Una nueva crisis política asoma en Bolivia. La oligarquía atrincherada en las 4 prefecturas llamadas de la Media Luna (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando), que concentra las principales riquezas naturales, amenaza con desconocer la constitución en caso de que no se acepte su poder irrestricto sobre «sus» tierras y petróleo.Los constituyentes del MAS han […]
Una nueva crisis política asoma en Bolivia. La oligarquía atrincherada en las 4 prefecturas llamadas de la Media Luna (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando), que concentra las principales riquezas naturales, amenaza con desconocer la constitución en caso de que no se acepte su poder irrestricto sobre «sus» tierras y petróleo.
Los constituyentes del MAS han presentado un proyecto que recoge la exigencia de pueblos originarios de generalizar el derecho autonómico a las comunidades originarias, dándole igual status legal que a las actuales prefecturas. El proyecto masista recoge la vieja exigencia de un «estado unitario plurinacional», un reclamo democrático de las comunidades de darse sus propias autoridades y legislación local. El proyecto es sumamente confuso, dado que por otro lado reafirma a las actuales prefecturas, que en los hechos desaparecerían ante la autonomía generalizada de regiones indígenas.
Naturalmente este proyecto puso en pie de guerra nuevamente a la oligarquía. Temen que, de aprobarse ese proyecto de Constitución, las prefecturas, y especialmente la de Santa Cruz, se verían «vaciadas» de gran parte de su territorio y sobre todo de lo que ellos más quieren, que es gran parte del petróleo y gas. De esta forma, la autonomía, que tanto reclamó la oligarquía para «sus» prefecturas, se le vuelve en contra. Los guaraníes, por ejemplo, están asentados en la más rica zona petrolera gasífera.
En pie de guerra
La llamada Junta Autonómica, que reúne a los prefectos de la Media Luna, llamó a defender «su» autonomía, amenaza abiertamente con desconocer la Constituyente y llamó a los militares a defenderlos a ellos, un llamado golpista. «Si la Constituyente no aprueba las autonomías departamentales sin las indígenas y provinciales, la media luna se declara autónoma de facto».
Branco Marinkovic, el mayor terrateniente y magnate aceitero del país, dijo sin el menor empacho «no vamos a derramar la sangre de sus hijos en vano, les aseguramos a las madres cruceñas que lo vamos a hacer de manera responsable» (?) provocando en los fanáticos que escuchaban gritos y aplausos frenéticos para el líder cruceño «valiente» que habló de derramar la sangre de los hijos de las madres cruceñas, de los hijos ajenos, no la sangre de los hijos de él ni la suya ( Marcelino Villareal en www.constituyentesoberana.org) .
La CSUTB ‘en emergencia’
La CSUTB es la más poderosa central campesina, la organización social más fuerte del país y que apoya a Evo Morales. Sacó un comunicado diciendo: ‘Frente a la supuesta junta democrática autonómica que a la cabeza de prefectos y comités cívicos de la llamada media luna que representan a traficantes de tierra y medios de comunicación apoyados por empresas transnacionales que defiendan sus intereses materiales económicos que le han exprimido al país por más de 500 años y que ahora a título de defender la democracia se organizan utilizando sus medios y confundiendo a los bolivianos llamando a una resistencia social.
Advierten a los sectores movilizados que harán respetar la Asamblea Constituyente Originaria y a los asambleístas patriotas, revolucionarios y conscientes con su país que defienden los principios básicos de un Estado Unitario Plurinacional y Comunitario.
Convocan a las organizaciones sociales del país gremiales, transportistas, fabriles, mineros, universitarios, estudiantes de secundaria, profesionales, campesinos, indigentes, originarios, a defender la soberanía, los recursos naturales, la democracia y la unidad de nuestro país.
La CSUTCB se declaró en emergencia y de movilización permanente para garantizar la unidad del país ante la intención de la oligarquía empresarial corrupta que pretende la división de Bolivia y al saqueo de recursos naturales.
