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La «Post Alfabetización» continúa con paso firme

Fuentes: La Epoca

Más de 9.000 personas se congregaron festivas un sábado por la noche a finales de 2008 en Cochabamba para celebrar la declaración de Bolivia como país libre de analfabetismo. Mirando hacia atrás, en aquel 20 de diciembre los gritos, aplausos y discursos eran más una apertura que un cierre. Unos meses después el proyecto de […]

Más de 9.000 personas se congregaron festivas un sábado por la noche a finales de 2008 en Cochabamba para celebrar la declaración de Bolivia como país libre de analfabetismo. Mirando hacia atrás, en aquel 20 de diciembre los gritos, aplausos y discursos eran más una apertura que un cierre. Unos meses después el proyecto de Post Alfabetización daría sus primeros pasos empujado por la misma multitud que aprendió a leer y escribir con el método cubano «Yo sí puedo» y que ahora va por más.

Sábado por la noche, 20 de diciembre de 2008, el año da sus últimos suspiros y en Cochabamba miles de personas expresan la alegría de casi un millón de hombres, mujeres, ancianos y ancianas que acaban de liberarse del analfabetismo en todo el territorio nacional. En el Coliseo de la Coronilla se reúnen el presidente boliviano, Evo Morales, su homólogo paraguayo Fernando Lugo y el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, José Ramón Fernández, para unirse a los encargados y técnicos que hicieron posible esta hazaña.

Después de Cuba y Venezuela, ahora Bolivia es declarada por la UNESCO como tercer territorio latinoamericano libre de analfabetismo, título cuyo honor requiere que un país tenga menos del 5% de su población bajo tal flagelo. Así los datos concretos rezaban que de 824.101 iletrados sobre todo el Estado plurinacional boliviano, fueron alfabetizados 819.417, equivalente al 95,5% de este grupo de la población, según lo registró oficialmente el Ministerio de Educación y Culturas.

Este ambicioso proyecto requirió de una inversión de 36,7 millones de dólares del gobierno boliviano, una cifra pequeña, no obstante, al considerar la solidaria cooperación prestada por naciones hermanas, además de la voluntad y disciplina de esas cientos de miles de personas que se esmeraron en aprender a leer y escribir.

Enseñar a leer y escribir a casi un millón de personas que fueron excluidas del sistema educativo de todos los gobiernos y Estados precedentes a Morales, excluidos no solo por sexo sino también por raza y lengua, no fue una empresa sencilla, pero se contó con el apoyo incondicional de Cuba y Venezuela.

Al respecto, el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, recuerda en una de sus reflexiones de abril de 2008 que, «nuestro país aportó desde el primer instante los equipos y el material didáctico necesario para ese desafío: 30.000 televisores de 21 pulgadas importados de China; un número igual de videograbadoras con 16.459 transformadores y 2.000 sistemas fotovoltaicos, los cuales constituyen toda una red para los cursos subsiguientes de educación a lo largo del día; 1.359.000 cartillas para alfabetizar en español, quechua y aymará; folletos de lectura y otros materiales que omito para no hacer interminable la lista. Una parte de los paneles solares de nuestra reserva para tiempos de guerra fueron enviados a Bolivia. El transporte igualmente gratuito de esos materiales fue garantizado oficialmente por Cuba a Evo durante una visita a nuestro país pocas semanas después del triunfo». Todo esto sin mencionar las brigadas de profesionales cubanos y venezolanos que se trasladaron a Bolivia para prestar su apoyo.

