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10D día internacional de los DDHH, 11D ¿Día internacional de la impunidad?

Las razones para exigir justicia pero no para acompañar a Trimarco

Fuentes: De Igual a Igual

El fallo que absolvió a los 13 acusados por el secuestro de Marita Verón hace 10 años, resultó un oprobio para el conjunto de la sociedad tucumana y argentina. Para el 12 de diciembre una manifestación que congregó a amplios espectros de organizaciones sociales, tanto oficialistas como opositoras, encendió en mi la luz de alarma, […]

El fallo que absolvió a los 13 acusados por el secuestro de Marita Verón hace 10 años, resultó un oprobio para el conjunto de la sociedad tucumana y argentina. Para el 12 de diciembre una manifestación que congregó a amplios espectros de organizaciones sociales, tanto oficialistas como opositoras, encendió en mi la luz de alarma, sumada a las declaraciones de la madre de Marita, Susana Trimarco, quien avaló al gobernador de Tucumán, José Alperovich, para quien no solo le ha dado su apoyo sino que lo libera de todo pecado concebido.

Me hizo mucho ruido interno la convocatoria a la manifestación tras la sentencia absolutoria y me causó casi tanta urticaria como el fallo mismo. En primer lugar me genera escalofríos escuchar a Susana Trimarco alabar al poder de turno, decir que ella tuvo que consolar a la presidente del país, Cristina Fernández y que es amiga del alma de la embajadora estadounidense en Argentina, quien también envió sus saludos de solidaridad tras el fallo. Me hace ruido y mucho, cuando escucho al gobernador de Tucumán hacerse el sorprendido y el dolido tras el fallo y decir que hará todo lo que sea para colaborar con Trimarco. Mi pregunta es qué hizo el Edo. Argentino en los casi 10 años que lleva Marita desaprecida, sino mirar a otro lado porque uno, a priori, siempre tiene la sospecha que su policía y su seguridad interior no han hecho nada en pos de las víctimas de la trata y muy por el contrario dejaron y dejan hacer.

Me causó urticaria ver banderas de organizaciones oficialistas, como las de La Cámpora, marchar a la par de organizaciones de izquierda, por la sencilla razón que nunca pueden ubicarse a la par de los reclamos siendo que los primeros apoyan al poder político de turno, representado por Alperovich en Tucumán y por CFK en el país, mientras que los segundos dicen cuestionar a dicho poder. En palabras de una compañera de un partido de izquierda, se reconocieron de izquierda a derecha, todas las tendencias, marchando juntas, evidenciando una falta de criterios a la hora de manifestar.

Decidí no marchar en Tucumán porque no es posible acompañar los reclamos de justicia no viendo que el poder político que hay detrás es parte responsable del sostenimiento de la trata y de toda la «porquería» que suma nuestra sociedad: drogadicción, pobreza y miseria estructural, delincuencia de elegante sport, entre otras calamidades.

Lo medité mucho pero llegué a la conclusión que a río revuelto, todo, absolutamente todo, solo es ganancia de quienes siguen en el poder, los mismos que en los años 90 rifaron al buen postor este país, alguno de los cuales, en un acto canallesco de olvido, no mencionan que fueron parte de aquello. Y si, me refiero al kirchnerismo en general y a la presidente en particular, la misma que es alabada por Susana Trimarco.

Mi sensación en Tucumán es que por izquierda refunfuñan contra Alperovich pero se acompaña a Trimarco que alaba al gobernador Alperovich de la misma manera en que alaba a la señora presidenta, de la misma manera en que afirma, en una entrevista televisiva lo grandiosa que es la embajada estadounidense en Argentina y que ella, doña Trimarco, mamá de Marita, es íntima amiga de la embajadora yanqui en Buenos Aires. Y no está demás repetir estas declaraciones de Trimarco, porque parecen haber quedado desapercibidas en medio de la bronca generalizada de la sociedad tucumana, por derecha y por izquierda.

