Recomiendo:
0

Entrevista al líder minero, Napoleón Gómez Urrutia

La reforma laboral, un paso al vacío y a la crisis social

Fuentes: La Jornada

Pretenden que los empresarios decidan si se estalla una huelga, dice

La presunta reforma laboral que el Congreso pretende aprobar es una bomba de tiempo que se le deja al próximo gobierno, a lo largo del cual estallaría con los nefastos resultados implícitos, advierte Napoleón Gómez Urrutia, líder del sindicato minero, en entrevista con La Jornada.

Considera que las consecuencias para México «son graves en extremo y en pocos años vamos a estar en una delicada crisis social de desempleo y en medio de una profunda crisis política. No se trata de ser catastrofista, sino de reflexionar en lo que ya hemos visto: nos quieren llevar a una situación peligrosa y a una ‘reforma’, cuando los demás países ya vienen de regreso, precisamente por las graves crisis sociales que han acumulado, producto de reformas similares».

Los legisladores que avalan este paso al vacío lo hacen por consigna; no analizan ni miden los efectos que van a provocar, no sólo para la clase trabajadora, sino para el país, añade. Lo que en realidad se requiere es un reforma patronal de fondo.

Gómez Urrutia subraya que «en todo esto hay responsables: el Congreso, Felipe Calderón mismo, el Consejo Coordinador Empresarial y sus abogados patronales, los sindicatos cómplices, charros y corporativos, los medios de comunicación reaccionarios que apoyan todo esto con campañas publicitarias.

Es muy delicado lo que está pasando, y efectivamente dañará mucho más la imagen de México una dictadura disfrazada donde se reprimen los derechos de los trabajadores, la libertad de asociación, la autonomía sindical para favorecer intereses oscuros y particulares. ¿Por qué nos quieren llevar por ese camino? Es indignante.

Gómez Urrutia advierte que «el engaño y el cinismo son ya política de Estado. PRI y PAN han dicho que no se trata de cambios constitucionales, pero lo que están haciendo con la Ley Federal del Trabajo es reglamentar la forma en que tú puedas ejercer tus derechos constitucionales; el de huelga, por ejemplo, lo reglamentan de tal forma que prácticamente impiden ir a la huelga.

«En el exceso, pretenden que sea el empresario quien decida si le estallan la huelga o no. Entonces, reglamentan para impedir que se ejerzan los derechos constitucionales. Si esa es la decisión, deberíamos fijarles salario por hora y contratos a prueba a diputados, senadores, lobistas, empresarios, periodistas afines al régimen, y al Presidente».

En los hechos, dice el líder minero, «se trata de una contrarreforma laboral. Si ahora, vigente la LFT, hacen lo que se les pega la gana mandando porros a tomar instalaciones y minas, amenazando a los trabajadores, imponiendo contratos de protección, sindicatos blancos, evadiendo obligaciones legales y tantas otras cosas, entonces, ¿qué no harán el día en que ya tengan la reforma laboral a su favor?»

Añade que el grado de explotación va a llegar a tal nivel que este país será inhabitable. «¿Quieren reforma laboral? Pues que se haga por consenso, con la participación de todos, que se tome el tiempo suficiente para su análisis. Pero es impensable en los términos y en las condiciones con las que pretenden imponerla.

Es una grave irresponsabilidad que el Congreso no mida las consecuencias que esto va a generar para los trabajadores y para México. ¿En manos de quiénes estamos?

Los promotores de la reforma enfatizan que ésta permitirá transparentar los recursos sindicales, porque hay muchos líderes corruptos. Ante esto, Gómez Urrutia revira: «Pues hay más empresarios corruptos y nadie los toca: no pagan impuestos, no transparentan su situación fiscal, nunca reportan utilidades, no invierten en seguridad, higiene y prevención, y por sus negligencias criminales mueren trabajadores.

«Y eso es responsabilidad del patrón. Está en la Constitución, en la LFT y en los contratos colectivos. La verdad es que tiene la cola tan sucia la clase empresarial en México, avalada por funcionarios serviles, que entonces dicen: ‘hay que hacer una reforma laboral’. Pues no: hay que hacer una reforma patronal; queremos saber cuánto pagan de impuestos, las utilidades generadas, porque al no reportarlas no sólo transan al fisco, sino también a los trabajadores».

Se le da mucha importancia a la transparencia sindical, «pero nada dicen del mugrero en la clase empresarial, protegida y apapachada por el gobierno. Y ahora quieren darle más: una política y una ley laborales que favorecen un esclavismo disfrazado para explotar la mano de obra como en campos de concentración, como lo hacen en las empresas de Germán Larrea, Alonso Ancira y Alberto Bailleres.

«¿No se dan cuenta Calderón, el Congreso, el PRI, de lo que quieren aprobar? Que hagan una reforma patronal de fondo, que cambie la mentalidad de los patrones para que sean solidarios con sus trabajadores y también con México. ¿Y ‘líderes’ obreros como Joaquín Gamboa Pascoe, Víctor Flores y demás? Sólo se bajan los pantalones para mantener sus prebendas.

Entonces, tenemos un futuro inmediato muy delicado, lo que refleja el gran resentimiento que Calderón mostró a lo largo de su sexenio en contra de los trabajadores. Él y su equipo, y un ejemplo nítido es el totalmente perverso, entreguista y corrupto Javier Lozano.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/09/26/index.php?section=politica&article=007n1pol