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La muerte interminable

Fuentes: La Jornada

Entre el 2 y el 4 de  mayo fueron arteramente asesinados tres activistas indígenas. El primero fue Telésforo Santiago Enríquez, zapoteco de San Agustín Loxicha. Los otros dos, José Lucio Bartolo Faustino y Modesto Verales Sebastián, eran nahuas de Guerrero. Ellos son las últimas cuentas de un macabro collar enhebrado con los cuerpos sin vida […]

Entre el 2 y el 4 de  mayo fueron arteramente asesinados tres activistas indígenas. El primero fue Telésforo Santiago Enríquez, zapoteco de San Agustín Loxicha. Los otros dos, José Lucio Bartolo Faustino y Modesto Verales Sebastián, eran nahuas de Guerrero. Ellos son las últimas cuentas de un macabro collar enhebrado con los cuerpos sin vida de decenas de luchadores sociales pobres, ambientalistas, educadores populares y comunicadores ligados a radios comunitarias.

Telésforo Santiago era maestro jubilado. Fue parte de la Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca (Cmpio), una asociación ejemplar de maestros indígenas, en su mayoría de nivel prescolar y primaria, que trabajan en la aplicación de proyectos de formación docente y programas bilingües. Perteneció a la delegación sindical D-I-211, de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Fue Supervisor del Plan Piloto Miahuatlán. Desde 1987, han sido asesinados ocho profesores de la Cmpio.

Telésforo fue perseguido político del gobernador Diódoro Carrasco. La región de los Loxicha fue severamente reprimida entre 1996 y 1997. Más de 150 habitantes fueron encarcelados (muchos torturados) acusados de pertenecer al EPR.

El maestro Santiago Enríquez vivió una temporada en Estados Unidos. Probablemente allí se familiarizó con las radios comunitarias. En su natal San Agustín Loxicha fundó una, Estéreo Cafetal La Voz Zapoteca, en la que programaba danzas y sones de la región, música de protesta, el ¡Venceremos!, de la Unidad Popular, o a Celso Piña interpretando Macondo, mientras hablaba sobre la devastación ambiental, la política energética, la gastronomía local, la defensa de la tierra y la lengua o el movimiento magisterial. Competía con otra estación, La Tejonera, que transmitía música arrecha de la Costa y narcocorridos.

En 2008, los habitantes de Loxicha lograron nombrar sus autoridades mediante usos y costumbres. El 5 de abril de 2016 fue ejecutado en San Pedro Pochutla el profesor Baldomero Enríquez Santiago, ex preso político, luchador social y candidato a la alcaldía. Y, en noviembre de 2017, el equipo al que pertenecía Telésforo, ganó la alcaldía, al cacicazgo de Óscar Valencia Ramírez, señor de horca y cuchillo.

El maestro Telésforo iba a ser parte del cabildo que se elegirá en San Agustín entre septiembre y noviembre próximos. El pasado 2 de mayo fue ultimado con disparos en el rostro y en el cuello. Es uno de los tres profesores asesinados en menos de 60 días en el sector Miahutlán.

Dos días después, en Chilapa, Guerrero, a 775 kilómetros de donde ultimaron a Telésforo, en Chilapa, le quitaron la vida a José Lucio Bartolo Faustino y Modesto Verales Sebastián, promotores del Concejo Indígena y Popular de Guerrero Emiliano Zapata (Cipog-EZ). Los dos fueron defensores de su territorios y cultura, y constructores de la autonomía en sus comunidades. Participaron el Congreso Nacional Indígena (CNI), en la formación del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y coordinaron la recabación de firmas por Marichuy en su región.

El día de su homicidio habían participado en una reunión en Chilpancingo, con el objeto de coordinar movilizaciones para exigir a diversas dependencias estatales y federales solución a sus demandas sociales y políticas. De regreso a su comunidad fueron interceptados por grupos armados que los persiguieron y ejecutaron, en Chilapa.

El Cipog-EZ ha resistido a los grupos narcoparamilitares de Los Ardillos y Los Rojos, que con el apoyo de autoridades gubernamentales, policías y Ejército, presionan a las comunidades para que siembren maíz rojo, como se conoce a la amapola en la región. Aunque llevan años denunciando este acoso, las autoridades han hecho oídos sordos.

El Cipog-EZ se fundó en 2008, muy cerca de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores del Sistema Comunitario de Seguridad y Justicia. Sus orígenes se remontan a la lucha de los pueblos na savi, me’pháá, nahua y ñamnkué, quienes desde 1992 comenzaron a pelear por su derecho a la autonomía y libre determinación y formaron el Consejo Guerrerense 500 años de Resistencia.

La Cipog-EZ promueve la Radio Zapata 94.1 FM, espacio para la reflexión en lenguas indígenas y transmitir la música de la región. Impulsa también la creación de centros de saberes para la formación política, técnica y cultural de promotores que fomenten el pensamiento comunitario. Busca ser facilitador para la organización y el ejercicio del derecho colectivo.

Los centros de saberes son una propuesta educativa para resolver en colectivo y de manera autogestiva sus demandas y necesidades: seguridad y justicia, defensa del territorio, alimentación, producción y mercado interno, información, educación y salud comunitaria. Para rescatar su cultura, su memoria y la experiencia de sus comunidades.

Desgraciadamente, estos crímenes de activistas indígenas no son los únicos cometidos en los últimos meses en el país. En Morelos sigue sin esclarecerse el homicidio del ambientalista y radiofonista Samir Flores. Y, en Oaxaca, no hay avances en los casos de los cinco asesinatos contra integrantes de Codedi y las tres ejecuciones de miembros de Oidho, Ucio-EZ y Apiidtt.

Twitter: @lhan55

Fuente: http://www.jornada.com.mx/2019/05/07/opinion/014a2pol