M.H.: Parece que ya tenemos un considerable número de camas de terapia intensiva con respiradores de acuerdo a lo que ha anunciado el ministerio de Salud. Se va a elaborar un plan nacional para cuidar a los que nos cuidan que se presentará en los próximos días donde se reconoce, entre otras cosas, instancias de formación en bioseguridad para que los y las trabajadoras conozcan la correcta utilización de los elementos de cuidado. Hago hincapié en esto porque en algunas instancias gubernamentales se los ha hecho responsables a los trabajadores de la salud de los contagios. He tomado nota de alguna situación de persecución en el Hospital Piñero a un enfermero y una enfermera, por una nota que publicó La Nación, donde denuncian la falta de insumos. Esto obligó a la convocatoria a una asamblea de trabajadores que derivó en un formulario para recolectar firmas y también una casilla de mail [email protected]. Y se mencionan otros casos similares en el hospital Penna y en el Pirovano. Pero hay situaciones que involucran directamente a CICOP como el caso de los 14 trabajadores despedidos en el Municipio de Tigre.
R.S.: Eso tiene un antecedente porque hace más de un año ya hubo un intento. Existe esa maldita costumbre de los municipios y los gobiernos provinciales y nacionales de tener lo que se llama en la jerga sindical “contratos basura”, es decir, tener a los trabajadores bajo monotributo, evitando la relación de dependencia. Se manejan con contratos que se renuevan automáticamente, hasta que un día deciden no renovarlo, por la voluntad política de invertir o no en salud.
La salud es uno de los lugares de ajuste, es donde primero se deja de gastar en los gobiernos municipales y provinciales. En la Municipalidad de Tigre, antes de las elecciones, se intentó no renovar los contratos en un sector específico de Desarrollo Social que trabaja, entre otros, con programas de transmisión sexual específicos dirigidos a la comunidad. Son programas preventivos de gran valor en salud pública. Pero que obviamente son siempre variables de ajuste.
El año pasado hubo una gran movilización de CICOP, estos profesionales se afiliaron y después de una serie de medidas de fuerza tomadas, con la solidaridad de todo el gremio del resto de la provincia el gobierno retrocedió y renovó los contratos. Ahora, en abril, vencían y decidieron no renovarlos, entonces nuevamente hubo una manifestación. La medida de fuerza por ahora consistió en una movilización frente al Municipio.
M.H.: Creo que se hizo una radio abierta también.
R.S.: Sí. Hubo una concentración con distintas formas de hacer visible el problema ante la comunidad, porque son cosas que le interesan a la comunidad precisamente. Los profesionales fueron recibidos y se les hizo la oferta de mantenerlos trabajando en horario reducido con la consiguiente reducción del sueldo. Se hizo una asamblea ahí con la gente que estaba en la calle y resolvieron rechazar la oferta. Entonces el conflicto está en ese momento, es un conflicto entre el Municipio que quiere gastar menos en salud y los trabajadores que defienden su trabajo y al mismo tiempo están defendiendo los programas de salud hacia la comunidad.
Tanto en el caso de los docentes como de los trabajadores de la salud, cuando defienden su estatus laboral están también defendiendo el derecho a la educación y a la salud que son gratuitos en la Argentina.
El conflicto se está generalizando, porque en la provincia de Buenos Aires la existencia de un sindicato que defiende al personal de salud como es CICOP frena un poco los avances del Estado. Se cerraron las paritarias de los trabajadores de la salud provinciales con un aumento absolutamente insuficiente que no satisfacía los pedidos de los trabajadores pero superior al promedio de los convenios que se estaban realizando y que los trabajadores aceptaron en disconformidad. Pero en el ámbito privado, la desprotección de los profesionales y todos los trabajadores de salud es mayor, a pesar de que existen ATSA y FATSA que son los sindicatos que agrupan a los trabajadores de la sanidad.
