legislatura en blanco y con un costo millonario para México.

La secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, no anda muy apartada con sus dimes, diretes y frases celebres como las del 10 de junio pasado durante la mesa de diálogo “Reflexiones a 10 años de las Reformas Constitucionales en materia de Amparo y Derechos Humanos” frases y declaraciones que rayan en el cinismo: “Combatimos la corrupción estructural que descansa en el abuso del poder…”Ahora se exige que las y los servidores públicos observen un comportamiento digno… “Estamos construyendo mejores medidas de control desde el gobierno federal y desde la Función Pública que prevengan el ejercicio abusivo del servicio público (…) la Función Pública ha construido puentes entre la teoría y la práctica en torno a los Derechos Humanos y en el combate a la corrupción (…) Se impulsa el Derecho Humano a la Buena Administración Pública, como está reconocido en la Carta de los Derechos y Deberes del Ciudadano en Relación con la Administración Pública” y así la letanía…

A pregonar con el ejemplo señora secretaria, porque parece que la Secretaría de la Función Pública esta protegiendo a un secretario de estado y a su camarilla de cómplices en una secretaría estratégica como es la de Cultura, que tiene denuncias hasta por debajo de la mesa; que viola cotidianamente derechos humanos; que terminó de vulnerar a la maltrecha comunidad artística y cultural de esta nación, escondida con la bandera falsa de la izquierda; que viola como si fuera deporte la Constitución del país; que le importan un carajo los derechos de los pueblos originarios y que actúa con evidentes criterios racistas y clasistas; que miente y engaña al pueblo de México y a la comunidad internacional; que viola tratados y convenios internacionales con la UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo; que piensa que el Estatuto de Artista es una ocurrencia de artistas “fifís” y no una demanda histórica.

¿A caso va a ser necesario que la comunidad artística escale con las denuncias y las presente ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero se incluya también ahora a la Función Pública por violar sus propios preceptos y los del poder ejecutivo?