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Entrevista a la periodista Lilia Torrentera

«La gran enseñanza de Francisco Toledo fue: ‘no debe importarnos el gobierno, no lo tomemos en cuenta para hacer nuestras cosas»

Fuentes: Rebelión/Clarín de Chile

En entrevista con Clarín.cl Lilia Torrentera, fundadora del periódico digital Ciudadanía Express, habla de la tradición cultural que inauguró Francisco Toledo desde el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) «Sabemos que podemos contar con él, que en dado momento de dificultad nos acompañará, donde haya un riesgo para la cultura, para las comunidades, incluso […]

En entrevista con Clarín.cl Lilia Torrentera, fundadora del periódico digital Ciudadanía Express, habla de la tradición cultural que inauguró Francisco Toledo desde el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) «Sabemos que podemos contar con él, que en dado momento de dificultad nos acompañará, donde haya un riesgo para la cultura, para las comunidades, incluso ante un conflicto político, siempre nos está regalando su arte, abriendo espacios culturales, es una especie de tatamandón, un papá en la cosmogonía indígena de Juchitán. Es un privilegio verlo deambular por las calles de Oaxaca, pendiente de todo, tendiéndole la mano a la gente que lo necesita -no sólo a los artistas-, es solidario con los presos políticos de la APPO, con las y los jóvenes que padecen SIDA, con las mujeres reclusas, siempre hemos visto el lado humano de Toledo».

En homenaje por los 70 años de Francisco Toledo, la periodista Lilia Torrentera prepara una cronología con los entretelones del artista visual, y en exclusiva para Clarín.cl continúa describiéndolo: «Sin embargo hemos sido testigos de cómo lo han criminalizado y ofendido por sus rasgos indígenas. Francisco Toledo se ha constituido en una conciencia crítica de Oaxaca, es una autoridad moral. Oaxaca no será la misma sin él, se notará su ausencia. He visto al artista sobreponerse al ataque desde la esfera del poder. La gran enseñanza de Francisco Toledo fue: ‘no debe importarnos el gobierno, no lo tomemos en cuenta para hacer nuestras cosas, no tenemos que esperar que el gobierno nos dé dinero para nuestros proyectos'».

MC.- ¿Cuándo surge el proyecto editorial de Ciudadanía Express?

LT.- Había terminado de trabajar en la Universidad Autónoma de Oaxaca y ante el desempleo decidí iniciar el proyecto de Ciudadanía Express, como un oasis entre el periodismo banal de la televisión y el conservadurismo de la prensa escrita. Me inscribí en un curso sobre Periodismo de Paz, porque en el año 2006 todavía se veían las secuelas -en Oaxaca- del rencor, la confrontación y la violencia de Estado provocó un distanciamiento en la comunidad, y parte de la exacerbación del conflicto político procedió del manejo de los medios de comunicación -periódicos y radiodifusoras locales- y la apología de la violencia gubernamental; así que me dediqué a leer documentos sobre el Periodismo de Paz en Colombia, en resumen es una iniciativa para no ver únicamente la nota roja; yo quería mostrar que Oaxaca no sólo era la violencia del gobierno de Ulises Ruiz, sino demostrar que se hacían cosas importantes desde la cultura popular oaxaqueña, comenzamos informando sobre el quehacer pictórico, editorial, artesanal en las comunidades indígenas, buscando los proyectos para construir ciudadanía.

MC.- Comenzaron a circular por Sudamérica los libros de una editorial oaxaqueña -Almadía-, también es internacionalmente conocida la tradición del artista visual Francisco Toledo, ¿qué otras iniciativas culturares rescatarías de Oaxaca?

LT.- El maestro Francisco Toledo ha sido el motor para que la vida cultural se destaque en Oaxaca, con todas las bibliotecas, galerías, y talleres de artes gráficas que ha fundado; también existen nuevos artistas que se van involucrando con la cuestión social en beneficio de los jóvenes, vemos el cine club El Pochote, o el centro cultural La Curtiduría donde se hacen residencias con el artista visual Demián Flores, recientemente Alejandro Santiago inauguró una galería para darle otra visión a las artes plásticas; es decir, se están haciendo muchísimas cosas en cuanto a cultura y de forma independiente, alejados de los espacios del gobierno del Estado, porque con Ulises Ruiz no hubo una política pública, la Secretaría de Cultura sigue siendo una agencia de colocaciones para los amigos vinculados con los partidos políticos, desde el PRI formaron una burocracia que fue creciendo sexenio tras sexenio y no ven más allá de la Guelaguetza y del turismo arqueológico, no tienen una política cultural que impacte en aspectos vitales, como el fomento a la lectura, la formación de nuevos públicos, no les interesa hacer que los pueblos indígenas presenten sus proyectos; el gobierno no quiere escuchar las nuevas ideas del lenguaje artístico.

En Oaxaca existen 200 colectivos de creadores del arte, 50 son colectivos urbanos, las comunidades indígenas tienen sus propias formas de organización y muchos artistas indígenas están regresando a sus poblaciones. La gran enseñanza de Francisco Toledo fue: «no debe importarnos el gobierno, no lo tomemos en cuenta para hacer nuestras cosas, no tenemos que esperar que el gobierno nos dé dinero para nuestros proyectos».

