Luego del terremoto en Haití, Internet se convirtió en el principal vehículo de comunicación. En la red de redes comenzaron a circular las primeras imágenes de la catástrofe y por esa vía se establecieron los primeros contactos de los haitianos con el mundo exterior. Un reporte de BBC destacó este jueves el modo en que […]
Luego del terremoto en Haití, Internet se convirtió en el principal vehículo de comunicación. En la red de redes comenzaron a circular las primeras imágenes de la catástrofe y por esa vía se establecieron los primeros contactos de los haitianos con el mundo exterior.
Un reporte de BBC destacó este jueves el modo en que las nuevas tecnologías han logrado apoyar distintas tareas de urgencia desde sus herramientas y lenguaje particular, después que el sismo dejara destruidas las líneas de teléfono terrestres y de electricidad, y vastas áreas del país quedaran totalmente aisladas.
Los usuarios de Twitter y Facebook estaban colocando unas 1 500 actualizaciones por minuto que contenían la palabra «Haití» aunque, ciertamente, un nivel bajo de esos mensajes provenía de ese país. Según cálculos del Banco Mundial, solo el diez por ciento de los haitianos tenían acceso a Internet antes del terremoto.
La red ha tenido un enorme impacto no solo como vía de comunicación con los trabajadores de rescate en la nación caribeña. También ha sido utilizada como una herramienta para recolectar fondos y ayuda para los haitianos.
Los usuarios de Facebook y YouTube pasaron el mensaje de donar fondos para la Cruz Roja de Estados Unidos y la campaña -vía teléfono celular- ha logrado reunir 35 millones de dólares, mientras Twitter fue utilizado por la organización Médicos Sin Fronteras para reclutar voluntarios, señaló la cadena británica.
Por su parte, la flota de satélites que orbitan el planeta a cientos de kilómetros de la Tierra también se ha unido para ofrecer sus servicios en la coordinación de la ayuda. A través de ellos se analizan las calles y caminos que han quedado destruidos, así como los edificios que han colapsado y en los que pudieran encontrarse sobrevivientes.
La Carta Internacional sobre el Espacio y los Grandes Desastres firmada por la Agencia Espacial Europea (ESA) y las agencias espaciales de Francia y Canadá, a la cual se unieron organismos importantes como la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (Noaa) y el Sondeo Geológico de Estados Unidos, prescribe que los signatarios tienen el deber de reprogramar sus satélites para obtener los datos que se necesitan de forma más urgente en una región devastada.
En el caso del terremoto en Haití, además de estos, también se han desplegado otros satélites, incluidos los principales de la ESA: la sonda de observación de la Tierra, el ERS-2 y el Evisat.
Los primeros mapas difundidos de las calles devastadas de Haití fueron generados por estos satélites, con imágenes tomadas las primeras 24 horas tras el terremoto.