Con más de una decena de muertos, 7 desaparecidos, 22 heridos y 37 detenidos -que ya han sido liberados en el transcurso del día- se cierra un capítulo más de la represión orquestada por el Estado mexicano en contra del pueblo oaxaqueño, que con motivo de la lucha sostenida por los maestros de la CNTE […]
Con más de una decena de muertos, 7 desaparecidos, 22 heridos y 37 detenidos -que ya han sido liberados en el transcurso del día- se cierra un capítulo más de la represión orquestada por el Estado mexicano en contra del pueblo oaxaqueño, que con motivo de la lucha sostenida por los maestros de la CNTE en contra de la reforma educativa se sumaron de manera activa a las manifestaciones convocadas por los maestros.
Rubén Núñez y Francisco Villalobos, los principales líderes de la sección 22, fueron encarcelados por motivos hilarantes: uno, por supuesto lavado de dinero; el otro, por haber robado libros de texto gratuito de la SEP. En Michoacán, hace unos días, el ex dirigente de la sección 18, Juan José Ortega, fue apresado el 18 de junio y liberado el día de hoy. De igual manera, se tienen giradas más de 20 órdenes de aprehensión en contra de los profesores de la CNTE por el supuesto delito de lavado de dinero.
Es interesante notar que los únicos estados de la república en donde los trabajadores de la educación se han movilizado en contra de la así llamada «Reforma Educativa» han sido los estados sureños de Oaxaca, Chiapas y Guerrero; en Michoacán, a pesar de que en muchas ocasiones las dirigencias negocian «en lo oscurito», algunas secciones han estado al frente de las movilizaciones y han respondido al llamado del paro nacional convocado por la CNTE.
Sin embargo, cabe preguntarse, ¿qué sucede en los otros 29 estados de la república?, ¿qué sucede en los estados del norte del país, aquellos que obtienen gratuita y relajadamente los beneficios conseguidos por los estados del sur, con muertos, desaparecidos y encarcelados?
Todo parece indicar que, nuevamente, los muertos los ha puesto Oaxaca para que, nuevamente, las cúpulas dirigentes de la CNTE negocien y, después de haber liberado un poco de presión a la olla que se estaba calentando demasiado, todo vuelva a la «normalidad».
No habría que olvidar que en los momentos de tensión, incluso, a pesar de forjarse una aparente unidad, los sujetos políticos, sus intereses y objetivos siguen existiendo y de esta manera van conformando los límites del propio movimiento. Los momentos de convulsión social, sólo de manera aparente, funden en una unidad indiferenciada al conjunto del movimiento, lo que permite, por una parte, la articulación a gran escala de los mismos; por otra, la posibilidad de pesar la balanza hacia algún punto.
La pregunta que surge entonces es, ¿asistiremos, nuevamente, a una negociación en donde se acuerde aceptar migajas a cambio de desmovilizarse y olvidando a la heroica población oaxaqueña que salió a repelar los ataques en contra no sólo de los maestros, sino a repeler los ataques de la clase reaccionaria que detenta el poder en contra de los derechos elementales, como la educación y el derecho a manifestarse, de toda la población mexicana?
¿Qué pasará si la CNTE no se mantiene firme frente al principal objetivo de derogar la reforma educativa y pide a los profesores que regresen a sus aulas?, ¿hasta dónde pueden las bases del magisterio lograr articular una postura política que los saque de ese camino y los haga confluir con otros sectores en lucha?
¿Qué caminos seguir para articular la inconformidad social existente desbordando los marcos gremiales y los intereses particulares?
¿México no aguanta más el peso sofocante de una clase política alineada a los intereses del capital norteamericano… o si?, ¿un estallido social está a la vuelta de la esquina… con qué proyecto político? Habrá que caminar y encontrar la respuesta…
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