Las grandes empresas radicadas en Argentina, entre ellas decenas de trasnacionales, generan sólo el 4 por ciento del total de los puestos de trabajo ‘existentes’, informó hoy aquí el Instituto para el Desarrollo Argentino (Idesa).La entidad -integrada por las 500 compañías más grandes que operan aquí- apoyó su estudio en la ‘Encuesta Nacional a Grandes […]
Las grandes empresas radicadas en Argentina, entre ellas decenas de trasnacionales, generan sólo el 4 por ciento del total de los puestos de trabajo ‘existentes’, informó hoy aquí el Instituto para el Desarrollo Argentino (Idesa).
La entidad -integrada por las 500 compañías más grandes que operan aquí- apoyó su estudio en la ‘Encuesta Nacional a Grandes Empresas’, que desarrolla en forma permanente el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Idesa indicó que esto ocurre ‘a pesar de que (las firmas) concentran un tercio de la producción y tres cuartas partes de las exportaciones’ argentinas.
En el análisis que formuló Idesa acerca de las razones de que se presente este panorama, señaló que ‘las regulaciones laborales hacen que (las empresas) extremen los recaudos antes de contratar a un trabajador’, y que ‘eludan las cargas (sociales) para minimizar la cantidad de asalariados’.
Los analistas de Idesa consideraron que ‘los datos muestran la fuerte concentración de la producción que se produce en este reducido grupo de empresas’, que generan los resultados operativos mencionados ‘y juegan un rol decisivo en cuestiones claves como el superávit comercial y fiscal’.
En estos números tienen mucho que ver, según Idesa, ‘las regulaciones laborales’, que impactan de forma distinta en una firma ‘grande’ respecto a una pequeña o mediana.
‘Los pequeños emprendimientos, las altas imposiciones al trabajo, la litigiosidad y los trámites burocráticos inducen a la informalidad’ laboral a las empresas, destacó Idesa.
La entidad, a la hora de reportar conclusiones del estudio realizado, puntualizó que ‘entre las grandes empresas, la estrategia parecería ser la de eludir estas cargas regulatorias a través de minimizar la cantidad de asalariados y extremar los recaudos antes de contratar un nuevo trabajador’.
‘En este marco, probablemente, la situación más conflictiva sea para las empresas medianas, dado que les es difícil apelar a la informalidad y muchas veces no tienen a su alcance las estrategias de recursos humanos que usan las empresas más grandes.
‘Por diversas vías, el resultado es menos puestos de trabajo y de peor calidad’, concluyó Idesa.