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Las elecciones internas y el conflicto de interpretaciones sobre el kirchnerismo

Fuentes: Rebelión

Este domingo los candidatos irán a Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), en las cuales las fuerzas políticas definirán sus candidatos para las elecciones de medio término en Octubre. A pesar de su formal proclamación como internas, resulta visible que éstas resultan una apuesta de los candidatos y las fuerzas políticas por atraer la mayor […]

Este domingo los candidatos irán a Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), en las cuales las fuerzas políticas definirán sus candidatos para las elecciones de medio término en Octubre. A pesar de su formal proclamación como internas, resulta visible que éstas resultan una apuesta de los candidatos y las fuerzas políticas por atraer la mayor cantidad de votantes hacia sus filas, en pos de incidir este resultado sobre las expectativas electorales de los votantes hacia Octubre. En este sentido, las elecciones presidenciales de 2011 resultan un ejemplo: las PASO de aquél año le dieron un amplio margen electoral a Cristina Kirchner con el 51% de los votos, condicionando el escenario posterior donde en las elecciones presidenciales de 2011 obtuvo el 54% de los votos.

En este marco, cierta polarización producida en los medios sobre estas elecciones demostraría que la disputa más importante se define primordialmente en torno al eje «oficialismo/oposición», representando la figura del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, al primero, y la del intendente de Tigre, Sergio Massa, a la segunda.

Sin embargo, detrás de las imágenes efectistas propias de la propaganda publicitaria, se distingue una lucha por las interpretaciones, no explicitada, que sería bueno interrogar frente al pragmático silencio de ciertos políticos sobre sus ideas. Ésta remite a la diferencia entre un primer kirchnerismo y un segundo kirchnerismo, trazada de forma subrepticia por Sergio Massa, candidato del Frente Renovador.

Según se puede interpretar a partir de declaraciones lanzadas por éste último, el primer kirchnerismo sería el de Kirchner (2003-2007), «un país en serio», caracterizado especialmente por la rigurosidad macroeconómica y la gestión. El segundo kirchnerismo, sería aquel más conflictivo e identificado con el mandato de Cristina, el del conflicto con las entidades agropecuarias y la Ley de Medios. Para el gobierno nacional, tal línea distintiva no existe, en tanto reivindica al gobierno actual como la continuidad efectiva de la herencia del período 2003-2007.

Sin embargo, en el caso de Sergio Massa, existe una reivindicación del primer kirchnerismo que lo contrapone con el segundo. Se reivindica el papel de gestión y administración del primer gobierno, es decir, una especie de «vuelta al origen», previa al comienzo de la «batalla cultural». Ésta última supuso a partir del surgimiento de distintos colectivos políticos durante el período 2008-2011 -como el fortalecimiento de la militancia juvenil a través de la organización La Cámpora, el Espacio Carta Abierta de intelectuales afines al gobierno nacional, así como el programa televisivo 678- la estructuración de una visión que intensificó el énfasis de la dimensión ideológica en la auto-percepción del gobierno nacional.

En tanto el escenario construido polariza en torno a estos candidatos en la Provincia de Buenos Aires, luego del domingo podremos conocer un poco mejor la percepción del electorado en torno a estos temas. Detrás de las imágenes, comenzará a dirimirse, de aquí a 2015, la lucha entre dos interpretaciones sobre el proceso político acaecido en estos diez años: aquella que postula una continuidad entre todo el período, desde cierta mirada positivista que sugiere que el kirchnerismo ha avanzado de forma progresiva hacia una mayor democratización de las distintas esferas de la sociedad, representada por el candidato del gobierno nacional, Martín Insaurralde, y aquella que postula que el kirchnerismo perdió su inicial competencia en la administración y la gestión pública características de su primer mandato, por desviaciones ideológicas y al poner su énfasis, en palabras de Sergio Massa, «en el pasado». Veremos entonces cuál de estas interpretaciones prevalece como la más convocante de cara a las expectativas políticas de la sociedad argentina.

 

Ariel Goldstein es Sociólogo (UBA). Becario del Conicet en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (Iealc).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.