A poco menos de tres semanas del encuentro de los líderes del G-20 en la Argentina, el gobierno de Mauricio Macri parece estar preocupado con la imagen que quedará del encuentro. Conocido por sus marchas multitudinarias y por su tradición callejera y contestataria, el país se prepara para dar la malvenida al encuentro del G-20 […]
A poco menos de tres semanas del encuentro de los líderes del G-20 en la Argentina, el gobierno de Mauricio Macri parece estar preocupado con la imagen que quedará del encuentro.
Conocido por sus marchas multitudinarias y por su tradición callejera y contestataria, el país se prepara para dar la malvenida al encuentro del G-20 en un contexto de descontento con las políticas económicas llevadas a cabo por la administración del presidente, anfitrión de la reunión de OMC el año de 2017 y del G-20 este año de 2018.
La Argentina del Ni Una Menos, del No al Alca, del Cacerolazo y de tantas otras movilizaciones, es la misma. Por lo tanto, no es una sorpresa que los movimientos sociales y políticos del país estén organizando protestas que repudian el retorno al Fondo Monetario Internacional y a la reunión del G-20. Sin embargo, el gobierno parece tener poco conocimiento sobre el pueblo argentino.
En las últimas semanas, los medios de comunicación hegemónicos expusieron a las organizaciones que construyen la Cumbre de los Pueblos en respuestas a la agenda del G-20. El espacio conformado por organizaciones territoriales, intelectuales, activistas y organizaciones políticas diversas trabaja desde año pasado y también organizó la Cumbre de los Pueblos el año de 2017 contra la OMC. Las acciones realizadas son talleres, charlas, debates, seminarios y conferencias que tienen por objetivo comprender qué es el G-20 y cuáles son sus impactos en la vida concreta de los pueblos. Todas las actividades son públicas y el grupo cuenta con un equipo especializado en los temas que se están discutiendo en las reuniones del G-20. Producen material didáctico, publicaciones, vídeos y este año el grupo también está desarrollando un trabajo en los territorios, sobre todo en los más afectados por los proyectos de las corporaciones transnacionales.
Asimismo, los medios hablan de posibles hechos de violencia que podrían venir de este espacio, más allá de intentar intimidar a las organizaciones declarando que están sobre vigilancia. La última insólita nota de Infobae sugiere que una de las organizaciones que hace parte de la Confluencia Fuera G-20/FMI -ATTAC Argentina- estaría involucrada en hechos de lavado de dinero, sin ninguna evidencia concreta.
La preocupación de pasar una «buena imagen» del país, en lo cual la seguridad jurídica esté garantizada, es nítida en la militarización del territorio y la persecución a las organizaciones sociales. Así, Macri demuestra tener algún control sobre las insurgencias sociales, Así sea reprimiendo brutalmente, si es necesario. Sin embargo, necesita justificar la represión y ganar respaldo de la opinión pública, y encuentra en los medios hegemónicos el aliado ideal para dibujar el enemigo.
La foto que probablemente estará en las tapas de los periódicos que circularan por el mundo en el próximo 30 de noviembre y 1 de diciembre será la realidad de la Argentina -calles tomadas por el pueblo resistiendo a las políticas que dan la espalda a la necesidad de las mayorías- y esto, por obvio, media docena de calumnias no lo podrán evitar.
Fuente: http://virginiabolten.
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