Javier Sicilia, líder del Movimiento contrario a la guerra contra las drogas apoyó a los estudiantes y aseguró que ve a su hijo asesinado, Juanelo, en cada uno de ellos
En la vida cotidiana, en las tiendas, en los taxis, en el mercado, en los restaurantes, en los cafés y en las filas del metrobús se oían conversaciones entre ciudadanos de distintas edades que daban una victoria indiscutible a Enrique Peña Nieto para las presidenciales. «O algo grande pasa, o gana». Y este «algo grande pasa» se refería más bien a un episodio de violencia, algo preocupante, una insostenible situación de tensión. Pero no fue así. Lejos de toda especulación, los protagonistas de este «o algo pasa» fueron los jóvenes mexicanos, los estudiantes, los universitarios. Han sido ellos los que se han puesto en la agenda política del país, los que reivindican que no hay nadie que gane antes de las elecciones.
El Mayo mexicano empezó en forma de movilización estudiantil acaparando la recta final de la campaña para las presidenciales en el país. A 40 días de las elecciones, el hartazgo de los universitarios provocado por la manipulación informativa y la imposición de un candidato por parte de las elites empresariales y mediáticas en plena campaña electoral ha sido el detonante para empezar a movilizarse.
La tarde del 23 de mayo en la que 20.000 estudiantes de distintas universidades, públicas y privadas marcharon durante más de 4 horas por las avenidas más transitadas de la Ciudad de México fue precedida por distintos episodios de protesta que fueron detonantes para que hoy hasta se hable de «La Primavera Mexicana» haciendo alusión al inicio de las revueltas en el norte de África a finales de 2010.
Javier Sicilia: «es la revuelta de la inteligencia frente a la barbarie»
A las 6 de la tarde era la hora de encuentro. El punto: el monumento de la Estela de Luz -que ya provocó polémica en su momento por los mil millones de pesos que invirtió el gobierno para su construcción- . Los estudiantes se apropiaron de este símbolo de la corrupción para iluminarlo con sus demandas democráticas marcando la agenda política del país en un momento preelectoral clave.
A esa hora habían llegado unos 500 estudiantes a la cita a la que también acudió el líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), el poeta y periodista Javier Sicilia. Llegó para darles su apoyo en la marcha y dirigirles unas palabras bien emotivas y inspiradoras durante las cuales también recordó a su hijo Juanelo asesinado el 28 de marzo de 2011 y que seguramente, de no estar muerto, marcharía con ellos: «Yo quisiera ver a mi hijo aquí. No lo puedo ver, pero lo veo en los miles de muchachos que están acá»
Sicilia inspiró un movimiento que empezó a sacudir el país hace un año pidiendo el fin de la guerra contra las drogas, de la violencia y justicia para las víctimas. En referencia a la protesta estudiantil añadió que «estamos en un parte aguas histórico, una crisis civilizatoria mundial. Están saliendo las fisuras del Estado y de la economía que se desmorona para empezar a construir lo nuevo».
El poeta expresó su emoción en palabras: «Lo estábamos aguardando. Se hicieron esperar, pero nunca es tarde. Ellos son los que están luchando por el presente, es la revuelta de la inteligencia frente a la barbarie. No son menores de edad. Son nuestros mayores de edad y están peleando por lo que nosotros les hemos quitado, su presente. Es una lección maravillosa y aquí estamos para apoyarlos».
La demanda principal de los estudiantes «Yo soy 132» coincide con el último punto del Pacto Nacional por la Paz que Javier Sicilia propuso en el Zócalo el 8 de mayo de 2011, cuando empezaba el MPJD: la reforma política, una democracia representativa, la democratización en los medios de comunicación y una política de Estado en materia de telecomunicaciones que rompa los monopolios y genere una amplia apertura no sólo a la competencia sino al fortalecimiento de los medios públicos.
En este sentido parece que el Movimiento que cumplió un año el pasado 28 de marzo encontró en los universitarios y los jóvenes los aliados perfectos para recuperar el tejido social mexicano, una alianza estratégica clara con la fuerza moral necesaria para la reconstrucción del país.
El «detonante» de la Ibero convertido en Trending Topic
La historia en hechos empezó hace dos semanas, el pasado 11 de mayo, durante un meeting del candidato Enrique Peña Nieto (EPN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Universidad Iberoamericana (Ibero), una de las privadas más prestigiosas del país. Los estudiantes increparon al galán que aspira a ser presidente de México y a devolver al PRI el poder hegemónico perdido hace 12 años. Le gritaron «¡Cobarde!», «¡La Ibero no te quiere!» , «¡Asesino!», recordándole la brutal represión que ejerció contra los campesinos y floristas que se movilizaron en San Salvador Atenco en 2006, cuando era gobernador del Estado de México: uno de los episodios de violencia más fuertes durante su mandato que provocó el asesinato de dos jóvenes, la detención de 350 personas -entre ellas 10 menores de edad- y violaciones sexuales a 26 mujeres.