MC.- Llama la atención que en los museos administrados por el gobierno de Oaxaca te cobran, sin embargo en todos los museos organizados por Francisco Toledo el donativo es voluntario. A diferencia de su propuesta para democratizar el arte, ¿la política cultural del gobierno es darle prioridad al turista extranjero?

LT.- En parte, sí existen convenios con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que los estudiantes oaxaqueños entren gratis a los museos, el grave problema es la falta de una política cultural, ¿cómo integrar todos los esfuerzos que se hacen desde la ciudadanía con lo que debería hacer el gobierno?, siempre habrá un choque, nunca los acuerdos necesarios, faltan consensos, el gobierno no busca acercar a los artistas con la comunidad y los artistas oaxaqueños prefieren alejarse del gobierno; los políticos no ven a la cultura, ni al arte, en su formación no están esas dos palabras: «cultura y arte», son un estorbo, se lamentan de la cultura, los políticos no leen, nos ven como al patito feo.

MC.- Francisco Toledo es un personaje de la mitología oaxaqueña, cualquier museo de arte contemporáneo o universidad daría lo que fuera por invitarlo; Toledo no suele ir a la inauguración de sus exposiciones y ustedes lo tienen deambulando por Oaxaca, ¿cómo lo describirías?

LT.- Te hablaré desde dos perspectivas, como periodista y como su amiga; Francisco Toledo es un símbolo de Oaxaca, sabemos que podemos contar con él, que en dado momento de dificultad nos acompañará, donde haya un riesgo para la cultura, para las comunidades, incluso ante un conflicto político, siempre nos está regalando su arte, abriendo espacios culturales, es una especie de «tatamandón», un papá en la cosmogonía indígena de Juchitán.

MC.- ¿Oaxaca valora lo suficiente a Francisco Toledo?, ¿es un tlatoani y profeta en su tierra?

LT.- Creo que no hemos sido justos ni agradecidos con él, todas y todos deberíamos apoyar los proyectos de Francisco Toledo, porque muchas de sus iniciativas se ven truncadas; falta más sensibilidad de nosotros -los ciudadanos- para comprometernos con la cultura, hay miles de formas para ayudarlo, con donativos en especie, en efectivo o con trabajo comunitario. Es un gran privilegio, pensar que un artista con el prestigio internacional de Francisco Toledo deambula por las calles de Oaxaca, que está pendiente de todo lo que pasa, tendiéndole la mano a la gente que lo necesita -no sólo a los artistas-, es solidario con los presos políticos de la APPO, con las y los jóvenes que padecen SIDA, con las mujeres reclusas, siempre hemos visto el lado humano de Toledo; sin embargo hemos sido testigos de cómo lo han criminalizado y ofendido por sus rasgos indígenas. Francisco Toledo se ha constituido en una conciencia crítica de Oaxaca, es una autoridad moral. Oaxaca no será la misma sin él, se notará su ausencia.

MC.- Francisco Toledo es renuente a conceder entrevistas, ¿de qué forma ejerce su crítica y opinión ante la sociedad oaxaqueña?

LT.- Tiene una diplomacia que ya la quisieran en la cancillería mexicana (risas), Francisco Toledo te dice todo con acciones, por ejemplo ante la contaminación de las baterías desechables, él comenzó -hace 10 años- a poner en funcionamiento un centro de acopio de pilas para reciclarlas; con acciones le da un ejemplo a la ciudadanía de Oaxaca, ha impulsado jornadas de reforestación, no ha claudicado en sus ideales, recordarás cuando Toledo presionó a la trasnacional McDonald’s al punto que no pudieron instalar su venta de hamburguesas y comida chatarra en el centro histórico de Oaxaca; ¿cómo es el dicho de los zapatistas?

MC.- ¿Mandar obedeciendo?

LT.- Exacto, todas las declaraciones y desplegados a los que adhiere Francisco Toledo están respaldados por sus acciones.

MC.- Lilia independientemente de la amistad eres periodista, ¿qué harás con todas las experiencias compartidas con Francisco Toledo?, ¿escribirás su biografía?

LT.- Me gustaría hacer un recuento, nunca una biografía porque a él le molestan; escribiré una cronología, tengo muchísimos años de conocerlo, he vivido muchas cosas con él, he visto al artista sobreponerse al ataque desde la esfera del poder. La gente debe saber puntualmente las cosas que hizo Toledo por la cultura oaxaqueña, para ponerlo en su justa dimensión.

MC.- Pero la cronología es un plano bidimensional, ¿cómo narrar los entretelones de la ficción creada por Francisco Toledo?

LT.- La vida de Francisco Toledo es una novela, no sería justo escribirla; basta con sus grabados, esculturas, mosaicos, papalotes y esculturas.

MC.-Finalmente, ¿cuál sería la moraleja de la zoología fantástica de Toledo?

LT.- El amor por su tierra y serle fiel a la imaginación, Toledo nos entregó todo, él siempre dice: «¿qué me voy a llevar cuando me muera?, nada, por eso voy a deshacerme de todo lo que tengo y de todo lo que sueño».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.