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Las canchas de césped sintético o la privatización del deporte

Fuentes: Rebelión

Me encuentro en Llallagua, distrito minero del Norte de Potosí, son las 6 de la tarde, siento frio, camino hacia la terminal de buses, antes de llegar a dicha infraestructura, a mi izquierda una gran porción de espacio me llama sobremanera la atención, es una cancha de césped sintético, llena de niños jugando, hay parejas […]

Me encuentro en Llallagua, distrito minero del Norte de Potosí, son las 6 de la tarde, siento frio, camino hacia la terminal de buses, antes de llegar a dicha infraestructura, a mi izquierda una gran porción de espacio me llama sobremanera la atención, es una cancha de césped sintético, llena de niños jugando, hay parejas sentadas sobre el plástico que pretende simular la naturaleza, más allá padres enseñando a sus hijos los pases propios del futbol, mini-equipos disputando un partido de futbol, cada metro cuadrado está ocupado por personas que practican el deporte, horas más tarde la cancha seguirá ocupada por la gente alumbrada por reflectores, tomo una imagen fotográfica para el recuerdo (*).

La cancha de césped sintético me llama la atención por el simple hecho de estar llena de gente, de todas las clases sociales, de todas las edades, no tenía rejas alrededor ni puertas metálicas cerradas con grandes candados que evitasen el paso y el uso por parte de la población, era un espacio abierto para todos. Ese hecho marcaba la diferencia con el resto de las canchas de césped sintético existentes en el resto del país, espacios que han sido privatizados -en general, salvo excepciones- ya que solo los que tienen dinero pueden usar las canchas de césped sintético, cobrándose por partido, entre 100 a 250 bs, monto cobrado por alguna organización social, sea la Liga Deportiva, sea la Junta de Vecinos o alguna otra organización que sido beneficiada por el programa Evo Cumple, programa que entre otras proyectos de infraestructura, se encarga de construir de canchas de césped sintético en toda Bolivia.

Se puede discutir mucho sobre el destino de los recursos obtenidos por el alquiler de las canchas con césped sintético pero es más importante saber que dichas obras fueron construidas con fondos públicos, provenientes del préstamo de la República Bolivariana de Venezuela o fondos del Tesoro General de la Nación (TGN), por lo tanto, no debería cobrarse ningún «derecho de uso»; para evitar malos entendidos, el presidente Evo Morales debería establecer con claridad (inclusive mediante Decreto Supremo) que las canchas de césped sintético tienen un fin social, por lo tanto, debería prohibirse cualquier tipo de cobro; también al momento de la entrega de la cancha debería mostrarse un letrero con grandes letras y de tamaño visible, conteniendo la prohibición. Caso contrario, la construcción de canchas deportivas de césped sintético -como se ha visto – solo implica que quienes pueden pagar por el uso, pueden hacer deporte.

(*) La imagen de la cancha de césped sintético de Llallagua puede ser vista en este enlace: https://plus.google.com/u/0/photos/117310685219895934678/albums/5817508050944091329/5817509599347101042 

Mario R. Duran Chuquimia es ciudadano boliviano, radicado en El Alto.

Su blog personal es: http://bolivianueva.blogspot.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.