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Las preocupaciones subjetivas

Fuentes: Rebelión

Bien por el documento de la Conferencia Episcopal. Bien, porque resalta lo positivo de la nueva Constitución Política del Estado. No importa que no se refiera a todos los avances, significativos avances, que incluye ese texto. Lo importante es que toma distancia y deja atrás el enconamiento que marcó las relaciones de la Iglesia Católica […]

Bien por el documento de la Conferencia Episcopal. Bien, porque resalta lo positivo de la nueva Constitución Política del Estado. No importa que no se refiera a todos los avances, significativos avances, que incluye ese texto. Lo importante es que toma distancia y deja atrás el enconamiento que marcó las relaciones de la Iglesia Católica con el Gobierno, durante las últimas semanas.

Habrá que esperar una advertencia a quienes, en ese mismo tiempo, han abusado de los preceptos religiosos para hacer campaña. Desde la lamentable declaración de un parlamentario condenando el supuesto ateísmo del gobierno, hasta el uso de imágenes para inducir, a los votantes, a pronunciarse en contra del gobierno. Los opositores no tuvieron reparo en afirmar que Cristo lloró porque Evo Morales está en el gobierno. Semejantes dislates debían ser censurados por las autoridades eclesiásticas. Ojalá lo hagan oportunamente.

Lo bueno de la CPE

Volviendo al documento de la Conferencia Episcopal Boliviana, es importante señalar que el tema positivo que destacan en primer término es el reconocimiento de los pueblos indígenas y los sectores históricamente marginados. Saben ellos que, este reconocimiento, no es un mero apunte en la Constitución Política, sino que es punto de partida de una nueva estructura política y social de este nuestro país. Esa definición está presente en todo el contexto de la Carta Magna que se aprobará el domingo 25 de enero.

Hay un avance significativo en los derechos de la persona y las garantías constitucionales. Se reconocen los conceptos de nación y de nacionalidad bolivianas. Se respeta el principio de mayorías y minorías. Así puntualiza el documento de la jerarquía católica que, indudablemente, hizo un estudio serio del texto constitucional.

Otras seis referencias sobre formas de votación, control social, jurisdicción indígena, implementación de autonomías, la obligación del idioma nativo y la libertad religiosa, son temas que también incluye la reflexión del episcopado boliviano.

Habría sido beneficioso que resaltaran también el reconocimiento de la propiedad comunitaria, la diferenciación entre derechos fundamentales y derechos civiles y políticos, la responsabilidad ética de los medios de comunicación y el carácter revocatorio de los cargos electivos.

Pero, repetimos, es importante que se haya destacado los logros de la nueva Constitución Política del Estado, en la declaración de la Conferencia Episcopal. Habrá que esperar que, la enceguecida oposición, carente de argumentos, no recurra a la mentira difundiendo dislates que, según ellos, están en el texto constitucional.

Qué le preocupa al episcopado

Para estar en equilibrio, el documento episcopal plantea también diez preocupaciones. Habrá que advertir que ni una sola de éstas se basa en algún precepto de la nueva Constitución. Todo lo más que dice es que podría darse una determinada situación. ¿A partir de qué consideración? Sólo señalan inquietudes que deben tomarse en cuenta, pero de ningún modo son normas o definiciones de la Carta Magna.

Veamos. Que se puedan desconocer los derechos esenciales; ¿por qué?, no hay ninguna explicación. Que la discrecionalidad del Estado afecte la vigencia de los derechos, ¿dónde se establece tal discrecionalidad? Que los derechos preferentes para ciertos grupos afecten la igualdad; esos derechos preferentes para los sectores que fueron siempre marginados ¿acaso no son condición para reponer igualdad de oportunidades?

Los antedichos, son los principales señalados. Habrá que comprender que el episcopado parte de las reticencias que se empeñan en mostrar los sectores que han sido privilegiados desde siempre. Que tienen derechos esos grupos, lo reconoce la nueva Constitución. Lo que no les reconoce es la prebenda, el privilegio y la canonjía. Lo que no está en discusión, son los derechos que se les respeta, exigiéndoles que respeten el derecho de los demás, que son la mayoría.

De allí en adelante, el episcopado católico entra en detalles menos sustentables. No hay razón alguna para que entren en argumentos de tan débil sostenimiento. Pero, como todo ciudadano boliviano, es derecho pleno a plantear sus preocupaciones.

De todos modos, bienvenido el documento de la Conferencia Episcopal. Habrá que esperar que, los que están abusando del argumento religioso, moderen su desesperación, cumpliendo el segundo mandamiento de los cristianos: no levantar el nombre de Dios en vano.