No digo no manifestarse, pero hubo sectores que se negaron a salir el 8N a levantar banderas rojas en los cacerolazos para reclamar por izquierda contra el gobierno, ya que entendieron que en el 8N se manifestó la derecha ultra de este país sin mirar más allá lo complejo que supuso el entramado de aquella movilización. Marchan con Trimarco y sí le hacen el juego a personajes que no se cansarán de estar cercanos al poder, el mismo poder que teje sus alianzas de corruptela con mafiosos reconocidos de la sociedad argentina a fin de sostener el tan mentado modelo. Todavía hace arder mi retina la imagen de Alperovich recibiendo en la casa de gobierno al principal mafioso de Tucumán, la «chancha Ale», además señalado como uno de los sospechados del caso Verón.

«Sostener» a Alperovich junto a la «Cámpora, filial Tucumán» es lo que hizo, sin darse cuenta, la izquierda tucumana. La lucha contra la trata, la explotación sexual, la violencia de género y otras calamidades que sufren las mujeres por el solo hecho de serlo, en una sociedad claramente machista y conservadora, como la Argentina, no puede justificar los medios para determinados fines. No se trata solamente de tres jueces corruptos que absuelven a acusados de primera línea, sino, y esto lo sabemos, de todo un complejo sistema de impunidad que se teje desde las altas esferas del poder y que salpica tanto al ejecutivo, como al legislativo y desde ya al judicial.

Mientras la señora Trimarco decida acercarse a estos poderes para conseguir justicia, por su hija, yo no acompañaré su reclamo pues entiendo que no solo el poder judicial es responsable del dictado de un fallo calamitoso. Todos los poderes del estado están podridos y no de ahora, el poder burgués que reprime una manifestación de pueblos originarios en el Chaco, que hace la vista gorda cuando la patota sindical de la que es amiga asesina a un militante rojo, que hace la vista gorda de los prostíbulos que se nutren de niñas secuestradas, de jueces que reciben coimas, del poder Ejecutivo que no limpia la policía, de los poderes legislativos que no sancionan leyes progresivas, etc etc.

Algunos se acordaron de Marita Verón recién ahora que estalló el escándalo pero poco y nada dicen de las complicidades del gobierno con los Ale o que se naturalice el barbarazo que dijo la esposa de Alperovich, la casi presidente argentina, Bety Rojkes, que prostíbulos igual seguirán habiendo. Porque sí, Bety volvió a «jetonear» mal, como cuando dijo que «papá Estado no podía hacerse cargo de padres borrachos» en el marco del asesinato de una menor de Villa Muñecas, culpando a los padres que no cuidaron de ella. Claro que prostíbulos seguirán habiendo, legales o clandestinos, porque hay clientes, porque hay un poder o varios poderes que le hacen el guiño, porque es un negocio altamente rentable, como el tráfico de droga, como tantos otros turbios negocios que salpican, sin lugar a dudas, a los tres poderes del Estado. Quizás entonces debamos concluir que Bety fue la más sincera de todos y estaba diciendo lo que muchos se niegan a admitir, la madre de Marita incluida, y es que desde el Edo. no se va a hacer nada o casi nada para impedir que la trata siga siendo un negocio rentable. Y no puede admitir, como lo hizo, que Alperovich no tiene nada que ver en todo esto y que solo está mal asesorado. Pero Bety se siente en paz, ha pedido disculpas, Trimarco la ha disculpado y como si nada sucediera, otro guiño al poder político de turno.

Nadie dice no exigir justicia por Marita y por todas las Maritas que sufren en suelo argentino la explotación y la miseria, el secuestro y la violación. Pero una cosa es exigir justicia y otra acompañar a quienes se emparentan con uno de los poderes del Estado responsable de velar por nuestra seguridad y la de todas las Maritas del país.

A mi también me asaltó el llanto y la amargura tras escuchar la absolución de los 13 imputados del caso Verón, pero también me llamó a reflexión sobre dónde estamos parados, sobre lo poco que cambió nuestra sociedad en los casi 10 años de gobiernos K y donde Tucumán se ha transformado en lo que fueron históricamente el Santiago de los Juárez o la Catamarca de los Saadi: EN UN FEUDO. El feudo alperovichista K, ese que maneja a discresión la «Caja», ese que bolsonea en las elecciones, ese que vive del clientelismo político.