Con el objetivo de evitar escándalos mediáticos y proteger su figura como candidato electoral frente al descrédito que mostraron los estudiantes, el PRI les acusó de ser agitadores pagados por el candidato de izquierda a la presidencia mexicana Andrés Manuel López Obrador (AMLO) del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Además, el duopolio mediático que domina el 95% de las concesiones televisivas en México, Televisa y TV Azteca les siguió el guión en su afán de divulgar un «no ha pasado nada» a la sociedad y no visibilizaron la protesta estudiantil en contra del candidato que ellas mismas se habían encargado de construir como «ganador» durante el proceso preelectoral.
Pero a los asesores de EPN y al duopolio mediático se les escapó un detalle: los videos sobre lo ocurrido grabado de forma casera por muchos de los estudiantes empezaron a circular de forma viral por internet y en las redes sociales evidenciando que las grandes cadenas televisivas seguían sin informar sobre lo realmente ocurrido y vendiéndolo como un «éxito de campaña».
http://www.youtube.com/watch?v=5LLvh6XSJGI&feature=player_embedded
La primera respuesta de los estudiantes a este ejercicio de manipulación informativa no se hizo esperar. Al cabo de 3 días, el 14 de mayo, 131 de ellos colgaron un video en You Tube donde se identifican con su carnet de estudiantes, y aseguran que nadie les ha pagado por increpar a EPN. En el video insisten en que no responden a ningún partido político y expresan sus desprecio a la gestión del ex gobernador del Estado de México y a la evidente manipulación informativa. El video ya tiene más de un millón de visitas a día de hoy.
http://www.youtube.com/watch?v=P7XbocXsFkI
En ese punto, jóvenes de otras universidades decidieron apoyar la causa de los estudiantes de la Ibero quienes evidenciaron la relación de EPN con las élites del poder mediático y la falta de equidad en las campañas políticas. De ahí adoptaron el nombre de #YoSoy132, » -porque se unían, como uno más «en conjunto», a ellos-.
Ese día nació una movilización estudiantil bajo un nombre en forma de hashtag que se ha extendido por la red convirtiéndose en Trending Topic mundial durante más de seis días y llamó a movilizaciones masivas por la calles de la Ciudad de México como la del viernes 18 convocada por las cuatro principales universidades privadas: la Ibero, la Anáhuac, el Tecnológico de Monterrey y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) que se manifestaron delante de varias sedes de Televisa pidiendo una «información transparente, plural e imparcial que fomente una conciencia y un pensamiento crítico» y que no se dedique a promocionar a solo uno de los candidatos.
De forma paralela y sin estar relacionado con los jóvenes «Yo Soy 132», al día siguiente, sábado 19 de mayo , 45.000 personas según la cifra oficial, marcharon en el centro de la Ciudad de México contra el candidato príista EPN. Ningún movimiento se atribuyó la convocatoria. Todo se gestó por medio de las redes sociales. La única consigna era marchar contra EPN con la condición de no llevar consignas de otro partido.
#Yo Soy 132: Pueblo informado, Pueblo no manipulado
Después de un primer momento detonante con los estudiante de la Ibero protestando contra Peña Nieto, el caso omiso de las principales televisoras del país, una marcha convocada por estudiantes de universidades privadas hacia las sedes de Televisa y una manifestación multitudinaria cuyo convocante tuvo 45.000 cabezas vino la gran movilización liderada por los #Yo Soy 132: 20.000 personas en la calle manifestándose por la democratización de los medios, la exigencia de un proceso electoral transparente y claro y la «no imposición» de candidatos por parte de los grupos mediáticos.
La tarde del pasado día 23, quienes se dieron a conocer con ese hashtag en Twitter, crearon un dominio en internet horas antes de la manifestación. En la página (http://yosoy132.mx) dejan claras las principales peticiones: «no favoritismo en los medios de comunicación», «manejo de información de manera honesta», » información real y no manipulada», «pueblo informado, pueblo no manipulado», «informar y educación, nuestra misión».
Eran 20.000 personas, quizás el Trending Topic real, de carne y hueso, marchando con sus libros en las manos y gritando consignas de lucha por un cambio en su país. Los estudiantes hicieron públicas algunas de sus demandas que a día de hoy se recogen ya en un pliegue petitorio, demandas que van desde un cambio de lógica económica y política al empoderamiento ciudadano a través de la información para que «los ciudadanos puedan exigir y criticar de manera fundamentada a su gobierno, a los actores políticos, a los empresarios y a la sociedad misma. Por eso, «Yo Soy 132″ hace del derecho a la información y del derecho a la libertad de expresión sus principales demandas».
También declararon que son un movimiento ajeno a cualquier postura partidista y constituido por ciudadanos, y por eso no expresamos muestras de apoyo o rechazo hacia ningún candidato político. Otra de las demandas de «Yo Soy 132» es garantizar el acceso a Internet como derecho constitucional.
