La elevación de los precios de consumo y servicios y, en especial, de los de la canasta familiar en Bolivia desde el año 2022, obedece a razones internas (bolivianas y no importadas). La responsabilidad del gobierno de Arce Catacora, al alcanzar el 5% de inflación acumulada al tercer mes del 2025, representa, cerca del 70% de lo proyectado por el propio gobierno en el Presupuesto General del Estado del 2025 (7.5%). La inflación acumulada (interanual) de 14.6% se queda chica ante la inflación de los alimentos y bebidas no alcohólicas que llegaron al 25% que afecta más a los sectores populares. ¿Hubo un “descuido” ?, ¿Tal como se achacó a Evo Morales por la falta diésel y gasolina, cuando Arce Catacora como primera autoridad de la economía nacional, como Ministro de Economía de las gestiones anteriores, era el filtro y responsable año tras año de la revisión de los presupuestos de gastos e inversión de todos los ministerios y entidades del Estado y guardián del equilibrio fiscal? Vaya incongruencia y falto de ética.
Como refirieron todos los análisis que se realizaron sobre la espiral inflacionaria en el país, como están las cosas, se puede vislumbrar una inflación que alcance los 15 a 18% o más para fin de año.
Entonces:
1. La primera constatación, es el gran daño que se está causando a la economía de las grandes mayorías, a la economía del pueblo trabajador, al pueblo que tiene limitados ingresos económicos, a las amas de casa que deben hacer artificios para proveer alimentación a sus familias. Estas grandes mayorías vienen soportando la perforación de su capacidad de compra al mismo tiempo que las justificaciones del gobierno son cada vez más recurrentes en la mentira y la demagogia. Sin empacho se vocifera que se está gobernando a favor del pueblo. El discurso vacío de Arce y sus ministros, semana tras semana fue perdiendo su eco para sumergirse en el vacío, pues ya nadie cree lo que escucha. De ahí su gran orfandad y ausencia de apoyo social, salvo los dirigentes prebéndales.
2. Las razones (causas) del brote inflacionario, que no se dio de la noche a la mañana o por el “descuido” involuntario, sin que autoridad pueda frenar, es responsabilidad exclusiva del gobierno de Arce Catacora. El mal manejo de la economía, creando incertidumbre, el contrabando, el agio y especulación, provocó la crisis; no se enfrentó como debió ser, tocando los intereses de las clases dominantes y adineradas de la agroindustria particularmente, afectando los intereses de los que contribuyeron a crearla y que hoy activamente aceleran la agudización de la inestabilidad económica del país.
La escasez de dólares y la pérdida del valor de la divisa es el detonante que causa el desabastecimiento general; la escasez de hidrocarburos provoca una crisis de la producción interna, una presión sobre los productos básicos y la política monetaria expansiva (introducción al mercado de moneda sin respaldo) para financiar el déficit fiscal, todas ellas, conforman la coyuntura económica que se eleva en espiral que el gobierno del presidente Arce trata de desmentir, ocultando o restándole importancia. Lo real es que los precios elevados no volverán a su nivel anterior.
Estas razones de acción e inacción económica como la no aplicación que planteamos como Red de Economía Política (septiembre 2024) para implementar de inmediato el “Control del Comercio Exterior” o “Control de divisas”, para que los exportadores, TODOS, introduzcan en el Banco Central de Bolivia (BCB) el valor de sus exportaciones, no solo porque esos recurso exportados fueron favorecidos con subvenciones varias y otros beneficios, sino, porque esa política de control de lo que se extrae del país, debe regresar al país y no quedarse en cuentas del exterior. Amén de que esos dólares están regresando al mercado negro. ¿Será posible que no exista Estado ante tal canallada de la oligarquía agroindustrial, minera y financiera?
