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La muerte como política

Fuentes: Rebelión

Se va volviendo común para los gobiernos federales realizar matanzas al aire libre y con plena luz, aquella simulación nocturna que engañaba a los ciegos es olvidada, ya el cinismo es pasado, ahora la cara fascista del sistema mexicano se expresa sin tapujos, balas y cartuchos, muertos y heridos, de sangre es la democracia, manchas […]


Se va volviendo común para los gobiernos federales realizar matanzas al aire libre y con plena luz, aquella simulación nocturna que engañaba a los ciegos es olvidada, ya el cinismo es pasado, ahora la cara fascista del sistema mexicano se expresa sin tapujos, balas y cartuchos, muertos y heridos, de sangre es la democracia, manchas que no se borran pero tampoco trascienden mientras la sociedad general se mantenga paralizad viendo por la televisión un episodio más de nuestra realidad violenta. Hoy ha tocado el turno de resistir la brutalidad gubernamental al pueblo de oaxaqueño, digno siempre, en el mismo año en que la APPO cumple diez. Cuando estas líneas se escriben van al menos tres asesinados y decenas de heridos, junto a los presos políticos. Están inhumano el poder que se obstaculiza el hospital militarizándolo para que no sean atendidos los heridos.

Banderas y consignas, Atenco, Ayotzinapa y un poco más de Tlatelolco, se agrega una página más a la infamia, de sangre es la firma de nuestra democracia, ¿cómo no sentir que la ira consume si de la muerte han hecho una burla?, es tan grande el miedo que sienten que arremeten en domingo, en una comunidad apartada, perverso, siniestro, la lógica del poder no sabe de pudores, son rabiosos como jauría ante la presa, disparan balas de olvida y el pueblo pone el pecho de la dignidad.

La población de Nochixtlán en el estado de Oaxaca, resiste a la masacre, no son palabras exageradas, véanse las imágenes antes que la censura llegue, mírese bien los rifles y metralletas, los trajes de armadura, véanse los impactos en los cuerpos y el silencio del caído, los casquillos evidencian la represión, ¿por qué si la llamada reforma educativa es a favor de la educación tiene tanta resistencia en quienes llevan a cabo esa educación?, respuesta simple, nada de educativo se ha reformado, ya se ha dicho, esto es un ataque al derecho laboral, ahora es también un ataque a la vida.

No venga la censura a querer callar lo que es obvio, los ojos de la dignidad miran con rabia la fiesta del poder, banquete en el día del padre, se sirven en grande, hay en ellos odio contra el pueblo, en nosotros la justa y digna rabia que nos mueve. En el piso ensangrentado están las caretas, esas que se ponen en los discursos del progreso, cuando anuncian que la educación avanza, el magisterio es el actor social más relevante del último siglo, en él está la esperanza, en él renace en cada aula empobrecida la llama de la utopía, transformar la educación es transformar todo el orden social del país.

La pobreza en que se vive, las mentiras con que se gobierna, son dos polos contrapuestos que de nuevo explotan y se desbordan, la resistencia del magisterio debe entenderse no únicamente como la defensa de la educación pública, su resistencia, es la resistencia contra todo un sistema que excluye, explota, margina, divide y reprime, resistir no es terquedad ni arcaísmo, es vida y justicia, no podemos seguir permitiendo tales hechos, hay que romper esta lógica del poder, acabar con la permanente daga que se clava en el corazón de nuestra sociedad, el maestro que sale a luchar, lucha por sí mismo, pero también por los niños y los jóvenes, por las amas de casa y los trabajadores, la educación es el pilar, por ello, están importante esta resistencia, el dominio se sustenta en la hegemonía, la hegemonía se impone a través de los medios de comunicación, por eso, el pueblo olvida, la indignación de hoy es perecedera si permitimos que se olvide, no puede haber perdón ni olvido.

Los pájaros de hierro sobrevuelan tirando gases, armas mortales, estado de guerra, escenas de violencia estatal, vendrá la criminalización ridícula contra el magisterio, ¿acaso pueden las consignas detener las balas?, se hablará de enfrentamientos, ¿cómo enfrentar las armas del odio?, no hay claudicaciones, no las puede haber, callar en estos casos no es una forma de decir, las plumas de los escritores e intelectuales deben plasmar la rabia de un pueblo masacrado, que no se queda callado nadie, a menos que se sienta a gusto con la sinrazón.

El magisterio resiste, se moviliza, se exige el cese a la represión, castigo a los culpables, a los asesinos, libertad a los presos y justicia para el pueblo, Oaxaca es de nuevo la trinchera digna, toca ahora a la sociedad mexicana poner fin a tanta impunidad, a esta política de muerte que pretende eliminarnos si no nos conformamos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.