La disputa se desató después que el Ejecutivo brasileño, a través de su ministro de Cultura, Gilberto Gil, impulsó la política de ‘software libre’ para institucionalizar programas de licencia gratuita en los organismos de gobierno. El ahorro inicial, sólo en las dependencias centrales del gobierno federal, está estimado en 500 mil dólares anuales, mientras el […]
La disputa se desató después que el Ejecutivo brasileño, a través de su ministro de Cultura, Gilberto Gil, impulsó la política de ‘software libre’ para institucionalizar programas de licencia gratuita en los organismos de gobierno.
El ahorro inicial, sólo en las dependencias centrales del gobierno federal, está estimado en 500 mil dólares anuales, mientras el seis por ciento de las ventas de Microsoft en Brasil son dirigidas al Estado, según un estudio realizado por la consultora privada IDC.
La siguiente ‘batalla’ de la disputa fue el anuncio del gobierno del programa ‘PC conectado’, que pretende financiar a bajos costos un millón de computadoras con conexión a internet, pero teniendo en su sistema operacional programas de software libre, como Linux.
Ante el anuncio, el dueño de Microsoft, el estadunidense William (Bill) Gates, pidió una audiencia con el presidente Lula durante la coincidencia de ambos, a finales de enero pasado, en el Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos.
El mandatario brasileño, sin embargo, adujo problemas de agenda ‘ajustada’ y desistió del encuentro con Gates, situación que para muchos fue el detonante de una decisión inédita de Microsoft de impedir actualizaciones a clientes brasileños ‘piratas’.
La multinacional exige un registro en su sitio web, con las licencias legales de los programas, para permitir descargas de actualizaciones de los usuarios en portugués que accedan desde Brasil, excepto en las que tienen que ver con seguridad.
La discrepancia adquirió tinte político con la amenaza del diputado Julio Semeghini, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara Baja.
Semeghini amenazó con llevar a la justicia la decisión del gobierno de eliminar el sistema Windows, de Microsoft, del programa de computadoras populares, alegando que el usuario tiene derecho de tenerlo, por ser el más utilizado en el mundo.
El anuncio de Semeghini surgió tras su reunión con Brad Smith, vicepresidente mundial de Microsoft, quien participó esta semana de un evento en la Cámara Americana de Comercio (Amcham) de Sao Paulo.
El legislador argumentó que las personas beneficiadas del programa terminarán buscando instalar Windows en sus computadoras, lo cual va a fomentar la piratería, mientras el gobierno brasileño descartó la propuesta inicial de Microsoft.
El director del Servicio Federal de Procesamiento de Dados (Serpro), Sergio Rosa, consideró ‘nefasta’ la propuesta de Microsoft de usar una versión ‘light’ de Windows (Starter Edition) para el ‘PC Conectado’, con valor de 30 dólares por licencia.
El argumento de fomentar la piratería, expuesto por Semeghini, fue debatido por el gobierno alegando que una versión compacta (‘light’) del Windows, como la ofrecida por Microsoft, provocaría, de igual manera, que el usuario busque una completa ilegal.
Las computadoras del ‘PC Conectado’, que eran esperados en el mercado desde diciembre pasado, tendrán un subsidio del gobierno de 80 dólares y un valor total de 480 dólares, financiado en cuotas mensuales de 22 dólares, más 2.8 para internet.
En el plano internacional, Brasil inició consultas con Rusia, China, Sudáfrica e India para promover la utilización del software libre, mientras que Estados Unidos, que se opone a la iniciativa, comenzó a dialogar con países latinoamericanos