3. La economía no es solo economía. Es economía política, fundamentalmente. De donde la posición política de la derecha boliviana en todos sus matices parapetada en la Banca Privada, empresarios exportadores, en los Medios de Comunicación, en el Parlamento, en los Partidos Políticos, han gestionado durante estos años su contribución a la inflación ascendente. Atizar la incertidumbre económica y política fue y sigue siendo una de sus tácticas y el ocultamiento de la producción para elevar los precios en el mercado interno están contribuyendo al malestar de la economía.
En su cinismo, la derecha económica y política no solo quiere liquidar al gobierno de Arce entrampándolo sino, lo dijeron sus candidatos electorales, quieren ir por el Estado Plurinacional, por el Modelo Económico que desgraciadamente se estancó en el primer año de la gestión de Arce y por la vuelta de la República excluyente.
Con estos conspiradores de la oligarquía y sus instrumentos, el gobierno de Arce firmó 27 puntos, en acuerdos que dieron a esa oligarquía la iniciativa para tomar medidas que frenen la gestión económica y puedan boicotear el proceso de cambio. Hoy estos sectores retrógrados que no meten sus dólares a la economía boliviana, tienen la complacencia del gobierno que es incapaz de afectar los intereses de los banqueros, cooperativistas mineros del oro, agroindustriales y, precisamente, es a quienes debe afectarse.
Hacia el movimiento popular, Arce Catacora jugó a la estrategia de defenestrar al líder indígena, vía la división y prebendalización de la dirigencia de las organizaciones sociales desde el inicio de su gestión; incluso dividiendo a la Asamblea Legislativa, interviniendo en el normal funcionamiento de los órganos del Estado, colaborando con la auto prorroga de los mafiosos del Tribunal Constitucional y adormeciendo al Tribunal Supremo Electoral.
4. La única salida patriótica a la inflación y crisis económica es por la izquierda. ¡Control de divisas ya!; transparentar las cuentas y saldos en divisas de la Banca Privada; levantar la subvención de los combustibles para la agroindustria, minería mediana, producción privada no relacionada con la alimentación; reducción drástica de la importación de vehículos y bienes de lujo; reducir gastos del Estado en viajes, celulares corporativos, auto propaganda del gobierno y otros.
No hay que retroceder ni un milímetro en la presencia del Estado en la economía. No dar lugar a los cantos libertarios de la ultraderecha, que en los hechos están haciendo uso y abuso de Estado como en la Argentina para implementar medidas neoliberales y antinacionales, como se hizo siempre en este y otros continentes. Despotrican contra el Estado, pero usan ese Estado para imponer sus intereses de clase. Lo que ratifica que el Estado no deja nunca de estar al servicio de los intereses de clase que está encaramado en el poder. Cuando son los intereses populares los que están en el poder, ese Estado debe servir para gobernar en función de los intereses del pueblo. No se puede hacer otra cosa!!
5. Finalmente, ante la indecisión del gobierno de Arce Catacora, la unidad del campo popular en la lucha por la defensa de la economía popular de los más necesitados, es la única salida consecuente. La “Marcha para Salvar Bolivia” iniciada en septiembre del año pasado debió y debe concluir en la conformación de Comités de Defensa de la Economía Popular, en los municipios, en los barrios, en los sindicatos y en todos los lugares donde se respire aires de rebeldía y consecuencia. Comités populares que defiendan el poder adquisitivo de los salarios, las fuentes laborales y la economía del país; conformada por el movimiento campesino, urbano, amas de casa, trabajadores, juntas vecinales, obreros y pueblo en general y no por los impostores de los Comités Cívicos.
Políticamente, electoralmente, esta base social popular campesina y urbana, deben también definir su voto a la hora de elegir en agosto, no dejándose confundir con los politiqueros de la derecha que proclamaban hace meses la necesidad de “renovación”, ¡¡pero vean la generación de sus candidatos!!!
Mucha batalla aún debe librar el movimiento popular hasta recuperar el extraviado Proceso de Cambio.
RED DE ECONOMÍA POLÍTICA
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