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Las mujeres y el Estado Plurinacional

Fuentes: La Epoca

María Galindo es una de las figuras más visibles de Mujeres Creando, un movimiento encargado de la difusión de ideas transgresoras que busca despatriarcalizar las relaciones de convivencia que subyugan el rol de las mujeres bolivianas. A través de espacios que permiten una lucha conjunta de mujeres que buscan una sobrevivencia digna, libre en aspectos […]

María Galindo es una de las figuras más visibles de Mujeres Creando, un movimiento encargado de la difusión de ideas transgresoras que busca despatriarcalizar las relaciones de convivencia que subyugan el rol de las mujeres bolivianas. A través de espacios que permiten una lucha conjunta de mujeres que buscan una sobrevivencia digna, libre en aspectos económicos, sociales, culturales y de elección sexual y de maternidad, Mujeres Creando, se ha consolidado como el primer movimiento feminista y que visibililiza el lesbianismo y la prostitución en Bolivia.

¿Cuál es el papel actual de la mujer en Bolivia?

María Galindo (MG).- No se puede hablar de la mujer en singular, porque cuando se lo hace se remitirte a la imagen y el lugar machista que le asigna una sociedad a la mujer y la convierte en singular, la convierte en un modelo de feminidad, nosotras tenemos que hablar de las mujeres en plural porque las mujeres no somos un universo homogéneo, no ocupamos un lugar específico.

Las mujeres estamos atravesadas por relaciones de clase, de origen cultural, por la condición de la maternidad, por la condición de la edad, de las opciones sexuales y del vínculo con los hombres. La relación con el varón aparece como la relación que legitima a las mujeres, si eres madre, esposa y casada perteneces a una relación de legitimidad, si eres soltera, solterona, lesbiana, puta, divorciada perteneces a un lugar de ilegitimidad porque tu relación con el hombre te pone en cuestión con el varón concreto.

Nostras decimos que Mujeres Creando somos indias, putas y lesbianas, juntas revueltas y hermanadas, que quiere decir que nosotras no hablamos de las mujeres en general, por eso es que tampoco se puede construir una representación de las mujeres, no existe la mujer boliviana.

¿De qué manera los procesos de subjetivación de la mujer se ven subordinados por los del hombre?

MG.- Una se vuelve ‘la mujer’, el presidente habla de la mujer Boliviana, la iglesia también lo hace, incluso muchas organizaciones, de manera utilitaria, hablan de la mujer. Ese modelo no está construido por las mujeres, ese modelo de feminidad, de ideal de mujer, ese deber ser, deber ser flaca, virgen, madre, armoniosa, dócil, suave, todo ese deber ser es una construcción cultural, política y religiosa patriarcal, por eso es que nosotras rompemos con cada uno de esos mandatos de manera cotidiana.

¿El nacimiento del Estado Plurinacional permite una mayor protección a las mujeres?

MG.- La protección no se da de ninguna manera, en Bolivia lo que tenemos muy fuerte es una tecnocracia de género. Cuando se da el ajuste estructural en América latina, una de las decisiones del BM fue que el colchón de soporte social, de costes del ajuste lo iban a pagar las mujeres. Entonces a partir de muchos organismos internacionales se crean ONG de mujeres en Bolivia.

Estas ONG no generan un discurso propio, adoptan el lenguaje, las imposiciones y visiones foraneas, de ahí viene la incorporación al servicio militar de las mujeres, la ley de cuotas, la ley contra la violencia intrafamiliar, la usura bancaria y el microcrédito como supuesta lucha contra la pobreza. No pensaron el país ni lo interpretaron, mantuvieron una visión liberal. La ley de cuotas es la conversión de las mujeres en biología y no en política. Estamos en un Estado en el que una mujer representa a las mujeres solamente porque tiene útero.

