La decisión del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) de resistir, luchar y oponerse es en muchos sentidos educativa y ejemplar para la clase trabajadora y el pueblo todo en México. Y también a nivel internacional, como lo muestran la infinidad de saludos recibidos hoy, ejemplo de la solidaridad internacionalista. En primer lugar porque demuestra que […]
La decisión del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) de resistir, luchar y oponerse es en muchos sentidos educativa y ejemplar para la clase trabajadora y el pueblo todo en México. Y también a nivel internacional, como lo muestran la infinidad de saludos recibidos hoy, ejemplo de la solidaridad internacionalista.
En primer lugar porque demuestra que el único camino para enfrentar la arbitraria decisión de 2009 de la oligarquía neoliberal era y es la lucha. Esta opción implicaba rechazar la ideología burguesa neoliberal, como se señala en uno de los videos aquí exhibidos, que postula el conformismo y el individualismo, la salida individual que no tiene confianza en la lucha y organización de la clase trabajadora. Rechazar la liquidación y continuar el camino de la lucha era y es la única posibilidad de defender los derechos de los trabajadores electricistas, pero no solamente. Porque el golpe contra el SME, ahora es más claro, lo era contra el conjunto de la clase trabajadora y conquistas históricas del pueblo de México.
Para la Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT), la resistencia del SME es un ejemplo fundamental. Pero no solamente un ejemplo. La OPT misma, como sabemos, es producto de la lucha de resistencia de los electricistas. La OPT no se explica sin la resistencia del SME y la iniciativa política de sus dirigentes. La resistencia y lucha del SME no solamente frustró el reaccionario plan del gobierno de destruir al sindicato, sino que esta lucha ha cobijado y estimulado otros niveles de organización de los trabajadores y del pueblo, como se muestra aquí en otras reflexiones de este aniversario. Hace 4 años, en el Estadio Azteca, el compañero Martín Esparza, planteó la conclusión e iniciativa política que daría lugar a la OPT. El razonamiento del compañero Esparza en esa ocasión fue extremadamente claro cuando afirmó que la experiencia de la resistencia del SME en que enfrentaba la cerrazón de todas las instancias del gobierno y del Estado, mostraba que la lucha emprendida no era solamente legal, laboral, gremial o sindical, sino que era parte de la lucha de clases, es decir una lucha política porque la decisión privatizadora y la pretensión de liquidar al sindicato tenían su origen en el poder. No solamente del gobierno de ese momento y del PAN, uno de los partidos de la oligarquía, sino de toda la oligarquía neoliberal que es la forma que ha tomado el poder de la burguesía en México. Si la lucha es política, afirmó Martin Esparza, si la lucha es por tanto contra esa oligarquía neoliberal, requerimos también un instrumento político para llevarla a cabo. No solamente la lucha sindical, necesaria y que tiene que darse, sino también la lucha política reagrupando en un instrumento político, no solamente a los electricistas en lucha, sino buscando hacerlo con el conjunto de la clase trabajadora y del pueblo todo agraviado por la política neoliberal que arranca derechos y conquistas históricas del pueblo trabajador en beneficio de intereses privados nacionales y sobre todo internacionales, representativos de las compañías imperialistas.
Fue de esta iniciativa presentada en octubre de 2010, en el Azteca, que más adelante constituimos la OPT. A la iniciativa de los dirigentes del SME respondimos no solamente la mayoría de los electricistas en resistencia, sino también diversas fuerzas de la izquierda socialista y fuerzas de los movimientos sociales en lucha y resistencia contra la política neoliberal, incluyendo fuerzas sindicales que van teniendo un nuevo protagonismo en esta fase de lucha, como son nuestros camaradas del magisterio. La convocatoria electricista para ir conformando la OPT en una forma inclusiva e integrativa, reconociendo historia y experiencias diversas del movimiento social y político, ha sido exitosa como un primer paso. Un nuevo impulso urge ahora bajo la misma línea integrativa, invitando y convenciendo a más fuerzas del movimiento social y político, a la organización política amplia que respeta la historia e identidad de cada movimiento que viene.
Un empuje especial en esta dirección lo fue la campaña que hicimos durante 2013 para reclamar el reconocimiento legal como partido que nos permitió realizar una amplia labor de afiliación, crecimiento y definición por medio de la realización de asambleas estatales. Más de 20 mil compañeros en asambleas no solo de electricistas y sus familias sino de más compañeros de lucha buscando un instrumento o partido propio para hacer política. Esta campaña precisó aún más el perfil de la OPT al afirmar que no estamos representados por ninguno de los partidos políticos legalmente reconocidos, tampoco por los de la izquierda institucionalizada y que por tanto la existencia de la OPT es resultado de la necesidad de un partido propio de la clase trabajadora y del pueblo. No un partido que habla en abstracto de los ciudadanos y de los mexicanos, sino que busca organizar en forma independiente a la clase trabajadora y el pueblo trabajador en lucha y resistencia.
