En América Latina viven entre 33 y 40 millones de indígenas de unos 400 grupos étnicos distintos que enfrentan altos grados de pobreza y discriminación. En los últimos 15 años los movimientos que congregan a los pueblos indígenas de América Latina han derrocado varios gobiernos en Bolivia y Ecuador, con la promoción de nuevas rutas […]
En América Latina viven entre 33 y 40 millones de indígenas de unos 400 grupos étnicos distintos que enfrentan altos grados de pobreza y discriminación. En los últimos 15 años los movimientos que congregan a los pueblos indígenas de América Latina han derrocado varios gobiernos en Bolivia y Ecuador, con la promoción de nuevas rutas en los procesos políticos, como en el caso de México, donde surgió la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Todos hoy miran hacia Bolivia con esperanza. Los mapuches entre ellos
WALLMAPU / Un cambio político drástico en Bolivia, como la victoria electoral del líder campesino Evo Morales con más de 50 por ciento de los votos, tiene múltiples repercusiones en la región latinoamericana. Morales se proclamó primer presidente indígena en la historia de Bolivia tras ganar de manera arrolladora las elecciones presidenciales del domingo pasado y ser reconocido por su principal opositor, el conservador Jorge Quiroga. El triunfo del candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) tiene impacto regional, pues la ubicación de Bolivia en el «corazón» de América del Sur le da una importancia estratégica.
Los países que tienen conflictos indígenas son los primeros que sienten los efectos del triunfo de Evo Morales, líder aymará cuyo componente nativo ha sido relevante en la campaña electoral. Líderes nativos de la región coincidieron en señalar que la elección del dirigente cocalero como nuevo presidente de Bolivia «es una señal de esperanza» para los empobrecidos y discriminados indígenas de América Latina. La líder guatemalteca de origen maya Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz en 1992, declaró que con el triunfo de Morales «viene un viento refrescante» para todos los pueblos originarios.
En América Latina viven entre 33 y 40 millones de indígenas de unos 400 grupos étnicos distintos que enfrentan altos grados de pobreza y discriminación. En los últimos 15 años los movimientos que congregan a las etnias originarias de América Latina han derrocado varios gobiernos en Bolivia y Ecuador, con la promoción de nuevas rutas en los procesos políticos, como en el caso de México, donde surgió la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
En América Latina la mayoría de los pueblos aborígenes se concentran en Bolivia, Perú, Ecuador, Guatemala y México. «Para los indígenas de América el triunfo de Morales es un precedente importante, que indica que hay esperanza en el futuro», señaló el dirigente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Miguel Guatemal.
Es histórico el triunfo político de los pueblos originarios, apuntan dirigentes y líderes indígenas mexicanos y de otras latitudes quienes enviaron una carta de respaldo a Evo Morales. En ella le expresan a Morales que «como tú lo has dicho, ha llegado la hora de la victoria. Ha llegado la hora para que el pueblo originario se convierta en el máximo órgano de gobierno en tu país. Es la hora de los pueblos aymaras, quechuas y otras nacionalidades indígenas. Hace muchos años, lo profetizaron tus ancestros andinos: A mí sólo me matareis, pero mañana volveré y seré millones. A ellos los mataron, pero tú renaciste para volver en ellos y enarbolar la centenaria lucha de los pueblos pobres. Tú liderazgo encarna las profecías de Tupak Amaru y Tupak Katari».
Abundan, en su misiva, a Evo: «Tu victoria a la Presidencia de la República, recogió los sagrados consejos de los mayas que profetizaron: Ya viene la aurora, que se levanten todos, que nadie quede atrás. Supiste levantar la esperanza de tu pueblo. Es hora de triunfar en donde otros gobernantes fracasaron. Nunca olvides los sabios consejos que guiaron tus pasos desde tu infancia: no ser ladrón, no ser flojo, no ser mentiroso y no ser servil. Que los sabios consejos de nuestros ancestros iluminen tus pasos y te ayuden a caminar cuándo amenace el desfallecimiento. Nunca olvides las enseñanzas de tu pueblo, que el poder y el prestigio no nublen tu pensamiento y jamás des la espalda a los hombres y mujeres que forjaron la victoria con una tenacidad ejemplar para América Latina y el mundo».
Desde el sur de Chile y como un hecho que otorga «esperanzas de justicia a los pueblos y nacionalidades que históricamente han sido subyugados y marginados por los estados», calificó el alcalde de Tirúa (VIII región), Adolfo Millabur Ñancuil, el histórico y rotundo triunfo de Evo Morales. En declaración pública, el líder mapuche señaló sentir mucha alegría y orgullo por la elección como primera autoridad boliviana de Morales, quien se ha caracterizado por la defensa de los derechos de los pueblos originarios.
