Respecto de El Plan de Manejo del Iberá (PMI) y el Sistema Acuífero Guaraní (SAG) Iberá, una de las dos mayores áreas de tierras húmedas de agua dulce al sur del trópico de Capricornio, está integrado por una vasta zona de lagunas, esteros, bañados tierras inundables y no inundables, conformando una cuenca de captación con […]
Respecto de El Plan de Manejo del Iberá (PMI) y el Sistema Acuífero Guaraní (SAG)
Iberá, una de las dos mayores áreas de tierras húmedas de agua dulce al sur del trópico de Capricornio, está integrado por una vasta zona de lagunas, esteros, bañados tierras inundables y no inundables, conformando una cuenca de captación con una superficie que fluctúa entre los 7.800 y los 13.000 kilómetros cuadrados, por lo cual ocupa casi el 15 por ciento del territorio de la provincia de Corrientes, que junto a Misiones y Entre Ríos, forman parte de la única mesopotamia Argentina. El macrosistema forma parte del colosal reservorio subterráneo de agua dulce: el Acuífero Guaraní. El SAG es uno de los más grandes del mundo ya que abarca cerca de 1,2 millones de km2 en el sudeste de América del Sur. Las reservas permanentes del sistema en Brasil, por ejemplo, alcanzan, según un cálculo conservador, a cerca de 48.000 km3 con una recarga anual de 160 km3. Si se extrajeran aguas subterráneas por cerca del 20% de los índices anuales de recarga actuales, esto sería suficiente para abastecer con 300 litros por día per cápita a 360 millones de habitantes. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay están trabajando juntos elaborando un plan integrado para proteger y gestionar «sosteniblemente» el sistema en virtud de un proyecto financiado por el Fondo para el Medio Ambiente(GEF) y el Banco Mundial: el Proyecto de Protección Ambiental y Desarrollo Sostenible del Sistema Acuífero Guaraní, lanzado en mayo de 2003 en Montevideo, en donde participan también la OEA y organismos internacionales.
Sectores del gobierno actual y los anteriores, tienen manifiesta responsabilidad en el desmanejo del Plan Ibera -que ahora atraviesa por un papelón de proporciones-, y que al enviarlo al freezer les permite reordenarlo para las elecciones de octubre en todo el país. La incompetencia de algunos es manifiesta, los intereses espurios de otros, también. Entre hijos y entenados le van a lavar la cara a un proyecto para hacerlo más digerible a algunos sectores, vinculados a terratenientes del Iberá, integrantes de la Sociedad Rural. Pero van a seguir adelante en una operación a gran escala, en donde el Banco Mundial y sus instrumentos (GEF/PNUD, ONG ecologistas, etc) hacen pié en el colosal pulmón biofísico que son los humedales, lagunas y esteros del Ibera como parte del Acuífero Guaraní (SAG). El SAG reúne dos de los componentes fundamentales para la producción: Agua y Energía.
El PMI, les estalló en las manos a todos, pero el verdadero problema es de fondo y no de forma. Por ahora nadie los saca a la luz, lo que habla muy mal de sus protagonistas.
Las políticas ambientales en este momento forman parte – como nunca antes – de cuestiones determinantes para el futuro de regiones y países enteros. Y los gobiernos provinciales o comunales, son cómplices o víctimas (en el mejor de los casos), de estos proyectos en donde entran a jugar factores globales.
La falta de continuidad de las diferentes gestiones, y caos en la agenda ambiental es el río revuelto de donde sacan provecho las fundaciones «ambientalistas» que al contar con altos presupuestos gozan de un enorme margen de maniobra, para diseñar… y convencer.
Respecto del «conservacionismo» de las fundaciones ecologistas y el magnate norteamericano Douglas Tompkins.
Hoy el negocio de los servicios ambientales mueve millones en el mundo. Esos millones no son sólo intereses económicos sino también, geoestratégicos.
De los protagonistas en juego, Tomkins es por lejos, el más competente, a lado del cual el resto son mercachifles rapiñando algo de una torta, que la vislumbran suculenta. Su plataforma filosófica aparece en los textos que en 1984, Arne Naess y George Sessions crearon en los ocho principios de la Ecología Profunda. El biocentrismo radical del barón del Ibera, excluye y desplaza al hombre simple y silvestre, siempre que éste viva, sobre recursos ricos en biodiversidad. Pero deja en un limbo oculto a los otros instrumentos, también concretos. A saber: la International Forum on Globalization y la Funders Network Trade & Globalization, organizaciones estas financiadas por las Fundaciones de Rockefeller, de Ted Turner, de la familia Ford y George Soros (algunos de estos personajes forman parte de la mesa ejecutiva de la JP Morgan Chase). El Centro Rockefeller para Estudios Latinoamericanos -una de las usinas de ideas del Nuevo Orden Mundial, difunde también la posibilidad de fragmentación territorial en Chile-, crearon el denominado ‘Iron Mountain Plan’, que elaboraba como instrumentos, la preservación del medioambiente. La ‘ecología,’ al ser una causa noble, sería difícil que encontrara opositores.