M.H.: Con dirigentes como Héctor Daer no esperemos demasiado. Porque al mismo tiempo que es uno de los dos secretarios generales de la CGT es dirigente de ATSA y de FATSA y es quien propuso rebajarle el sueldo a los trabajadores en acuerdo con la UIA. Podría pensarse que fue bajo presión que tuvo que aceptar, pero no, él fue a ofrecer esa instancia que permitió después que una serie de sindicatos adheridos a la CGT implementaran rápidamente la rebaja, como la UOM, Cavallieri en Comercio, Barrionuevo en gastronómicos, entre otros.
R.S.: En este caso la defensa de los sindicatos consiste en lo que acabás de decir que es aceptar e incluso promover la rebaja salarial de los trabajadores de la salud. Hay un sector de profesionales de la salud que no está afiliado a ATSA y FATSA, sino a un sindicato local de profesionales o médicos de la actividad privada. Pero están en la misma situación, así como la Federación Médica de Capital. Llama la atención que se han acogido a la protección del subsidio salarial estatal empresas como La Suizo, Galeno, el Sanatorio Bazterrica y otros por el estilo.
M.H.: Que siguen cobrando la cuota a los afiliados sin ningún tipo de descuento.
R.S.: Pero van a poder pagarle menos a sus trabajadores. El Estado se va a hacer cargo del 50% del sueldo y ellos le van a pagar como máximo el 50% restante.
M.H.: El Hospital Italiano vuelve a ser noticia porque redujo un 12% los honorarios de su personal médico. ¿Cómo ves la situación que se vive en las villas? ¿Qué información tenés?
R.S.: La información que tengo es lo que dicen los movimientos villeros en primer lugar, de la que no se hizo eco buena parte de los medios hegemónicos. El punto paradigmático es la Villa 31 donde la autoridad de Aysa, que es la señora de Sergio Massa, Malena Galmarini, tradicional apellido del Peronismo, dice que la responsabilidad de Aysa llega hasta el límite de la Villa y que la distribución va por cuenta del gobierno de la Ciudad.
M.H.: Rodríguez Larreta se declaró incompetente.
R.S.: Es una puja de límites y jurisdicciones. Que es un drama para quienes viven allí. Hoy lo expresaron muy bien los curas villeros de la Villa Padre Mugica, que adelantaron el homenaje por el aniversario de su asesinato que es el 11 de mayo, para evidenciar a través de una declaración el drama de la falta de agua, en este caso donde la higiene es el principal elemento preventivo para evitar el contagio y el agua es primordial.
Ahora parece que se están moviendo en ese sentido pero a través de los testeos. Van a testear a la población para determinar la presencia del virus y han tomado una serie de medidas. No obstante, por ejemplo, Aysa le lleva bidones con agua a la gente, leí el relato de una habitante de la Villa 31 que cuenta que les llenan los tanques con dos calidades de agua, una que no es potable pero que puede usarse para distintos usos sanitarios en la casa y otra, potable, que es para consumo. A esta señora le llenaron el tanque que alimenta sus grifos de agua para consumo doméstico con el agua que no es potable. Dramas de esa naturaleza en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires, el sector más adelantado tecnológicamente del país.
Es una cruel muestra de los enormes contrastes de nuestra población donde hay una gran masa de trabajadores que viven por debajo del nivel de pobreza en la ciudad más rica del país. Pero no es sólo en la ciudad de Buenos Aires, se calcula que son 4.000 barrios que podríamos llamar “villas de emergencia” en todo el país y que lo habitan unas 3.000.000 de personas que viven en esas condiciones de precariedad. Entonces es el campo propicio para que se desarrolle esta pandemia.
M.H.: Hoy hablaba con una representante del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), Cecilia, que me decía que en realidad esta situación es preexistente, ahora se visibiliza a raíz de la pandemia pero viene desde hace años.
Hoy dieron la cifra oficial de 6.000 casos confirmados de Dengue en la Ciudad.
R.S.: En estos barrios recién está entrando el Coronavirus, pero reina el Dengue por las razones que estamos mencionando. No es necesario que sea un barrio de condiciones muy precarias porque el dengue ya se ha convertido en una enfermedad autóctona en la Ciudad de Buenos Aires, este año el porcentaje mayor es de casos autóctonos, cuando antes los contagios venían de viajes a países limítrofes.