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Asumir responsabilidades, compromiso con el pueblo

La necesidad de transformar la indignación en organización

Fuentes: FRAGUA

Hoy en día hay muchas cosas que nos pueden indignar: el maltrato a los animales, la subida de precios de los alimentos, los aumentos en costo del transporte público, la mala planeación de la ciudad, los crímenes de Estado, etcétera. Lamentablemente, muchas veces nos quedamos con nuestra indignación, nos la guardamos, o buscamos salidas medio […]

Hoy en día hay muchas cosas que nos pueden indignar: el maltrato a los animales, la subida de precios de los alimentos, los aumentos en costo del transporte público, la mala planeación de la ciudad, los crímenes de Estado, etcétera. Lamentablemente, muchas veces nos quedamos con nuestra indignación, nos la guardamos, o buscamos salidas medio o nada organizadas, como la caridad o asistir a una marcha a gritar mucho, pero sin ir más allá.

Para muestra basta un botón: ante los sucesos del 26 de septiembre de 2014 muchos nos movilizamos. En los primeros meses se respiraba un gran aire de indignación y una multitud que impulsaba la demanda de justicia; con el paso del tiempo, ya no había tanta gente en las marchas, hasta que se cumplió un año de los hechos y esa indignación espontánea se transformó en otra fecha que año con año servirá para movilizarnos y desahogarnos.

Sin embargo, como organización planteamos que esas acciones y movilizaciones casi siempre suelen formar parte de lo que, en términos leninistas, se conoce como métodos artesanales de trabajo, pues no existe una planeación en torno a objetivos concretos: todos quieren hacer todo, menos asumir responsabilidades. De esta manera, tenemos a la cola de las movilizaciones a una y mil organizaciones que al ver un leve empuje intentarán dirigir la coyuntura pero que, al fracasar, no se harán responsables de los resultados (ni de los presos o reprimidos). Así, es más fácil para el sistema eliminar o debilitar a los movimientos populares, pues no se avanza en la verdadera organización del pueblo.

Si bien estos fracasos siempre quedarán como experiencia para futuras luchas, esos mismos que llevaron al declive a los movimientos volverán a repetir su error y lo harán porque no tienen la costumbre de reflexionar acerca de lo que hacen, dejándose llevar por la espontaneidad de los sucesos antes de pensar en cómo convertir esa espontaneidad en una permanente organización con objetivos claros.

La Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), desde su nacimiento, ha propuesto la organización permanente e independiente como la forma más apta para realizar aquella lucha de manera eficaz y certera contra los atropellos que hoy se llevan a cabo como los abusos laborales, el mal uso del presupuesto público o la aplicación a fuerza de macanas de las doce reformas neoliberales. Ante todo ello decimos y lo seguiremos haciendo: Organicémonos. Pareceremos disco rayado, pero es una realidad que muchos quieren negar y que vivimos a diario.

Suena fácil organizarse, pero ¿en torno a qué? Como OLEP proponemos la organización para alcanzar el socialismo, el cual es un sistema económico y social en el cual el Estado toma el control de los medios de producción (fábricas, tierras, etc.) y que busca la colectivización de éstos. Hoy cientos de obreros, campesinos y jornaleros trabajan tierras que no son de ellos, que le pertenecen a una persona o a una gran empresa. En el socialismo se quitará esa fábrica al burgués y junto a los trabajadores se controlará la fábrica y serán los propios trabajadores quienes decidirán qué, cuándo y cuánto se produce según las necesidades de la mayoría.

Contrario a lo que luego escuchamos, en el socialismo no nos quitarán nuestra casa y la regalarán a alguien más, al contrario , si las tenemos podremos conservarlas, ya que son resultado de nuestro trabajo y aquella persona que no tenga hogar será necesidad darle uno; así, en el socialismo se buscará que las personas tengan acceso real a los Derechos Humanos como la vida, alimentación, educación, vivienda digna y trabajo digno. Ya que sin éstos, una persona no puede desarrollarse como tal, pues mal comidos, explotados y sin salud no vivimos dignamente.

Usted puede mandarnos dudas y comentarios. No comemos niños, se lo aseguramos. También puede mandar sus denuncias ante los hechos que le indignan y ser parte de la voz proletaria que desea expresar sus sentimientos contra la opresión a la que es sometida. En el periódico FRAGUA y en la OLEP esperamos contar con usted, estimado lector, para seguir informando a más gente, para unirnos en una lucha común, para construir un país para todos y no para unos cuantos, para construir el socialismo.

¡Luchar con dignidad, con el pueblo organizado, luchar hasta vencer!

Nota: 

Este artículo fue publicado como parte de la sección ANÁLISIS del No. 13 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 5 de enero de 2016.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.