Lo curioso y grave es que esa misma matriz y ese mismo conjunto de protagonistas que emergen con el MAS se reacomodan en la Asamblea Constituyente y usurpa la voz de las mujeres, y lo único que hacen es meter en la CPE un supuesto discurso de derechos, que es liberal y lírico, que no sirve para nada y no resuelve el problema. No se revisó la base de la sujeción de las mujeres que es maternidad, paternidad y familia.

Las mujeres no somos un sujeto político, por eso lo que se ha inaugurado, desde nuestro punto de vista es un Estado Plurinacional machista, patriarcal.

¿Cómo es que las mujeres pueden ganar los espacios de poder?

MG.- No nos interesa ganar esos espacios de poder, a parte que no son espacios de poder. Cuando se encuentra a una mujer que ejerce un espacio de poder, no es precisamente desde su condición de mujer, sino desde otro tipo de elementos en su vida.

No sirve ganar ese espacio porque no sirve para nada, una mujer que forme parte de un Estado patriarcal y machista lo único que va a hacer es ser parte de un eslabón más de ese mismo patriarcado y machismo.

Una de las políticas más machistas que hay del presidente es el Bono Juana Asurduy, porque sigue conceptuando a las mujeres como un aparato reproductor, no les interesa la mujer ni su maternidad, interesa el día del parto, la reproducción pura y dura, porque apunta exclusivamente a eso.

¿Cómo se arma este sujeto político?

MG.- Nosotras venimos trabajando en eso tanto desde la teoría como desde la práctica política hace 20 años, y creo que hemos avanzado en la construcción de un referente de rebeldía, estamos instalando ideas a la sociedad que inquietan, antes de nosotras no se hablaba de lesbianismo ni de prostitución.

Entonces básicamente este sujeto político se construye desactivando cada uno de los mandatos patriarcales y eso el Estado patriarcal no va a ser capaz de hacerlo jamás y tampoco el partido político ni el movimiento social.
En las Bartolinas Sisa, las dirigentes se escogen sobre la base de una matriz de obediencia, de conservadurismo, sobre la base de una matriz machista, por eso en el fondo tenía también razón el presidente, él está rodeado de mujeres machistas porque es lo que los movimientos necesitan y
quieren, mujeres que se hagan a las muy combativas, que avalen la subordinación de su propio movimiento respecto de los movimiento de varones y que además hagan el trabajo domestico para ellos.

El sujeto político del que yo estoy hablando es un sujeto indigesto, difícil, complejo que rompe con todos los mandatos de su misión y ese sujeto no se va a construir desde el Estado, ni desde los movimientos sociales masculinistas y machistas que sean movimientos de mujeres y ese sujeto no se va a construir tampoco desde la izquierda porque la izquierda nunca entendió que las mujeres somos sujetos políticos.

¿Cuál es el camino para llegar a despatriarcalizar el Estado?

MG.- Es muy importante el cambio del régimen de maternidad y paternidad, la maternidad está sujeta a la paternidad, es el padre el que legitima al niño o niña a través del apellido. Si se habla de cambiar estos regímenes se está poniendo en discusión la familia, hoy una familia es masivamente representada por una mujer y sus wawas, esa familia tiene que ser legitimada por el Estado como una familia válida y no disfuncional o carente. Actualmente la paternidad no implica responsabilidad de crianza, nadie se la exige, sólo existe la mala madre.

Otro tema es la despenalización urgente del aborto, la recuperación de la soberanía de las mujeres sobre nuestro cuerpo, poder ser dueña y poder decidir cuándo se quiere ser madre, si quieres ser madre y de cuántos niños o niñas quieres ser madre.

También es importante la educación sexual, el derecho a conocer tu cuerpo tanto de hombre como de mujer, la emancipación económica, la autonomía económica, la mujer es actualmente la proveedora de la despensa, pero está endeudada y estrangulada en sus posibilidades de emancipación económica. Finalmente el tema de vivienda, políticas de vivienda para madres solteras, un importante sector social que necesita un análisis feminista de la estructura social y sobre las necesidades sociales.

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