Las reformas neoliberales impuestas, durante 2013 y 2014, por el gobierno de Peña Nieto y con la colaboración de los partidos del Pacto Por México, que primero lo reconocieron como Presidente después de un fraudulento proceso electoral y luego fueron instrumentos de la aprobación ilegítima de reformas constitucionales que representan un retroceso histórico, son reformas que vienen a confirmar lo que antes habíamos dicho. Ninguno de los partidos defendió consecuente y radicalmente los intereses del pueblo y los trabajadores frente a esas reformas. La voz de los trabajadores y el pueblo no estuvo representada en esas reformas. Es falso que las reformas se hayan impuesto con consenso pues la oposición no estaba en las Cámaras sino en las calles, carreteras y en el campo luchando contra todas las reformas y despojos que realizan. La vigencia y necesidad de un partido de los trabajadores y de los movimientos sociales en resistencia es más clara que nunca.
Ya no es solamente el despojo de conquistas históricas y sociales que los partidos del Pacto por México aprobaron, sino la violencia y violación a derechos humanos que, como se ve en los casos de Ayotizinapa y Tlatlaya, alcanza niveles escandalosos. Si bien con el gobierno de Calderón, el número de desaparecidos en el marco de su supuesta guerra contra el narcotráfico alcanzó niveles masivos, abarcando decenas de miles de personas de la población civil ,de supuestos daños colaterales, ahora, con Peña Nieto y la colaboración de los partidos por el Pacto por México, incluido ahora en forma relevante el PRD, en el caso de Ayotzinapa se regresa a la experiencia del viejo PRI en que la práctica inhumana de la desaparición está dirigida contra activistas y luchadores del movimiento social. No es el «crimen organizado» sino agentes de gobierno quienes realizan las desapariciones, aunque los gobiernos estén asociados con narcotraficantes . No son «levantones» sino desaparición forzada como dice la ley cuando se refiere a acciones de gobierno. No es casual que un grito, originado en la lucha del Comité Eureka y de Rosario Ibarra de Piedra de los años 70 y 80, cuando los desaparecidos políticos de esa época que ha adquirido nueva vigencia masiva: «¡Vivos los llevaron, vivos los queremos!»
La situación es muy grave. Las reformas neoliberales impuestas por la oligarquía neoliberal, son la guerra contra el pueblo y los trabajadores y reviven el grito del SME: o ellos o nosotros. Es un momento de lucha política para preparar una fuerza social y política, un nuevo bloque de fuerzas sociales alternativas a las del poder neoliberal para sacar definitivamente a esa oligarquía del poder. O ellos o nosotros. A la definición de esos caminos es que desde la OPT también nos preparamos especialmente con la realización del Primer Congreso Nacional que próximamente celebraremos y en la que esperamos contar con la experiencia, reflexiones e ideas de todos ustedes. Como lo muestra la impresionante movilización de los estudiantes del Poli, el descontento, resistencia y oposición a este régimen decadente sigue creciendo. Necesitamos encontrar juntos el camino de lucha política que unifique las luchas sectoriales en un polo político alternativo en lucha por el poder. La lucha por el poder implica ahora un deslinde respecto a partidos políticos que no son alternativa, ni solución sino que son parte del problema. Necesitamos sacarlos a todos ellos del poder. Llamamos al conjunto de los movimientos sociales de resistencia a no dar ninguna forma de apoyo, alianza o candidaturas a ninguno de los partidos del sistema. Necesitamos construir un polo político alternativo al de los partidos del desastre neoliberal.
Un polo político que muestre que hay otra opción a la de los partidos de la corrupción, del crimen, de los vendepatrias y proimperialistas. Otra forma de hacer política fundada en la solidaridad de la clase trabajadora y la defensa intransigente de sus intereses que son ahora los de todo el pueblo y la Nación. Que es la forma que hemos aprendido de la lucha del SME, por cierto.
¡Viva la lucha y resistencia del SME! ¡Viva la Organización Política del Pueblo y los Trabajadores!
México, D. F., octubre de 2014.
(Ponencia leída por Edgard Sánchez en el Foro de solidaridad con el SME a 5 años de resistencia celebrado el 11 de octubre)
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