El concepto de neutralidad de la red es bastante desconocido y los movimientos por su defensa no son precisamente los más vociferados, ni en medios de comunicación tradicionales ni en blogs o medios alternativos. Hasta ahora se ha tratado de un debate más bien para iniciados, aunque esto está empezando a cambiar. La neutralidad de […]
El concepto de neutralidad de la red es bastante desconocido y los movimientos por su defensa no son precisamente los más vociferados, ni en medios de comunicación tradicionales ni en blogs o medios alternativos. Hasta ahora se ha tratado de un debate más bien para iniciados, aunque esto está empezando a cambiar.
La neutralidad de la red es un principio de diseño de Internet (esto es, es parte de su esencia) que determina que los datos viajan entre nodos en paquetes de bits de manera que ningún nodo (máquina) bloqueará la transmisión a otro nodo. En una transposición de los derechos civiles se dice que los bits son iguales entre sí, lo que significa que los proveedores de servicios no tienen por qué conocer el contenido ni priviliegiar unos paquetes de bits a otros.
Decíamos que el escenario empieza a cambiar y el debate empieza a hacerse visible, y buena prueba de ellos es que el primer periódico español dedica hoy una doble página ilustrada al tema ¿por qué el debate se ha hecho importante? ¿por qué ahora? Tratemos de desgranarlo:
- Ahora porque la convergencia de medios y formatos empieza a ser una realidad. Las compañías de telecomunicaciones ven en el modelo del mercado de aplicaciones de IPhone la galllina de los huevos de oro, creen que convirtiéndose en plataformas de acceso directo a distintos servicios (vídeo, voz, prensa, descargas…) y cobrando por ello pueden hacer su agosto. Para que este modelo de negocio sea viable tienen que generar escasez bajo la promesa de la abundancia: construir una internet de dos velocidades para que la gente esté dispuesta a pagar por servicios por los que actualmente ya paga en forma de conexión.
- Ahora también porque la popularización de la internet móvil está acostumbrando al usuario a pagar por servicios adicionales separados de la red (a través de una nada inocente arquitectura de las aplicaciones). El camino de una internet cercada además está allanado por la fuerza de la costumbre que ha generado Facebook en el internauta. Si los enlaces en Facebook sólo llevan a Facebook y no existe nada más allá del marco azul, fácilmente podemos olvidar el inmenso mar prolijo de internet. En realidad es la lógica del portal de los tiempos pre burbuja puntocom, cuando lo que pegaba fuerte eran los portales tipo Terra.
- Las operadoras pretenden sacar un mayor beneficio , aunque pase por cobrar dos veces por sus servicios como ha propuesto entre otros César Alierta con su idea de hacer una Tasa Google que cobrara a los buscadores y creadores de contenidos que generaran un mayor tráfico, aún siendo conocedor que las empresas ya pagan por el transporte de esos bits. Si esto se llevara a cabo beneficiaría a los grandes grupos empresariales ya consolidados (que podrían pagar), frente a las empresas de rápido crecimiento típicas de la economía red como lo fue en un primer momento el propio Google. Algo así como pagar para asegurarse la cima de la pirámide, con el resultado seguro de una pérdida en innovación y en diversidad para todos.
- Los grupos de comunicación ven con buenos ojos volver a ser el referente único del debate público. En los últimos años la discusión sobre la agenda pública se ha vuelto mucho más horizontal, obligando a los medios de comunicación a engancharse a la revolución de blogs y demás medios sociales tratando de atraer hacia sí la marea de comunicación ciudadana sin precedentes que una red neutral ha posibilitado. Si un gran grupo de comunicación pudiera negociar con una operadora una presencia premium en la que el usuario de esa operadora accediera mucho más rápido a sus contenidos que al resto estaríamos poniendo en peligro la igualdad de oportunidades. Los medios lo tienen claro, ser un icono en el escritorio del IPad les devuelve un poco de la ventaja que han perdido en la jungla de nodos, y lo mismo sucede con las plataformas que se quieren crear
- Los gobiernos pueden conseguir su viejo anhelo de poner policías en las autopistas de la información. Cuando los bits son sólo bits, e iguales entre sí, los contenidos pelean en mayores condiciones de igualdad. Si necesitamos diferenciar qué bits son vídeo, o potencial descarga, tendremos por fuerza que acometer un mayor control sobre los contenidos, hacer controles rutinarios a los paquetes en convivencia con los ISP.
- Otros grupos de presión también tienen razones para alegrarse del final de la neutralidad de la red: las industrias que viven de la Propiedad Intelectual ante la posibilidad de limitar el p2p o de nuevo las operadoras de telefonía ante la posibilidad de bloquear los programas de VoIP tipo Skype para en todo caso explotar ellos la tecnología en exclusividad.
El debate está sobre la mesa, debemos elegir entre seguir disfrutando de la red tal y como la hemos conocido hasta ahora, la que probablemente definirá en los libros de historia este momento de transición de mundos que estamos viviendo, u otras cosas, fragmentadas y elitistas (como ya lo fueron las redes académicas y militares que precedieron a la WWW), más controladas, menos diversas y emocionantes. Debemos anticiparnos a los argumentos del enemigo (yo lo entiendo como tal) que nos hablará de un abaratamiento de tarifas y al que se le llenará la boca del acceso universal a la red para tratar de engatusarnos ocultando la realidad de una internet censurada. Debemos recordar que Crearemos una civilización de la Mente en el Ciberespacio. Que sea más humana y hermosa que el mundo que vuestros gobiernos han creado antes.