Los dirigentes de las cooperativas mineras operan con una ecuación antinacional: Prefieren aliarse a las transnacionales en contra de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), en lugar de hacerlo con la entidad estatal frente a la explotación foránea. Evo Morales trató de revertir la situación descrita con estas acertadas medidas: Designar al ex sindicalista Guillermo […]
Los dirigentes de las cooperativas mineras operan con una ecuación antinacional: Prefieren aliarse a las transnacionales en contra de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), en lugar de hacerlo con la entidad estatal frente a la explotación foránea. Evo Morales trató de revertir la situación descrita con estas acertadas medidas: Designar al ex sindicalista Guillermo Dalence ministro del sector, re fundar COMIBOL, contratar en calidad de asalariados, a 4000 cooperativistas de Huanuni (Departamento de Oruro, al occidente del país, fronterizo con Chile) e incorporar a la empresa a tres profesionales de trayectoria en la defensa de la minería nacional, los ingenieros Hugo Miranda Rendón, Mario Paulsen Tejada y Narciso Cardozo.
Previamente, tuvo que afrontar, el 5 y 6 de octubre pasados, los luctuosos sucesos del centro minero citado, en el que asalariados y cooperativistas se enfrentaron a bala y dinamitazos, con el saldo de 16 muertos y 80 heridos. Ese fue el precio de los siguientes errores: Nombrar Ministro de Minería, en los primeros nueve meses de su gestión, al cooperativista, Walter Villarroel; no haber esclarecido la participación del inescrupuloso multimillonario, George Soros, en el mega proyecto argentífero de «San Cristóbal» (Departamento de Potosí, al sur de Bolivia, fronterizo con Chile y Argentina), y el no exigir al Ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, que explicara de manera pública el financiamiento que recibió, antes de integrar el gabinete, de la Open Society (de Soros) para su Red de Seguridad y Defensa de América Latina (RESDAL). Dato confirmado por la propia RESDAL (www.resdal.org/about.htm).
La alianza entre cooperativas y transnacionales es muy sólida. En septiembre de 2006, representantes de la Federación Regional de Cooperativistas Mineros de Huanuni viajaron a Inglaterra junto a Jaime Villalobos, representante de la compañía estadounidense Coeur D’elene, para comprar acciones de RBG Resources PLC, a fin de controlar Huanuni. En mayo de 2003, Villalobos y el entonces Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (GSL), propietario de COMSUR, sostuvieron una descomunal pelea por el control de los «pallacos» (depósitos de material clástico) y desmontes de plata de «San Bartolomé», ubicados en el Cerro de Potosí, los que fueron alquilados a cooperativistas, quienes amenazaron con ocupar yacimientos mineros, en aplicación de la «Tesis de Pulacayo», de 1946, escrita por el ultra izquierdista Guillermo Lora, si no se daba la razón a Cours D´elene, que ganó el pleito con apoyo de la Embajada norteamericana. La ecuación contra COMIBOL, con Villalobos o GSL, es muy efectiva.
En la gestión de Villarroel, los intereses de GSL no fueran tocados ni con el pétalo de una rosa. Su yacimiento aurífero «Don Mario», en Santa Cruz (al oriente del país, fronterizo con Brasil y Paraguay), fue supuestamente transferido, en junio de 2002, a la canadiense Orvana Minerals Corporación, dos meses antes de retornar a la presidencia del país. Orvana, filial Bolivia, estaba a cargo, entre otros, de Jaime Urgel y Carlos Garret, quienes trabajaron para COMSUR durante tres décadas. GSL, una vez derrocado el 17-X-03, «transfirió» COMSUR a su ex socio Mark Rich, cuya empresa se llama ahora Glencore, con sede en Suiza, por 200 millones de dólares, según información publicada en Londres. En Bolivia se dijo que la venta fue por 50 millones. Rich, conocido en EEUU como «el gran dragón de la corrupción», fue amnistiado, en enero de 2001, por Bill Clinton, debido a que financió la campaña senatorial de Hilary Clinton, esposa de Bill (ver el libro «La Fortuna del Presidente, de A.Soliz R.)
Glencore continúa ahora con la explotación de Colquiri y Porco, yacimientos de COMIBOL, alquilados a COMSUR, y de «Bolivar», mediante un joint venture. Estos yacimientos, de zinc y plata, principalmente, contribuyeron a forjar la descomunal fortuna de GSL. El objetivo de Glencore es apoderarse de Huanuni y en especial del cerro Posokoni, uno de los emporios de estaño más importantes del mundo. En forma previa, COMSUR compró la fundición de estaño de Vinto (cercana a la ciudad de Oruro), en 6 millones de dólares, inicialmente valuada por COMIBOL en 90 millones. Este andamiaje de saqueo y corrupción comenzó a ser desmontado cuando Miranda, nuevo Presidente Ejecutivo de COMIBOL, destituyó a José Córdoba, el operador de GSL en la empresa estatal.
GSL se relacionó con los cooperativistas al subarrendarles de manera ilegal los parajes más pobres de Porco, a quienes cobraba un alquiler más elevado que el pagado por COMSUR a COMIBOL. La confrontación no ha terminado. En el 2006, las transnacionales exportaron minerales por 1.070 millones de dólares. Para el Estado sólo quedaron cinco millones. Los dirigentes de los cooperativistas, que según Evo Morales, explotan trabajadores como a esclavos, exportaron minerales por 380 millones de dólares y pagaron impuestos por 7 millones. Las cooperativas, además de contaminar el medio ambiente de manera desenfrenada, succionan a COMIBOL con préstamos que no pagan, maquinarias, herramientas y el pago que la empresa estatal tuvo que hacer a nombre de las cooperativas por deudas al seguro social. La ecuación contra el país debe terminar, pero para que ello ocurra se necesita de una COMIBOL transparente, austera y eficiente y que todos los contratos mineros que la empresa estatal suscribió con compañías privadas o cooperativas sean aprobados y autorizados por el Parlamento Nacional, como dispone la Constitución Política del Estado.
Andrés Soliz Rada es ex ministro de Hidrocarburos