En una entrega anterior dimos cuenta de algunas cuestiones políticas fundamentales: Primero, que el gobierno de Jeanine Añez surgió como una alternativa (B), al golpe de Estado originalmente planteado como civil – militar, que pretendía cerrar el parlamento, dictar estado de sitio y restaurar el Estado Republicano (alternativa A).
La alternativa (B) se establece simplemente porque las Fuerzas Armadas facilitaron el golpe pero no tomaron el poder. Segundo, que el gobierno de Jeanine Añez desde su origen sistemáticamente trato de liquidar las empresas estratégicas del Estado y paralizo todos los planes y proyectos de desarrollo estatal en sus niveles nacional y sub nacional. Y tercero, que la mayoría del pueblo boliviano decidió reestablecer el Proceso de Cambio en primera vuelta con una ventaja del 20% sobre el segundo.
René Zavaleta Mercado en su ensayo Las Masas en Noviembre anotaba que: “La Crisis Social General, muestra de modo inobjetable el grado de consciencia nacional alcanzado por el pueblo”, en este sentido cabe decir que contra la predicción política de propios y extraños (del MAS y de los anti MAS), está claro que las clases subalternas en su conjunto (campesinos, obreros, cooperativistas, artesanos, gremiales del comercio y del transporte y profesionales comprometidos) estaban y están por delante de los partidos políticos que siguen confundiendo los deseos con la realidad. Digamos el 18 de octubre de 2020 exige una nueva agenda política de autocrítica, de apertura a nuevos liderazgos, y de una gestión de abajo hacia arriba, desde lo político, desde lo económico, crear un empleo permanente y digno y profundizar la justa distribución de los ingresos. Todo esto unificado transversalmente con un real Seguro Único de Salud, que se plasma efectivamente cumpliendo la secuencia, de alerta que permite el diagnostico, de pruebas para la atención temprana y, de vacuna, para el control del COVID – 19 a mediano y largo plazo.
Resulta que para la elección general de octubre del 2020, el bloque de poder subalterno actuó como único para reestablecer el Proceso de Cambio, dejando pendientes contradicciones internas para las elecciones sub nacionales, contradicciones que se irán resolviendo atendiendo la nueva agenda mencionada anteriormente. Por esta razón, más que en anteriores oportunidades las elecciones gubernamentales y municipales serán muy distintas a la elección nacional. El ordenamiento político seguirá basado en torno a la dicotomía MAS – anti MAS, pero el MAS enfrentara contradicciones internas, no tanto del modelo económico y social a establecer, sino de su representación política en las gobernaciones y municipios. La oposición en cambio confiara, otra vez, en el crecimiento de las candidaturas mejor posicionadas en las encuestas previas, con la incertidumbre, claro está, de lo que pueda pasar con el 20% de indecisos.
La batalla nacional popular ganada en octubre del año 2020 es absoluta, y este hecho ha obligado al abanico político contrario al Proceso de Cambio (que incluye a la clase media profesional liberal, partidos y asociaciones ciudadanas de centro derecha y derecha, los extremos de los grupos paramilitares y ultra izquierdistas y, la oligarquía de terratenientes agroindustriales, banqueros y grandes importadores – exportadores), recurrir a un expediente auto justificatorio e insólito: Primero, quieren encontrar en el discurso de David Choquehuanca una fisura del MAS. Segundo, en Eva Copa una ruptura del bloque de poder subalterno. Y tercero, hipócritamente se afanan en reconocer la consecuencia política de difuntos izquierdistas: Orlando Gutiérrez (28 de octubre 2020), Osvaldo Peredo (12 de enero del 2021), Felipe Quipe (21 de enero del 2021), Edgar Ramírez, solo para destacar las contradicciones que estos personajes tuvieron con la dirigencia del MAS.
La población boliviana sigue concentrada en un 70% en el eje troncal de los departamentos de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, hecho que no disminuye la importancia política y económica de los restantes 6 departamentos, la mayoría de las nacionalidades indígenas se hallan en la Amazonia y las pampas de Moxos de Beni y Pando y en el Chaco de Tarija y Chuquisaca, los hidrocarburos en el Chaco Tarijeño y los minerales y el litio en Potosí y Oruro, por lo demás, son departamentos en los que la mayoría de sus municipios son dominantemente rurales, con esta precisión podemos referirnos a la correlación de fuerzas políticas del eje troncal en el momento actual:
Las encuestas y la percepción ciudadana indican que en la ciudad de La Paz, sin mayores contratiempos se impondrá en candidato del MAS, en cambio en el Municipio del Alto, sin duda ganara la candidata de JALLALLA, como producto de un error político del MAS, sin embargo este fenómeno no se replicara a nivel de gobernación donde el candidato del MAS tiene mayores posibilidades. Cabe en este punto hacer notar, que a despecho del antimasismo, la candidata de JALLALLA de El Alto estará más cerca del Gobierno Central que de ese abanico político contrario al Proceso de Cambio.
En el caso del Departamento de Cochabamba el candidato del MAS a la gobernación tiene la mayor aceptación ciudadana, en cambio a nivel del municipio del Cercado, el antimasismo recurre en acto desesperado a un candidato del tiempo de la democracia pactada, antes NFR y ahora SÚMATE, que ciertamente tiene posibilidades de salir victorioso, aquí, sin embargo, no se tiene en cuenta el peso determinante de los indecisos, del voto vertical y corporativo.
En el departamento de Santa Cruz, hoy por hoy, estamos frente a la más importante disputa de poder ideológico – político. La vieja oligarquía, terrateniente, agroindustrial, financiera y de servicios no tiene representante propio ni para la gobernación, ni para el municipio de Santa Cruz de la Sierra. Obligados por las circunstancias apuestan por el principal actor del golpe de Estado de noviembre del 2019, antes presidente del Comité Cívico y ahora de CREEMOS para la gobernación y, para la alcaldía de la capital cruceña al presidente de UCS, aliado segundón de esa vieja oligarquía. Al frente y por primera vez, un binomio unificador van de candidatos del MAS a la gobernación y una militante, expresidenta del senado al municipio de Santa Cruz. Candidatos que solo pueden crecer por el voto oculto de los indecisos, la práctica del voto vertical y corporativo que se resuelve el día de la elección.
Como conclusión a medio tiempo, se puede señalar que el MAS a nivel nacional está mejor posicionado que en la anterior elección sub nacional (de hace 6 años), que por primera vez en Santa Cruz se organiza un frente patriótico alternativo al monopolio oligárquico regional y, que mediando un plan realista oportuno y universal de lucha contra el COVID – 19, se establecerá en la practica el Seguro Único de Salud.
Danilo Paz Ballivián. Investigador Asociado CESU – UMSS