Las mujeres afrontan los niveles más altos de discriminación en México, advirtió Navi Pillay, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, durante una reciente visita al país, a la vez que invocó al gobierno y a las propias comunidades indígenas a impulsar los derechos de las mujeres. «Las mujeres indígenas sufren una […]
Las mujeres afrontan los niveles más altos de discriminación en México, advirtió Navi Pillay, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, durante una reciente visita al país, a la vez que invocó al gobierno y a las propias comunidades indígenas a impulsar los derechos de las mujeres.
«Las mujeres indígenas sufren una doble discriminación, como indígenas y como mujeres», dijo Pillay. «Tal y como las sociedades no indígenas tienen un largo camino que recorrer para lograr la igualdad de género, los pueblos indígenas también necesitan reconocerles a las mujeres un papel más relevante».
En un comunicado, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) precisó que la legislación sobre autodeterminación y autonomía, aunque está garantizada por la Constitución junto con el derecho a la infraestructura, varía de estado a estado y, en algunos casos, varían también esos mismos derechos.
«Los pueblos indígenas continúan sufriendo discriminación en todas las esferas de la vida pública», dijo la OACNUDH. «Muchas personas, especialmente mujeres, siguen recibiendo sentencias arbitrarias o desproporcionadas en tribunales penales. La participación política continúa siendo extremadamente marginal».
Alrededor del 15% de la población mexicana se identifica como indígena según la OACNUDH, pero en ciertos estados la proporción es mucho más alta. Es el caso de Oaxaca, donde más de la mitad de la población se considera indígena.
En una visita a Oaxaca antes de la llegada de Pillay, la OACNUDH señaló en un informe que los gobiernos federal y estaduales no han cumplido con garantizar el derecho de las comunidades indígenas a la consulta para proyectos industriales y agrícolas a gran escala cerca de sus tierras, tal como lo establece el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«Proyectos como presas hidroeléctricas, minas, carreteras o plantaciones de monocultivo tienen un gran impacto en los territorios de los pueblos indígenas, privándolos de su sustento material y del disfrute de lugares de enorme importancia cultural y espiritual. Por tanto, el desarrollo de proyectos conlleva a menudo graves violaciones a los derechos humanos», dice el informe titulado «El derecho a la consulta de los pueblos indígenas: La importancia de su implementación en el contexto de los proyectos de desarrollo a gran escala».
– Fuente: http://www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=6419