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La orientación extractivista de la inversión pública en Bolivia

Fuentes: CLAES

Bolivia es un país muy conocido por la enorme importancia que tienen las exportaciones de recursos naturales. En el año 2014, el 72% de sus exportaciones fueron materias primas: hidrocarburos, minerales y agrícolas. Si consideramos otros bienes primarios exportados bajo el rubro de industria manufacturera, la cifra se eleva a 95%. Desde el 2005 el […]

Bolivia es un país muy conocido por la enorme importancia que tienen las exportaciones de recursos naturales. En el año 2014, el 72% de sus exportaciones fueron materias primas: hidrocarburos, minerales y agrícolas. Si consideramos otros bienes primarios exportados bajo el rubro de industria manufacturera, la cifra se eleva a 95%. Desde el 2005 el valor exportado ha crecido enormemente, de Bs. 2,8 mil millones en esa fecha, a Bs. 12,8 mil millones en 2014,

En el pasado reciente, bajo un escenario internacional de altos precios de las materias primas y una demanda sostenida, se registró un aumento notable de los ingresos económicos que captaba el Estado boliviano. Evo Morales asumió la presidencia en 2006 cuando el presupuesto del Estado representaba Bs. 46,3 mil millones; en el 2014 el presupuesto consolidado ascendió a Bs. 195,4 mil millones.

Este gran incremento de ingresos estatales, provenientes en gran medida del extractivismo hidrocarburífero, detonó un exacerbado rentismo en que el Estado asignó crecientes proporciones de esos dineros a grandes obras.

Desde el 2010, año en el que el Ministerio de Economía formuló el nuevo Plan de inversiones, una creciente proporción de los recursos públicos se invierten en infraestructuras y obras que por su envergadura podemos considerarlas mega-obras.

Esta situación cambió con la caída de los precios y de la demanda global. Los ingresos del Estado se reducen por efecto de la baja generalizada de las materias primas y por las medidas de incentivo a las exportaciones (que implican una renuncia fiscal sobre exportaciones extractivistas y una reorientación de lo que se recauda sobre pequeños contribuyentes para sostener esos extractivsmos). Al reducirse los dineros disponibles para sostener el programa de inversiones públicas, el gobierno también prevé un mayor endeudamiento externo, con países como China.

Presenciamos un nuevo ciclo de endeudamiento. Las millonarias inversiones de los últimos años no han ayudado a paliar los efectos de la crisis, y a pesar de eso, se insiste en aumentar el volumen de inversión en construir más mega-obras.

A partir del examen de los presupuestos nacionales en Bolivia, su manejo, institucionalidad y sus destinos, se encuentra que:

1. La orientación extractivista de la inversión pública impone la realización de mega-obras también extractivistas que lejos de atender necesidades básicas, agudizan los problemas ya existentes de inequidad e injusticia social. La disminución del presupuesto de inversión social en el nuevo plan 2016-2020 es un ejemplo.

2. La exacerbación del extractivismo y el rentismo son la causa de la profunda crisis de las instituciones. La mayor parte de éstas se encuentran desinstitucionalizadas, obligadas a incumplir sus normas o incapacitadas para hacerse cargo de sus atribuciones. En el período de mayor inversión pública de toda nuestra historia, no existe planificación y las decisiones se toman de forma discrecional, por autoridades interinas, y sin participación de la sociedad.

3. El control de las instituciones responsables de ejecutar la inversión y de aquellas que las controlan por el poder ejecutivo, desvirtúa su naturaleza y genera prácticas irregulares, con baja información y participación, incluyendo casos de corrupción.

4. El financiamiento para la construcción de mega-obras, dada su magnitud y la disminución de los ingresos estatales por la baja de los precios del gas, amplia el endeudamiento interno y externo del Estado boliviano.

5. El nuevo ciclo de endeudamiento reviste condicionamientos que debieran ser debatidos. En el caso de los créditos de la China, asuntos como la contratación exclusiva de empresas de ese país y su desempeño social, ambiental y ético merecen ser examinados con más cuidado.

6. Las deudas contratadas son a largo plazo y comprometen a los próximos gobiernos y a las próximas generaciones de bolivianos/as, otra razón para la analizar la racionalidad y sostenibilidad de la política de inversión pública.

Resumen del reporte «La orientación extractivista de la inversión pública en Bolivia. Cambios institucionales y normativos bajo el imperativo exportador», por M. Gandarillas G., publicado en la serie Observatorio del Desarrollo de CLAES, No 22, abril 2016. El documento está disponible en el portal de CLAES sobre economía y desarrollo en América Latina: www.economiasur.com

Marco Gandarillas Gonzáles- CEDIB Cochabamba

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.