Educación, salud, e igualdad de oportunidades de género, tres parámetros que son útiles para medir el desarrollo de la situación de la mujer en Bolivia, país donde sus desgracias y las de los pueblos marginados se han mezclado hasta ser casi una sola historia, que, empero, también cuenta de glorias. Desde el Estado, esta vez […]
Educación, salud, e igualdad de oportunidades de género, tres parámetros que son útiles para medir el desarrollo de la situación de la mujer en Bolivia, país donde sus desgracias y las de los pueblos marginados se han mezclado hasta ser casi una sola historia, que, empero, también cuenta de glorias. Desde el Estado, esta vez plurinacional, se impulsan políticas que buscan su emancipación, políticas cuyo impacto aún está por evaluarse pero que innegablemente representan un paso adelante.
Al inicio de esta semana se celebró en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, proclamado 100 años atrás por Clara Zetkin, radical comunista alemana que militó en la Liga Espartaco junto a leyendas como Rosa Luxemburgo, otra política destacada de principios del siglo XX.
Ya antes de Marx, la explotación que sufrían obreros y obreras había indignado a Flora Tristán, feminista nacida en 1803 que inspiró con sus escritos al padre del socialismo científico, que se refería a ella como una «precursora de altos ideales nobles». El feminismo como movimiento efectivo de transformación social nace aquí, con la crítica al capitalismo.
En pie de guerra
En Bolivia, país conocido por su machismo -entendiendo esto como cultura que asigna roles preconcebidos a hombres y mujeres, poniendo a los primeros como dominadores- la historia alberga mujeres que cambiaron su curso, siempre en rebeldía y siempre en batalla, literalmente hablando. Los siguientes ejemplos son solo del periodo de independencia de 1800.
Comenzando por Bartolina Sisa, segunda comandante de las huestes revolucionarias que cercaron la ciudad de La Paz en 1781 buscando la liberación de los pueblos indígenas oprimidos por el yugo español. Es más conocida por haber sido la esposa de Tupac Katari, el máximo líder de este movimiento emancipador, pues la cosmovisión andina, hay que reconocerlo, también coloca a la mujer después del hombre.
A pesar de ello, como hizo notar el presidente Evo Morales en su discurso de conmemoración de esta fecha, «la mujer, junto a los pueblos indígenas, fueron los más marginados en el pasado».
Tiene razón, en este país las desventajas políticas, sociales y de todo tipo han sido sufridas por personas de piel cobriza y doblemente por mujeres de piel cobriza. Las estadísticas de analfabetismo, desempleo y de cualquier mortalidad -infantil, materna, por violencia, etc.-, siempre fueron encabezadas por mujeres.
Pero continuando con la historia, después de Sisa, también contra los españoles peleó Juana Azurduy de Padilla, jefa de una de las guerrillas que lanzaron el primer grito libertario mestizo contra la corona ibérica. Murió en el olvido y la pobreza, ninguno de sus logros y derechos fueron reconocidos por el naciente Estado boliviano, que también excluyo desde el principio a los indígenas, recluyéndolos en el campo, primero en comunidades y luego en feudos, nuevamente en servidumbre.
Después vendrían las mujeres que pelaron con puños, piedras y palos en la guerra de independencia un 27 de mayo de 1817. En su honor se recuerda el día de la Madre boliviana. Eran todas pues, o casi todas, madres de los soldados ya aniquilados por las tropas realistas que resistieron los embistes enemigos en la Coronilla de Cochabamba.
Los logros
Desde que Evo Morales asumió la presidencia llevó a ejecución un conjunto de proyectos que hoy cuentan como avances en la lucha contra la desigualdad de género, la discriminación contra la mujer y el machismo. El Estado Plurinacional de Bolivia, a la par que reconocía los derechos de pueblos históricamente excluidos, también eliminó algunos de los males -no todos- que aquejaban a la población femenina.
El primero de ellos fue el analfabetismo, que afectaba a casi un millón de bolivianos a lo largo del territorio nacional, de los cuales más del 95% eran mujeres. «Debo pedir permiso a mi marido», advertían algunas antes de inscribirse al programa de alfabetización del gobierno Yo Sí Puedo, según facilitadores que usaron este método cubano.
En diciembre de 2008 Bolivia era declarada como el tercer país libre de analfabetismo en la región, luego de Cuba y Venezuela, con ello un paso más en la emancipación femenina.
El bono Juancito Pinto, contra la deserción escolar, podría ser favorable, pues en Bolivia la deserción escolar afecta también a las mujeres casi tanto como a los hombres. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2007 la tasa de abandono escolar en la educación pública en las mujeres es de 5.86% solo en el nivel primario, contra un 6.40% de los hombres.
Lastimosamente el bono fue emitido recién a finales de 2008 y su impacto aún no ha sido evaluado.
En el campo de la salud, la mortalidad materna castigaba a la población rural principalmente. La mortalidad neonatal también era más aguda en niñas que en niños. Así, Bolivia estaba catalogada como uno de los países con mayores tasas de mortalidad materna en el mundo hasta 2003 por el PNUD que reveló en sus estudios que por cada 100.000 nacidos vivos fallecían 390 madres, 693 al año, solo en parto.
Esto llevó al Gobierno a emitir el bono Juana Azurduy de Padilla, de más de 250 dólares que se pagan en cuotas, para combatir estos alarmantes números. Su impacto tampoco ha sido medido hasta la fecha, pero el ex ministro de Salud, Ramiro Tapia, afirmó que gracias a este esfuerzo más madres visitan centros médicos antes y después del parto.
Otro logro importante es el relativo a la participación política, que ahora tiene un carácter paritario. Muestra de ello es la reciente decisión del presidente Morales de nombrar mujeres a la mitad de su gabinete ministerial. «Dependerá de las mujeres lograr mayores espacios en base a su trabajo, preparación y responsabilidad», señaló durante su discurso de festejo de esta fecha, mientras apuntaba con el dedo hacia el cielo, un gesto suyo característico.
Tratando de alejarse de cualquier forma de discriminación positiva -como se conoce a la discriminación que en apariencia es benigna y convaleciente- el Primer Mandatario aclaró que, «no es cuestión de establecer normas y definir que 50 por ciento de los Ministros sean mujeres y la restante mitad hombres, sino que cada una debe ganarse espacio en base a su trabajo al servicio del pueblo».
Así, la primera gestión del presidente indígena y lo que va de la segunda se caracterizan por ser las primeras en la historia democrática de Bolivia donde existen altos niveles de participación política, ocupando más espacios en el Ejecutivo, Legislativo y Judicial que en anteriores gobiernos. Las carteras ministeriales ocupadas por mujeres son de: Justicia, Planificación del Desarrollo, Culturas, Transparencia y Lucha Contra la Corrupción, Defensa Legal del Estado, Salud, Trabajo, Desarrollo Rural, Desarrollo Productivo y el de Medio Ambiente y Agua.
Por hacer
Sin embargo, aún está pendiente la labor de descolonizar de todo machismo las mentes de los y las bolivianas. «La verdad es que en muchos casos es la mujer la machista», observó el Jefe de Estado. Denunciando así un sistema que reproduce desde todas sus instituciones -familia, escuela, trabajo, Estado y más- roles y prejuicios para hombres y mujeres.
La elección de un ex miss Bolivia, Jessica Jordan, como candidata a la gobernación del Beni y ofrecer a Bolivia como sede del próximo concurso Miss Universo, empero, le han valido duras críticas al Gobierno de Evo por parte de movimientos feministas como Mujeres Creando.
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