«De igual manera felicito a quienes con su convicción trabajaron para que este sueño de muchos hermanos llegara a ser una realidad», precisó el edil de Tirúa, uno de los primeros mapuches en convertirse en autoridad comunal elegida por sufragio popular en Chile. Además de ver este hecho como una nueva posibilidad para el mundo indígena latinoamericano, Millabur dijo que lo considera como una «oportunidad para contribuir desde una perspectiva nueva al desarrollo integral de un país, desarrollo basado en la equidad y la justicia social sin exclusiones, construido sobre el reconocimiento de la unidad y la valoración de la diversidad».
Finalmente la autoridad comunal hizo llegar un saludo a la distancia al pueblo boliviano «por haber apostado a la elección de un indígena a presidente de ese país y de la misma manera entregar mis mejores deseos para que sea un gobierno de éxito, justicia e igualdad para los postergados».
Crecimiento de Alianza contra ALCA
Un día después de su triunfo en las elecciones del domingo 18 de diciembre, Morales manifestó a la prensa que en Bolivia «se acabó una etapa, se acabó el modelo neoliberal y se acabó una forma de hacer política». La gente aún recuerda que a comienzos de noviembre el líder indígena de Bolivia participó en la Contracumbre de Mar del Plata, Argentina, en donde el presidente venezolano Hugo Chávez anunció el entierro del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA). La IV Cumbre de las Américas efectuada en Mar del Plata fue un hito en la consolidación de la alianza del Mercado Común del Sur (Mercosur) y Venezuela como el emergente bloque contra la iniciativa de libre comercio continental, impulsada por el gobierno estadounidense.
En la cita de los gobernantes de 34 países, el anfitrión Néstor Kirchner criticó duramente a Estados Unidos por la instrumentación de políticas neoliberales durante los años 90 que generaron miseria en la región. El Consenso de Washington «ha fracasado», declaró el mandatario argentino. Profundamente decepcionado el presidente Bush abandonó de manera anticipada la cumbre al no haber conseguido imponer una declaración favorable a la reactivación de la estancada negociación del ALCA.
En su campaña electoral Evo Morales descartó la firma de Bolivia y Estados Unidos para el ALCA en caso de que el MAS asuma al poder, por considerar que la iniciativa sólo beneficia a las empresas del país del norte en desmedro de los pequeños productores y la soberanía de las naciones latinoamericanas. El líder cocalero expresó que el futuro gobierno del MAS privilegiará las relaciones con sus vecinos, sobre todo con Brasil y Argentina. Bolivia puede incorporarse rápidamente al Mercosur, como ya formalmente lo hizo Venezuela, que selló en diciembre su adhesión al grupo que fundaron Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, aunque aún solo con voz y sin voto.
El presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, el argentino Carlos Alvarez, anunció una propuesta que pretende la incorporación de Bolivia como miembro pleno del Mercosur «para reforzarlo y aumentar la solidaridad entre los países de la región». Analistas señalan que durante 2006 persistirá «un abismo» entre la agenda de Estados Unidos y la de su «patio trasero», como se le considera a América Latina.
Por un lado la región presionará al Fondo Monetario Internacional (FMIA) para que otorgue más flexibilidad, así como una reducción a los subsidios agrícolas y una mayor inversión en proyectos sociales. En contraste, Estados Unidos insistirá en que América Latina se comprometa más en la lucha contra el terrorismo y siga adelante con las reformas que aconseja el FMI, además de que no intente revertir las líneas liberales fundamentales del Consenso de Washington.
Influencia en Latinoamérica
El líder del opositor Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua, Daniel Ortega, dijo que la victoria de Evo Morales forma parte de un proceso incontenible de cambios en la región latinoamericana y caribeña, de acuerdo con las particularidades de cada país. «Estamos frente a una explosión de dignidad latinoamericana y del espíritu de las fuerzas populares e indígenas que tienen su máxima representación en el hermano Morales», aseguró Ortega. En Nicaragua ha aumentado la simpatía por el partido izquierdista FSLN y la posibilidad de que el sandinismo recupere el poder en las elecciones de noviembre del próximo año.
Además de Nicaragua, los electores de otros nueve países participarán en una serie de comicios presidenciales que en término de un año podrían llevar a América Latina aún más a la izquierda de lo que ya está. En Chile las fuerzas ligadas a la centroizquierda están a punto de obtener una nueva victoria en una elección reñida que tendrá una segunda vuelta en enero próximo.
La influencia de la victoria de líder indígena boliviano es más grande en los otros países integrantes de la Comunidad Andina, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela que acudirán todos al sufragio en 2006. Aunque Bush podrá esta complacido de que el presidente colombiano Alvaro Uribe, su aliado confiable, probablemente sea reelecto en mayo, por otra parte, se espera que Chávez, su adversario más ferviente, salga también victorioso en diciembre próximo. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, de tendencia de izquierda, también tiene la esperanza de ser reelegido, aunque la crisis política en su país puede complicar su deseo.
En México las encuestas de opinión muestran que el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, quien representa a la izquierda, se mantiene en el primer lugar. La preocupación en Washington es un aumento al rechazo del hegemonismo estadounidense, en caso de que la mayoría de los candidatos izquierdistas asuman el poder.
* Agencia Internacional de Prensa India, México