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Llegó la hora

Fuentes: La Jornada

Como siempre,  pasó desapercibido en los grandes medios de comunicación y particularmente entre la clase política, el importante comunicado del Congreso Nacional Indígena Ejército Zapatista de Liberación Nacional (CNI-EZLN), Llegó la hora, del 28 de mayo pasado. Inmersos en las elecciones de Estado, tan predecibles en sus resultados fraudulentos, como la frustración de quienes votan […]

Como siempre,  pasó desapercibido en los grandes medios de comunicación y particularmente entre la clase política, el importante comunicado del Congreso Nacional Indígena Ejército Zapatista de Liberación Nacional (CNI-EZLN), Llegó la hora, del 28 de mayo pasado. Inmersos en las elecciones de Estado, tan predecibles en sus resultados fraudulentos, como la frustración de quienes votan de buena fe, confiados en que ahora sí, se podrá al menos una alternancia, tanto los medios como los políticos, ignoran o invisibilizan lo referente a las resistencias e iniciativas políticas de los pueblos indígenas. El autismo y egocentrismo de la clase política va a la par de la obsecuencia ante el poder de los analistas mediáticos.

En su documento, el CNI-EZLN da a conocer la amplia representación de pueblos, comunidades, naciones y tribus indígenas presentes en la asamblea constitutiva del Concejo Indígena de Gobierno: Apache, Amuzgo, Chatino, Chichimeca, Chinanteco, Chol, Chontal de Oaxaca, Chontal de Tabasco, Coca, Cuicateco, Mestizo, Hñähñü, Ñathö, Ñuhhü, Ikoots, Kumiai, Lakota, Mam, Matlazinca, Maya, Mayo, Mazahua, Mazateco, Me`phaa, Mixe, Mixe-Popoluca, Mixteco, Mochó, Nahua o Mexicano, Nayeri, Popoluca, Purépecha, Q´anjob´al, Rarámuri, Tének, Tepehua, Tlahuica, Tohono Odham, Tojolabal, Totonaco, Triqui, Tseltal, Tsotsil, Wixárika, Xi´iuy, Yaqui, Binniza, Zoque, Akimel O´otham y Comkaac.

El documento describe a profundidad la guerra capitalista de espectro completo contra los pueblos en todo el territorio nacional, y el momento de violencia, miedo, luto y rabia que se vive, desde que: «la clase política se ha empecinado en hacer del Estado una corporación que vende la tierra que es de los pueblos originarios, campesinos, urbanos, que vende a las personas como si fueran una mercancía que se mata y se entierra como materia prima de los cárteles de la droga, para venderlas a las empresas capitalistas que los exploten hasta que enfermen o mueran, de venderlas en partes para el mercado ilegal de órganos. El dolor de los familiares de desaparecidos y su decisión de encontrarlos a pesar de que los gobiernos estén empecinados en que no los encuentren, pues junto con ellos, también va apareciendo la pudrición que manda en este país. Ese es el destino que los de arriba construyen para nosotros, atenidos a que la destrucción del tejido social, de lo que nos hace sabernos pueblos, naciones, tribus, barrios, colonias, incluso familias, nos mantenga aislados y solos en nuestro desconsuelo, mientras consolidan la apropiación de territorios enteros, en las montañas, en los valles, en las costas, en las ciudades».

Al contrario de la clase política que participa en los procesos electorales como si éstos se llevaran a cabo en un cantón suizo, el comunicado destaca: la destrucción que hemos no sólo denunciado, sino enfrentado durante 20 años y que evoluciona en la mayor parte del país en una abierta guerra emprendida por corporaciones criminales, que actúan en una descarada complicidad con todos los órganos del mal gobierno, con todos los partidos políticos e instituciones. Todos ellos configuran el poder de arriba y son causa de repugnancia para millones de mexicanos de los campos y las ciudades. En medio de esa repugnancia nos siguen diciendo que votemos, que creamos en el poder de arriba, que sigan dibujando e imponiendo nuestro destino. En ese rumbo, sólo vemos guerra que crece y en el horizonte está la muerte y la destrucción de nuestras tierras, nuestras familias, nuestra vida; está la certeza absoluta que esto se pondrá peor, mucho peor, para todos, para todas.

Reiteran que sólo en la resistencia y la rebeldía hemos encontrado los caminos posibles donde podamos seguir viviendo, que en ellas están las claves no sólo para sobrevivir la guerra del dinero contra la humanidad y contra nuestra Madre Tierra, sino para renacernos junto con cada semilla que sembremos, con cada sueño y con cada esperanza que se va materializando en grandes regiones en formas autónomas de seguridad, de comunicación, de gobiernos propios de protección y defensa de los territorios. Por lo tanto no hay más camino posible que el que se va andando mero abajo, pues arriba no es nuestro camino, es el de ellos y les estorbamos.

El CNI-EZLN ha decidido «no esperar el desastre que indudablemente nos traen los sicarios capitalistas que gobiernan, sino pasar a la ofensiva y hacer esa esperanza un Concejo Indígena de Gobierno para México, que apueste a la vida desde abajo y a la izquierda anticapitalista, que sea laico y que responda a los siete principios del mandar obedeciendo como nuestra garantía moral (…) pretendemos arrebatarles el destino que nos han quitado y desgraciado, pretendemos desmontar ese poder podrido que está matando a nuestros pueblos y la Madre Tierra y las únicas grietas que hemos encontrado y que han ido liberando conciencias y territorios, dando consuelos y esperanza están en la resistencia y la rebeldía.»

El CNI-EZLN hace un llamado a organizarnos en todos los rincones del país, para reunir los elementos necesarios para que el Concejo Indígena de Gobierno y nuestra vocera sea registrada como candidata independiente a la presidencia de este país y si, echarles a perder su fiesta basada en nuestra muerte y hacer la propia, basada en la dignidad, la organización y la construcción de un nuevo país y de un nuevo mundo.

Convocan a todos los sectores de la sociedad a estar atentos a los pasos que vaya acordando y definiendo el Concejo Indígena de Gobierno a través de nuestra vocera a no rendirnos, no vendernos, no desviarnos ni descansar para ir tallando la flecha que portará la ofensiva de todos los pueblos indígenas y no indígenas, organizados y no organizados para apuntarla al verdadero enemigo

Es claro que ha llegado la hora de construir poder desde abajo y a la izquierda. Un poder que mande obedeciendo a partir de sus siete principios: Servir y no servirse, representar y no suplantar, construir y no destruir, obedecer y no mandar, proponer y no imponer, convencer y no vencer, bajar y no subir.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/06/16/opinion/018a2pol