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Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos

La lucha por controlar una mayor cantidad de eslabones de la cadena productiva

Fuentes: Indymedia Bolivia

La Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de las 4 Provincias del Norte en el Departamento de Santa Cruz, creó la OCANI que se encargará de organizar la actividad económica. La batalla política-sincial contra la oligarquía logiera que se inició hace seis años cuando los campesinos tomaron la sede controlada por empresarios y emeneristas, se […]

La Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de las 4 Provincias del Norte en el Departamento de Santa Cruz, creó la OCANI que se encargará de organizar la actividad económica. La batalla política-sincial contra la oligarquía logiera que se inició hace seis años cuando los campesinos tomaron la sede controlada por empresarios y emeneristas, se traslada al ámbito económico, es una lucha por controlar una mayor cantidad de eslabones de la cadena productiva que actualmente sirven como canales de explotación de los empresarios vía CAO, ANAPO, CAINCO y otras, a los campesinos.

La batalla no es fácil, y la iniciativa es totalmente autónoma, pero la voluntad y organización pueden trasladar los triunfos políticos y territoriales a nivel de la economía. Es un intento por controlar la economía desde una esfera política autogestionada para reducir la explotación y limitar el poder económico de la élite que se origina en la explotación a estos sectores y la entrega de los recursos naturales.

La que aquella vez se llamaba Federación Especial de Campesinos controlada por las logias vinculadas a ingenios azucareros y los infaltables partidos políticos corruptos como el MNR, fue tomada de sorpresa por más de 150 campesinos de las 4 provincias del Norte, que bajaron de camiones encarpados para hacer suyo, lo que a nombre de ellos controlaban los dueños del poder. Antes de la toma, habían dos guardias de seguridad contratados por esas logias, instruidos para no dejar ingresar a ningún campesino que quisiera reclamar sus derechos, podían entrar a dejar sus aportes, pero nada más.

Desde hace seis años la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos, funciona para que los campesinos de los sindicatos y comunidades de las 4 provincias, se organicen en el plano político y sindical, como por ejemplo, ayuda a sus afiliados a solucionar problemas en la titulación tierras, abusos cometidos por el Estado contra los campesinos, realiza talleres sobre temas políticos coyunturales, realiza programas de alfabetización, gestiona y demanda proyectos al gobierno para el beneficio de las bases.

Las plaquetas de las organizaciones de los empresarios y logieros fueron quitadas de la pared, como despidiéndose junto a sus personificaciones vivas que también fueron expulsados. También, el tinglado que cubre el salón de reuniones, cambió profundamente la imagen de aquel edificio. Los cambios externos expresaban cambios más profundos, pues un nuevo rumbo iba tomando cauce al interior de las subjetividades de quienes componen los sindicatos y comunidades agrarias: empezaron a creer en ellos mismos en tanto colectivo, empezaron a creer en su trabajo, reclamando sus derechos, pero sobretodo, confiando en su fuerza organizativa. Empezaron a tomar su destino y su organización en sus manos, aquellos que en esta región fueron excluidos por las políticas agrarias nacionales dejándoles poca tierra ya que la mayoría tiene 50 hectáreas y sólo unos cuántos llegan a tener hasta 500, en oposición a aquellos grandes latifundistas nacionales y extranjeros que poseen hasta 116.000 hectáreas.

En octubre del 2003, las comunidades campesinas sindicales y no sindicales, se organizaron por instructivo de la Federación para realizar los bloqueos en el puente Chané en la Provincia Santiesteban, toma de pozos en las Provincias Sara e Ichilo en los campos petroleros Patujusal y Puesto Víbora respectivamente, y sobretodo con la marcha de las 4 provincias que llegó a la plaza principal de Santa Cruz a pesar de las amenazas y de los golpes que recibieron de los cruceñistas. En mayo-junio del 2005, se volvieron a movilizar en la toma de pozos exigiendo la nacionalización y Asamblea Constituyente.

Para romper los eslabones económicos de la explotación

Ahora la Federación, ha decidido también organizarse en lo económico para cortar cada uno de los eslabones que controlan los agroempresarios, nacionales y extranjeros, con los cuales exprimen el trabajo de los campesinos que operan en la producción y venta de sus productos a escala familiar-individual. Se creo la Organización Campesina Agropecuaria del Norte Integrado, como brazo económico de la Federación de las 4 provincias, las comisiones ya iniciaron su trabajo destinado a controlar más eslabones de la cadena productiva que sólo beneficia en la actualidad de los grandes empresarios.

Por ejemplo, en la producción de arroz se gastan 120 dólares en chaqueo de una hectárea, 20 dólares en la basureada que es el retiro de los palos quemados, 13 dólares en la siembra, 30 dólares en fumigadas sin tomar en cuenta el costo del trabajo, 75 dólares en la segada, 20 dólares en la despicada o pisada del arroz, el flete mínimo de transporte es de 100 dólares, la semilla la pone el mismo productor pero tiene un costo aproximado de 15 dólares, es decir el costo total de las 22 fanegas de arroz es de 393 dólares que se vende a 440 a los ingenios que pelan el arroz, lo acopian y lo venden al mercado interno y externo. Sólo le quedan al productor 47 dólares para vivir durante todo el año de esa hectárea, mientras que el ingenio de esa hectárea saca 44 quintales de arroz que los vende en aproximadamente 170 bs cada uno, con lo que el ingenio obtiene 935 dólares en total, menos los 440 pagados al productor le quedan 495 dólares de ganancia neta, a la que se suma el afrecho y la polilla o arrocillo, que también se lo quedan y aprovechan los ingenios.

Lo mismo sucede con la soya. Todas las políticas gubernamentales y el apoyo financiero es orientado a potenciar a los grandes empresarios «agroindustriales» que exportan soya, sin tomar en cuenta que la mayor proporción de esa soya exportada es producida por los pequeños productores, que también reciben un precio mínimo por los «agroacopiadores» y por tanto, son explotados. Lo mismo sucede con el maíz, las hortalizas, la ganadería y la pecuaria en general.

Se extiende lo político a lo económico en la organización

La tarea es inmensa y las condiciones materiales son pocas, pues esa lucha que se inicio en el ámbito político y sindical contra la oligarquía, ahora se traslada al terreno económico. La iniciativa es propia, no interviene el gobierno ni las ONGs, por eso precisamente es una iniciativa realmente, autónoma, o en otras palabras, política. Marchan por esta senda cargados de su experiencia sindical, trasladando las estructuras sindicales a su organización económica, pero la voluntad y organización son tan grandes, que esto no es un impedimento para que su participación en el mercado para controlar algunos aspectos que estaban enajenados, les puedan traer beneficios, incluso, podrían convertirse en su principal ventaja. Tal vez por esto alguien, en algún lugar lejano, dijo que «la política no es más que economía concentrada».