El documento señala que la llamada junta autonómica fascista y excluyente de la ‘media luna’ busca el fracaso de la Asamblea Constituyente para, que a partir de este hecho, se instale una autonomía de acto, esta actitud es una provocación al pueblo boliviano…
Más aún cuando las Fuerzas Armadas son convocadas a formar parte de esa sedición que es una flagrante intencionalidad de un golpe de Estado’.
El gobierno de Evo
Es un paso positivo que los asambleístas del MAS aceptaran los reclamos autonómicos indígenas, que es una antiquísima reivindicación democrática. Sin embargo busca permanentemente una conciliación con los intereses y reclamos oligárquicos, así como con el imperialismo. Con la Constituyente aceptó el planteo de los 2/3 como mayoría para aprobarla, aunque con el agregado de que iría a plebiscito en caso de desacuerdo. Pero el planteo de los 2/3, que ya el MAS ya había pactado con los oligarcas antes de la convocatoria, es una herramienta en manos de la Media Luna para boicotear la constituyente y llevarla a fracaso, a que no pueda aprobar nada.
El MAS tiene una fuerte presión del campesinado, cuyas organizaciones lo formaron. Sin embargo, su cúpula dirigente y en especial Evo Morales y García Linera, tienen la concepción de que deben gobernar buscando el concenso y el acuerdo con la gran burguesía de banqueros y oligarcas, en base a su teoría del «capitalismo andino». Este concepto del vicepresidente García Linera es una pura ideología sin sustento en la realidad. Los grandes capitalistas bolivianos están íntimamente ligados a las multinacionales y al imperialismo. Sus intereses imposibilitan una alianza con los campesinos, obreros y pueblo pobre de Bolivia en «bien de todos» como supone la teoría de García Linera.
Por eso el MAS no hizo valer la aplastante mayoría popular que apoya transformaciones de fondo para Bolivia. Permitió que la oligarquía se reagrupara. Les dio fondos del petróleo y gas y una autonomía por decreto de la que hoy disfrutan los departamentos controlados por la derecha. De igual forma, en el tema petrolero, dio enormes concesiones a las petroleras en los contratos, lo que borró parte de lo avanzado con el decreto de nacionalización.
También se negó a dar un salario mínimo de 1800 bolivianos reclamado por la COB. Y la ley de reforma agraria aprobada, no ataca al centro del latifundio. Solo toca algunas tierras fiscales o con títulos precarios.
Esta política conciliadora se mostró crudamente en enero de este año en Cochabamba cuando una insurrección campesina destituyó al prefecto ultraderechista Manfred Reyes Villa, luego que este organizara grupos fascistas, que asesinaron a 1 campesino y apalearon a centenares. Pero el MAS desmovilizó al campesinado y el gobierno restituyó en el poder a Manfred Reyes Villa.
Los pueblos de Bolivia y Venezuela son ejemplo y vanguardia para las luchas de los pueblos latinoamericanos. Son los que se han plantado en defensa de sus recursos naturales, contra el imperialismo que a todos nos está saqueando.
El pueblo boliviano sigue exigiendo mayoritariamente transformaciones de fondo. Solución a sus reclamos seculares postergados, democráticos, sociales y económicos. La pobreza extrema de gran parte del pueblo boliviano no se puede resolver sin una revolución agraria que rompa la espina dorsal de la oligarquía repartiendo los millones de hectáreas que se robaron, la nacionalización integral del petróleo, gas y minería expulsando a las multinacionales y aplastando la amenaza sesesionista y golpista de la oligarquía.
Pero para esto no se puede seguir las directivas del gobierno del MAS. Solo la movilización obrera, campesina y popular, independiente de las directivas del gobierno, puede llevar a conquistar estos reclamos de fondo.
Todos los pueblos trabajadores latinoamericanos tenemos que mantenernos alertas y solidarios con el heroico pueblo boliviano, con su enorme lucha por sacarse de encima siglos de aplastamiento y explotación.