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Neuquén

«La policía es una mafia y hasta los fiscales están prendidos»

Fuentes: El Zumbido

Facundo Agüero es un joven de 22 años que fue agredido por efectivos de la Policía de Neuquén el pasado 8 de marzo hasta dejarlo en coma.

Facundo Agüero permanece estable. Este lunes lo trasladaron al Hospital Heller, donde Adelina Rivas, su mamá, asegura verlo mejor. Mientras tanto, los medios regionales eligen no hablar más del caso mientras los responsables del estado de salud del joven de 22 años se ven beneficiados por las versiones judiciales.

En declaraciones a la prensa, el fiscal jefe Pablo Vignaroli -quien actuó en causas como la de los asesinatos policiales de Matías Casas y Braian Hernández, además de ser el impulsor de las últimas represiones en la región-, confirmó la existencia de videos en los que se pueden constatar las violencias impuestas por los uniformados contra Facundo -golpes de puño, patadas y aplastamiento-, pero señaló no poder distinguir «si los golpes fueron racionales o irracionales», validando el abuso de la fuerza provincial. También habló de una supuesta «alteración psicomotriz» del joven de Picun Leufú y aseguró que un efectivo está lesionado, aunque no mencionó ninguna prueba al respecto.

No es novedosa esta forma de encubrimiento contra la fuerza represiva del Estado, como tampoco lo son los juegos de hipótesis que de alguna u otra forma siempre intentan generar respaldo hacia el accionar policial vinculando a las víctimas con delitos y/o drogas -como si, incluso existiendo dicho vínculo, fuera viable una respuesta homicida o su tentativa-.

A Facundo Agüero quisieron asesinarlo, no se les fue la mano, nunca es por error. Su único descuido fue no haber detectado la boleta que constata que pagó el perfume que usarían como coartada para mostrarle a la sociedad que «mataron a un chorro», provocando el regocijo del sector que exige mano cada vez más dura. Si la boleta no hubiera aparecido, a sus atacantes los habría recibido hasta el presidente de la nación.

En diálogo con El Zumbido, Adelina Rivas acusó a Vignaroli de «no tener cara» y de no conocer el dolor de una madre que transita una situación tan aberrante. En relación a las distintas versiones oficiales que se han querido imponer, remarcó que «es obvio que la policía es una familia y acá aparentemente hasta los fiscales están prendidos, entonces es ir directamente contra una mafia, porque si bien vamos contra una institución, es una mafia también porque hasta los fiscales se prenden en todo».

«Esas hipótesis las manejaron ellos para ver si zafaban, pero no, estaba la boleta del perfume que mi hijo había comprado», subrayó: «lo trataron de delincuente a mi hijo y los únicos delincuentes fueron ellos; lo dejaron sin zapatillas, sin celular, sin la colonia que compró y pagó con su plata, sin su ropa de trabajo que le hicieron desaparecer».

«Los chorros y asesinos y cuántas cosas más son ellos», enfatizó en relación a los policías que dejaron a su hijo de 22 años en coma, situación en la que permanece desde hace 22 días, cuando lo atacaron a golpes en la calle.

Adelina y el papá de Facundo ya están actuando judicialmente con un abogado. En relación a su estado de salud, la mujer resaltó que «neurológicamente no ha tenido cambios, aunque el médico está pidiendo nuevos estudios; hoy tuvimos el parte médico y el doctor nos dijo que hay que esperar, porque es joven». También dijo que están pudiendo ingresar a visitarlo y «él estira sus bracitos, suelta sus manos, lo veo mejor, presiente todo, escucha, yo le decía que se suelte porque por ahí se ponía rígido, y accedía».

«Mi hijo de acá se va a ir bien», finalizó: «sé que facundito va a salir adelante, porque él es fuerte».

Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article16289