Puede que Ubuntu sea la distribución Linux de escritorio mas famosa y usada de la actualidad, pero eso no significa que le guste a todo el mundo. De hecho, cuenta con una gran cantidad de detractores, muchos de ellos preocupados por la falta de privacidad o por los cambios en la interfaz que trae su […]
Puede que Ubuntu sea la distribución Linux de escritorio mas famosa y usada de la actualidad, pero eso no significa que le guste a todo el mundo. De hecho, cuenta con una gran cantidad de detractores, muchos de ellos preocupados por la falta de privacidad o por los cambios en la interfaz que trae su escritorio Unity. Sin embargo, no podemos olvidar que Ubuntu no es una mala distribución ni mucho menos. De hecho, gracias a su popularidad es mas fácil encontrar programas y repositorios, y al estar basada en Debian nos aseguramos unos ciertos controles de calidad y seguridad. ¿Sería posible usar Ubuntu, quedándonos con lo bueno y quitando lo malo?
Linux Mint nació exactamente con ese objetivo. Originalmente planteada como un sistema Ubuntu ligeramente modificado, con el paso del tiempo se ha ido creando su propia identidad, con dos entornos de escritorios diferentes que apelan a los usuarios que están cansados de las distracciones y fuegos artificiales de los entornos modernos. Ahora, como es costumbre unas semanas después del lanzamiento de Ubuntu 13.10, llega la nueva versión de Linux Mint, la 16 llamada «Petra».
Linux Mint 16 Petra se puede descargar en dos versiones diferentes, idénticas en los programas incluidos y en su funcionamiento interno, con la única diferencia de su entorno de escritorio. Cinnamon está creado a partir de Gnome 3, pero está completamente modificado para eliminar la mayoría de las molestias que introdujo esa versión. Por tanto, recuperamos la barra de tareas inferior (aunque podemos dejarlo con dos barras al estilo Gnome 2), con un menú inicio clásico desde el que podemos acceder a las aplicaciones.
Esta nueva versión trae mejoras en su uso, como la posibilidad de repartir las ventanas abiertas por la superficie disponible, un efecto llamado «tiling». De esta manera la multitarea se vuelve mas sencilla, al poder ver de una pasada todo lo que tenemos abierto. Para activarlo, solo tenemos que mover la ventana hacia el lado de la pantalla que queramos, y un efecto gráfico nos avisará que podemos dejarla ahí «clavada».
También mejora la gestión de nuestra sesión, con un nuevo menú para salir, reiniciar o cerrar sesión y con una nueva herramienta para la gestión de usuarios.
El otro entorno de escritorio por defecto es MATE, ideal para aquellos usuarios que busquen exactamente la misma experiencia de uso que con Gnome 2. Esto es porque en realidad se trata de un fork, es decir, que los programadores de Linux Mint han cogido el código de Gnome 2 y ahora lo mantienen con su propio nombre. No esperéis grandes novedades si optáis por este escritorio, ya que precisamente ese es su objetivo: ofrecer lo mismo de siempre.
En general, Linux Mint 16 también incluye mejoras de rendimiento y de aspecto con nuevos temas, además de un renovado centro de aplicaciones. Además, si los programas disponibles no son suficientes siempre podéis añadir repositorios para Ubuntu.
Otras novedades afectan a Nemo, el gestor de archivos por defecto, que mejora su aspecto y su rendimiento, añadiendo soporte para mas extensiones por el camino. Por último, MDM, el programa de inicio de sesión, recibe mejoras de velocidad para ponerlo a la altura de LightDM, el usado por Ubuntu y también disponible.
Linux Mint 16 es una buena alternativa si queremos disfrutar de las consecuencias de la popularidad de Ubuntu pero no estamos a gusto usándolo. Los únicos problemas que podríamos esperar se refieren al soporte de las características únicas de Linux Mint.
Aunque la mayoría de los programas son soportados por Ubuntu, cada vez mas aplicaciones dependen del (mas reducido) equipo de Linux Mint. Por eso es común ver mas problemas con bugs de lo habitual, e incluso recientemente un programador de Ubuntu acusó a los de Linux Mint de crear un sistema de actualizaciones inseguro al tardar demasiado en dar el visto bueno a nuevas versiones de programas, o al no considerarlas importantes. La respuesta de los creadores de Linux Mint se centró en que el hecho de que Mint use una política de actualizaciones diferente de Ubuntu no significa que sea malo. Sea como fuere, Linux Mint es lo bastante interesante y cuenta con las suficientes novedades como para ser tenido en cuenta.