La actual coyuntura internacional nos obliga a pensar cuales son las aristas del actual proceso de desarrollo capitalista que ya desde 1989 se ha extendido a casi cada ultimo terruño del planeta. La caída del bloque soviético empujo en una primera instancia a los EEUU como pívot mundial hegemónico impulsando el paradigma del neoliberalismo más […]
La actual coyuntura internacional nos obliga a pensar cuales son las aristas del actual proceso de desarrollo capitalista que ya desde 1989 se ha extendido a casi cada ultimo terruño del planeta.
La caída del bloque soviético empujo en una primera instancia a los EEUU como pívot mundial hegemónico impulsando el paradigma del neoliberalismo más allá de sus fronteras pero las sucesivas crisis posteriores en geografías tales como la asiática y la latinoamericana pusieron en cuestión dicha parámetro sumado al ascenso de otras geo potencias tales como China, India y Rusia donde en la actualidad se concentra el crecimiento mundial económico.
Europa sufrió un proceso de crecimiento endogámico al encerrarse en su Unión Europea y establecer ciertas fronteras cautelares en materia de aranceles e ingreso de productos foráneos pero asimismo el fortalecimiento alemán vía acuerdos comerciales con las Bloques anteriormente citados y al integrar a su hinterland la totalidad del mercado europeo generaron su albur económico en particular también gracias a una moneda apreciada en función de sus intereses.
América Latina fue producto de dos grandes procesos políticos por una parte la ola neoliberal de los 90´ que termino por el rechazo popular y la ola populista donde se privilegió la cuestión social, el mercado interno, la re industrialización y la búsqueda de alianzas geopolíticas más allá de las fronteras del continente y en ese sentido las demandas asiáticas de materias primas y colocación de excedentes financieros fueron su punto neural.
El continente pese a ciertas dificultades intento integrarse más en lo político que en lo económico vía los acuerdos entre los ex presidentes Chávez, Kirchner y Lula a los que se sumó Correa, Morales y Mujica bajo el mando de la Patria Grande Latinoamericana. Los resultados no fueron los esperados según afirmo Mujica en una conferencia en Buenos Aires por una serie de trabas burocráticas e intereses diversos entre los dos grandes países latinoamericanos pero en vistas quedo la impronta integracionista en la mente de la progresía regional.
El triunfo de Trump y Macri y el proceso destituyen te brasileño intentan re establecer al continente bajo el anterior influjo estadounidense asestando un golpe neoliberal en la región bajo acuerdos comerciales y de seguridad donde los EEUU sean el nuevo hegemon regional abandonando sea dicho de paso las reformas establecidas previamente por los gobiernos progresistas.
Asimismo la situación europea – que en términos comerciales argentinos no supera el 15% de sus exportaciones pero que presenta un cadiz político relevante para las relaciones entre los bloques – se halla en discusión del desarrollo de su proceso neoliberal donde la antigua socialdemocracia y su alianza con los sectores trabajadores y populares comienza a avanzar en países como España, Reino Unido, Portugal y levemente en Francia con programas de cobertura del mercado interno, la re distribución del ingreso vía reformas impositivas que graven a los sectores mas concentrados y una mayor cobertura social, retomando los viejos parámetros de su estructura.
Hoy es necesario re pensar el legado de Keynes para comprender los procesos económicos del actual capitalismo como así también la versión aggiornada del peronismo de la mano del Papa Francisco uno de los pocos actores mundiales que pone el acento en los grandes procesos geopolíticos y en la desigualdad reinante.
También los ciudadanos a través de los procesos electorales sufragan según sus propios intereses y no tan perceptivamente ante el interés general dado el todavía legado individualista tiene un peso relevante, tienen un peso relevante en esta contienda.
Las transformaciones de los últimos 12 años en la Argentina son la cabal muestra de que la necesaria voluntad política y el acompañamiento de la población a dichas reformas fueron clave para entender el donde estamos y el hacia dónde vamos pues la memoria histórica de las mayorías puede ser más fuerte que las improntas reaccionarias.
Dijo un ex presidente «soy un hombre pre moderno» antes de asumir su cargo y desde dicha concepción filosófica emprendió su gesta política y desde allí miro al mundo e inserto a un país.
¡Gracias Ricardo Rouvier!
Ezequiel Beer. Geógrafo UBA / Analista Politico
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.