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La reconquista de México

Fuentes: Rebelión

La derecha está desesperada pero no débil, desgastada pero no frágil, derrotada políticamente pero no agónica. A pesar de que los conservadores quieren preservar el pasado, sufre un lento deterioro aunque no se vislumbra su próxima desaparición.

El escenario no es agradable para la derecha del mundo, su próxima derrota en Alemania está pronosticada luego de 16 años de gobierno de Angela Merkel, Bolsonaro en Brasil, prepara un autogolpe para salvarse del juicio político, las manifestaciones sociales contra Iván Duque, continúan. En Chile y Ecuador las marchas contra los regímenes neoliberales ocurren todos los días, etc.

Algo inédito en el mundo radica en que las derrotas electorales de la derecha, significan, automáticamente, la fortaleza de la izquierda constituidos en gobiernos, principalmente en América Latina. Los partidos con ideologías de centro parecieron quedar también en el pasado o bien terminan por integrarse a cualquiera de los dos extremos en busca de alianzas para alcanzar triunfos electorales o acuerdos legislativos.

La fortaleza de la derecha no son las masas, es el monopolio de las voces que intentan sustituir a los votos de difunden en los medios que alquilan sus espacios como espectaculares en renta. Esa es la fuerza de una derecha que al contar con los recursos para hacer escuchar su voz que garantiza ser escuchada.

Los espacios excesivos de la derecha no se limitan a los medios, se extienden a todo lugar donde pueda difundir su existencia. Están vivos pero no son fuertes, la ancianidad de sus ideas son evidentemente seniles cercanas a la locura, pero se amparan en constantes expresiones de pensamiento que no se transforman como la religión o los fantasmas de sus demonios, como su religiosa obsesión anticomunista, entre otras ideas que difícilmente cambian con el tiempo.

Todo lo estático es propio de la derecha, y es en la actividad intensa que se convierte en caravana de derechistas que viajan en busca de proselitismo por el mundo, el nuevo Cristóbal Colon, es el líder de VOX, Santiago Abascal, quien en la derrota se crece por lo menos ante los medios.

Este neofranquismo tiene banderas de segregación nuevas que no por estar recién incorporadas a sus propuestas son novedosas y se basan principalmente en la aniquilación de las independencias de Cataluña y el País Vasco, el rechazo a migrantes, su vieja obsesión anticomunista y la desaparición total de “la ideología de género”.

La visita de Santiago Abascal sólo fue la plataforma de despegue para una gira internacional en busca de adeptos, como lo hicieran los conquistadores hace más de 500 años. Quieren repetir la historia y negar cinco siglos de evolución de la humanidad.

España tiene 50 millones de habitantes, VOX cuenta en su país con 3 millones 600 mil simpatizantes expresados en las urnas.

La derecha tiene en su arsenal ideológico un discurso de odio, donde VOX y PAN coinciden aunque éste último reniegue de sus coincidencias. Recordemos que los panistas tuvieron en la pandemia el insumo principal de sus discursos, de sus estrategias partidistas, de sus proyectos administrativos, de sus críticas al contrincante, etc.

La oposición en México nunca había tenido tanto salvajismo al grado de que sabotearan las medidas del sistema de salud, menos aún en medio de una pandemia mundial. Su agresión a la población fue una constante en sus declaraciones, propuestas, iniciativas, trabajos partidistas.

Pasaron de ser legisladores a convertirse a porros de la política con personajes sin ideas, pero con mucha garganta para gritar, golpistas del discurso, porros de la legislación, como Gabriel Quadri, X´chitl Gálvez, Kenia López, Julen Rementería, Margarita Zavala, dedicados a impedir que se gobierne y no cogobernar como oposición con el gobierno en turno, como sucede en las democracias.

La derecha basa su fuerza en la minoría, minorías poderosas, producto de una clase que se forjó en alianza con políticas y políticos neoliberales Carecen de fuerza popular pero cuentan con las herramientas para convencer a la sociedad de que tienen razón a más de un ingenuo. Así seguirán tratando de reconquistar América.