Las inversiones de Tomkins en el sur latinoamericanos partieron en dos a Chile, imponiéndole la figura del fideicomiso y una serie de condiciones de difícil cumplimiento, las que, de no efectivizarse le permitirían al magnate estadounidense asegurarse el retorno de las áreas a su propiedad o las fundaciones ecologistas que lo acompañan en las maniobras. El mismo mecanismo lo tiene reservado al Gobierno de la Provincia de Corrientes.
Es interesante unir las piezas y ver lo que tenemos. Una fundación ecologista impulsa un plan de manejo (Ecos), un terrateniente norteamericano lo cofinancia (Tomkins) junto al GEF/ Banco Mundial. Ambos tienen el mismo discurso sesgado sobre la sustentabilidad. Tomkins habla de la Ecología Profunda (www.deepecology.com), y Ecos de los animalitos en riesgo(www.ecosibera.com). El círculo cierra sin hablar de lo importante: EL AGUA POTABLE. Resumiendo: Conservation Land Trust y la Fundación ECOS son el Caballo de Troya del Banco Mundial, los barones del agua y las corporaciones interesadas en su potencial geotérmico. Desde estas usinas se quiere convertir al Iberá en Patrimonio de la Humanidad, para servirlo en bandeja de plata.
Respecto del Banco Mundial y el ALCA.
El Proyecto para la Protección Ambiental y Manejo Sustentable del Sistema Acuífero Guaraní del Banco Mundial- que establece un plazo de 4 años-, abunda en terminología cuya opacidad conviene revelar. ¿Que el BM suele entender por «marco regulatorio de manejo» o proceso de «fortalecimiento institucional»?. Se refiere a todas aquellas medidas que se han de tomar para homogeneizar los marcos jurídicos de acceso a los recursos con el argumento de que es un prerrequisito necesario para ejecutar su «conservación», su «uso sustentable».
En tal sentido, de los 4 años que de entrada componen el proyecto, los 3 primeros se enfocan a despejar cualquier regulación legal incomoda. Es lo que llama «primera fase». El paso segundo paso será colocar a determinados actores en la gestión y usufructo del líquido.
Es decir, por un lado, impulsa una concentración del manejo de cuencas hídricas en manos de «selectos actores»; y, una vez consolidados, busca, por el otro lado, colocar a las multinacionales de los acreedores en el centro de la gestión y usufructo del agua dulce. Esto es: almacenaje, distribución, potabilización, generación de termo e hidroelectricidad. El Banco Mundial que es el principal prestamista para proyectos de explotación y desarrollo del agua potable y el saneamiento público en los países del Tercer Mundo (270 préstamos se pueden encontrar en las páginas del Banco Mundial por suministros de agua potable). Hace 20 años comenzó el proceso de privatización del líquido, que se ha concretado en diferentes fases: en el manejo empresarial de los servicios de agua potable, en el control de presas, la contaminación de los cauces por las industrias y en su comercialización embotellada. El agua moviliza 800 mil millones de dólares al año. Un dinero que solamente sale del manejo del 5% del agua potable mundial, por eso ahora vienen por uno de las mayores reservorios de agua del mundo el SAG.
La estrategia de las grandes empresas es incluir el agua potable en las negociaciones del OMC y los borradores del ALCA. El agua se ve como mercancía, éste es el primer paso: poner precio y convertirlo en un producto para introducirlo en el mercado. El segundo es imponer las reglas del mercado global: sólo el que tiene dinero puede consumir el recurso. Las empresas que comercian y/o necesitan masas de agua para sus actividades, van por la privatización de territorios y biorregiones enteras. Las empresas biotecnológicas y farmacéuticas están felices de que con algunas monedas, ‘legalicen’ sus actividades de biopiratería y privatización de recursos colectivos, tirando abajo cualquier legislación que lo impida.
Al comienzo decíamos que los intereses no son sólo económicos sino también geoestratégicos Recordemos que fue Menem el que acercó a Tomkins a los esteros y junto a Jorge Sobish (gobernador de Neuquen), impulsa ideas separatistas en la patagonia. En su reciente visita al Paraguay (inminente cobijo de 13 mil marines), el Secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, propició lo mismo con Bolivia -en sintonía con los terratenientes del Departamento de Santa Cruz-, en la zona más rica de la región en yacimientos de petróleo y gas natural asediada por corporaciones extranjeras.
Respecto de las comunidades locales. Acción local, pensar global.
El 17 de septiembre próximo se realizará en Mercedes el Foro Social en Defensa del Acuífero Guaraní y los Esteros del Íbera. La comunidad local tiene que tener injerencia en el control y manejo de sus recursos naturales. Son el único resguardo y garantía, de que lo sustentabilidad sea verdad y no un argumento para ocultar negociados y operaciones de escala global, que dejan a las comunidades inermes y al servicio del mejor postor. En foros con mecanismos reales de participación colectiva, y hablando abiertamente de TODOS los componentes del problema en su complejidad y magnitud nos pone a la altura de lo que está sucediendo en el mundo y nuestro continente. Con la comunidad de contralor y los mecanismos municipales y provinciales después, se puede enfrentar esta visión perversa que transforma los bosques, las cabezas de cuencas, los cauces de los ríos, los mantos freáticos, los recursos genéticos y la belleza de un paisaje en bienes redituables que pueden ser comerciadas por quien se atribuya su propiedad y tenga dinero para comprarlas.