A medida que se iba añadiendo gente a la concentración de protesta contra la manipulación informativa de los duopolios televisivos y el intento de imposición de un candidato casi por «mandato mediático», los estudiantes decidieron marchar por todo el Paseo de la Reforma (una de las mayores y más transitadas avenidas de la Ciudad de México) hasta llegar al monumento del Ángel de la Independencia. Una vez allí, espontáneamente, una parte de la marcha decidió continuar la marcha primero hasta las instalaciones de la televisora (Televisa) para pedir la transmisión en cadena nacional del segundo debate entre candidatos (a realizarse el 10 de junio) y acabar con lo que denominaron «contenidos basura» y «telenovelas idiotizantes». Otro grupo de manifestantes se dirigió al Zócalo capitalino.
Durante la marcha no faltaron las consignas reivindicativas y creativas apelando a las demandas de los «Yo Soy 132» como la de «No queremos una democracia de telenovela». Pero también se escuchó «el 2 de octubre no se olvida» en referencia al día en que el gobierno mexicano quiso dispersar el movimiento estudiantil de 1968 provocando el terrible desenlace conocido como la Matanza de Tlatelolco asesinando a centenas de estudiantes según las investigaciones independientes actuales. También se oyó «Atenco vive, la lucha sigue», y es que se unieron a la marcha Nacho del Valle y otros líderes del movimiento que fue brutalmente reprimido en 2006 en Atenco bajo el gobierno del PRI y Peña Nieto en 2006.
Después de cuatro horas de marcha, los estudiantes llegaron al Zócalo, donde se improvisó una asamblea entre un grupo de al menos 700 de los que marcharon que finalmente acordaron reunirse el sábado 26 de mayo en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco (lugar de la Matanza de 1968) para crear un documento conjunto y firmado por todas las universidades con propuestas de cambio que reflejen lo que los jóvenes quieren para su país.
Las manifestaciones se han replicado en otros estados del país: Oaxaca, Jalisco Morelos, Querétaro, Yucatán, Michoacán Hidalgo, Chiapas, Baja California, Puebla, y Estado México.
¿Llega la primavera mexicana?
Independientemente de si llega la primavera o no, los estudiantes quisieron demostrar con sus demandas que no hay nadie que gane antes de una elección. Piden que se diga la verdad. Además, se demuestra de nuevo que el sector joven no está despolitizado en el país. Son los jóvenes mexicanos de lo que ya se llama en Twitter «Primavera 132». Vengan de universidades públicas con una larga tradición organizativa y de lucha o de universidades privadas.
Se trata de la expresión de una generación que a 40 días de las elecciones está poniendo en duda la victoria de un candidato que ya se daba por hecha, estudiantes que asumen su rol de revolucionarios, de agentes de cambio, su fuerza moral, estudiantes que saben que las redes pueden ser espacios para la articulación de ciudadanía y convertirse en un contrapeso del discurso y del poder tradicional, incluido el de los medios.
Octavio Solís, académico del Colegio de Ciencias y Humanidades Vallejo, del departamento de historia de la UNAM comenta que «a partir del 23 el movimiento se definió como una movilización de mayor alcance, ahí fue donde echó raíces en términos de identidad, los chavos se quedaron a realizar asambleas y eso fue un indicador importante, no sólo querían ya gritar sino organizarse». Además, el pasado día 26 se realizó una asamblea de estudiantes en Las Islas (Ciudad Universitaria- UNAM) y, según Solís, «fue un primer paso hacia la voluntad organizativa en la que se constituyeron representaciones por escuelas y facultades, profesores y ex alumnos».
El miércoles 30 se celebrará otra asamblea en «Las Islas» de la UNAM en las que se pretende definir con más claridad la parte organizativa. «Si se logra concretar algo importante, entonces se pasará a un mejor y más amplio contenido político, mientras no. Este último paso es decisivo para trascender lo electoral, pues la movilización requiere un diálogo con la sociedad en general», dice Solís.
Además, hay que tener en cuenta que, como comentó Iyalli, de 23 años y estudiante de Ciencias de la Comunicación de la UAM, «es la primera vez que muchos de nuestra generación vamos a votar. Que vean que los jóvenes están interesados en su país, en que cambie y se convierta en una mejor sociedad empezando con nosotros».
«Somos apartidistas, no estamos a favor de ningún partido o candidato y queremos apertura en los medios, que no mientan», manifestó Abril Torres de 19 años y estudiante de Humanidades en la UNAM.
Apartidistas, pero no apolíticos. La supuesta apatía, el individualismo y la observación pasiva con los que se acostumbraba a etiquetar a gran parte de la juventud mexicana se desmintió en las calles y en la red en forma de ejercicio político y de acción ciudadana. La movilización pretende organizarse, crear lazos entre las distintas universidades, públicas o privadas y elaborar propuestas conjuntas, pasar de la espontaneidad de las movilizaciones a una mejor organización política. De eso dependerá que podamos hablar de Primavera Mexicana o no.
* Una versión de este artículo se publicó originalmente en inglés por: Waging Nonviolence http://wagingnonviolence.org/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.