Yo sí puedo

Pero una presencia más significativa llenó ese coliseo aquella noche. Ancianos y ancianas que recién aprendieron a leer y escribir portaban pancartas de agradecimiento al presidente indígena y a las hermanas repúblicas que dieron su apoyo. Muchos de ellos apoyados sobre un bastón o los hombros de sus nietos compartieron con las cámaras su esforzada experiencia de los últimos meses. «Me ha costado aprender a escribir, pues a mi edad es un poco más difícil que me enseñen, pero ahora moriré tranquilo, porque ya sé leer y escribir, además aprendí a firmar, sólo por eso dejaré de tener mi carnet con mi huella digital y cambiaré a uno que tenga mi firma», dijo Julio Gonzáles en una entrevista a Verónica Sapana, quién escribió una nota titulada «La UNESCO avala que Bolivia está libre del analfabetismo»

Como Julio, María Colque, de 41 años, hizo conocer que la flexibilidad del programa ayudó en mucho. Así mientras ella es ama de casa y madre de una hija, aprendía a leer y escribir por las noches en una escuelita periférica de la ciudad de La Paz, en un horario fuera del cual, «hubiera sido imposible, tenia que trabajar», como contaba.

Efectivamente, el programa de alfabetización «Yo sí puedo» era bastante flexible, pues además de ser enseñado con métodos audiovisuales, además de cartillas, cuadernos y libros, apoyados por facilitadores en persona, también estaba traducido al aymará y quechua, lenguas de la población indígena de Bolivia, en concordancia con el carácter plurinacional que adquirió el país con la llegada del presidente Morales al gobierno.

Yo sí puedo seguir

Pero el trabajo por la autosuperación no se quedó allí en esa frase «Yo sí puedo» sino que completó el sentido y con el programa de Post Alfabetización «Yo si puedo seguir» se profundizaran los resultados de la esforzada campaña que culminó el año pasado. En la VIII cumbre de las naciones de Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se acordó erradicar el analfabetismo en América Latina y apoyar el esfuerzo boliviano en llevar más lejos lo alcanzado hasta diciembre de 2008.

Uno de los acuerdos alcanzados este 14 de diciembre en la reunión celebrada en La Habana, Cuba, aprueba, «el Plan de Acción del Proyecto Grannacional de Alfabetización y Post Alfabetización, a los efectos de consolidar sus logros y ampliarlo al resto de los países y pueblos del ALBA-TCP». A este punto del documento le sigue otro que se propone culminar «el proceso de declaración de territorio libre de analfabetismo en todos los países de la Alianza y continuar impulsando el proceso de post alfabetización como vía para elevar el nivel educativo de nuestros pueblos».

Los primeros pasos de este segundo viaje comenzaron el 22 de marzo de este año en el municipio Chipaya, donde el presidente Morales inauguró el programa de la post alfabetización denominado «Yo sí puedo seguir» acompañado de sus ministros y movimientos sociales. La significación de celebrar el acto en aquel lugar radica en que fue el primer municipio en ser declarado libre de analfabetismo en 2007. Partiendo desde el mismo punto donde se celebró la primera victoria del «Yo si puedo» ahora se determinan a seguir.

Bajo el Decreto de Gobierno 0004/09, en acuerdo con el ALBA, este nuevo proyecto estará destinado a personas mayores de 15 años y tiene por objetivo llegar a un millón de personas, entre las cuales estarán los que concluyeron con el «Yo si puedo», además de aquellos que tuvieron que suspender sus estudios en la infancia.

Abarcará todo el territorio nacional, los nueve Departamentos y sus 327 Municipios y su tiempo de ejecución será entre 2009 y 2013. Como antes, se valdrá de métodos audiovisuales, pero los ejes de esta nueva enseñanza serán matemáticas, lenguaje, historia, literatura junto a otras asignaturas. El texto «Ya puedo leer» será uno de los nuevos materiales didácticos.

Hasta ahora se confirma que se abrirán 3.000 puntos que serán ubicados de manera simultánea en todos los municipios. Para finales de este año se abrieron 23.300 puntos, dando cobertura a 450.000 personas. 100.000 nuevos voluntarios en profundizar la lectura y escritura fueron incorporados en septiembre de este año.

Fuente: http://www.la-epoca.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1537