Tucumán ARDE. Y arde no de ahora sino, por lo menos, desde el 66 a la fecha, cuando los poderes de turno, civiles o militares, instauraron el tan mentado modelo, que empobreció a su población, que liquidó a una generación combativa, que destruyó parte del aparato productivo de la provincia, que rifó el futuro de sus habitantes y que convirtió a esta región Noroeste del país, en tierra de nadie para que capo-mafias y oportunistas de billetera llena, sigan engrosando sus arcas a costa del pueblo que sufre no solo la explotación de un sistema de producción injusto, como es el capitalismo, sino, que como en el caso de Marita Verón, sufre de la explotación más vil de los poderes de turno. Víctimas de la trata, víctimas de la droga, víctimas del juego clandestino, víctimas que no se animan, en muchos casos, a denunciar, porque los poderes de turno, los tres poderes del Estado, están absolutamente corrompidos y, que si no están involucrados directamente en el negocio, al menos dejan «hacer», porque igual un porcentaje siempre les cae en la mesa.

Yo también exijo justicia por Marita y por todas las mujeres víctimas de la trata. Pero no puedo acompañar a Trimarco en este reclamo, por más que duela y por más que muchos se enojen conmigo. No puedo marchar junto a una organización nefasta como La Cámpora, que no duda en apretar a la oposición y que resulta ser la quinta columna de un gobierno corrupto y entreguista, como el de Alperovich y Kirchner. La estrategia de Trimarco no la comparto como no he compartido la estrategia de las «Madres de Plaza de Mayo» que se acercaron a los K por mero oportunismo político, traicionando incluso a sus pares y olvidando pronto la memoria de los desaparecidos que SI LUCHABAN POR OTRO MODELO SOCIAL DISTINTO.

El hecho de perder un hijo no da inmunidad para acompañar al poder y posicionarse desde el lugar de las víctimas. Entiendo que en la desesperación de la lucha uno agote todas las instancias posibles, pero no ver, que detrás de estos poderes se esconde el entretejido de corrupción que lleva a la desaparición de personas, es no entender de qué va el juego o ser, en el peor de los casos hipócritas y poco consecuentes con la lucha. Insisto, la trata INVOLUCRA A LOS TRES PODERES DEL ESTADO. ¿Qué hicieron los K en estos 10 años con el caso Verón y otros? ¿Qué hizo el gobernador Alpervich para encontrar y liberar a Marita? No solo los jueces están salpicados de corruptela. Y por eso no pude en la marcha acompañar ni a Susana Trimarco ni a organizaciones que sostienen a este Estado y a estos gobiernos.

El 11 y el 12 de diciembre sentí que eran días de mierda. Dicho así y no de otra forma, pues es la expresión que describen esa sensación de ahogo, enojo y tristeza por ver que Discépolo no estaba equivocado cuando decía que la Biblia descansaba junto a un calefón. Y que todo es igual, lo mismo un burro que un gran profesor. Y hay que decirlo sin eufemismos.El 12 decidí no marchar porque a fin de cuentas ¿a quién le importa Marita o las miles de Maritas que hay en Argentina? Debo ser justo, hay sectores que si lo manifiestan pero erraron, a mi modo de ver y sentir, el acompañamiento en la calle de sectores a los que la trata les importa un comino. Y da miedo pensar que esta es la sociedad que se moldea detrás de la década kirchnerista, el modelo que se esconde detrás y que sigue dejando en los poderosos de siempre pingües ganancias evidenciadas en las nefastas alianzas de este gobierno con las corporaciones transnacionales mineras, por ejemplo. Esta semana l a realidad me sobre pasó. Pero decidí, antes de salir el 12 a manifestar, pensar, reflexionar, y mirar quién es quién en el perverso juego del poder. Ese poder que Susana Trimarco no quiere ver y que es tan, pero tan responsable del secuestro de su hija como los otros, los que «fallaron» y los que «fallan», en el amplio sentido del término «fallar».

Fuente: http://www.deigualaigual.net/es/opinion/firma/5874-10d-dia-internacional-de-los-ddhh-11d-idia-internacional-de-la-impunidad