Estos últimos días estamos leyendo cómo los diferentes gobiernos firman acuerdos con las empresas farmacéuticas para conseguir vacunas frente a la covid. Pero si miramos las cifras detenidamente, nos encontramos con un detalle curioso: los países ricos están comprando más vacunas que habitantes tienen.
Utilizando los datos que recopila el Global Health Innovation Center de la Universidad de Duke, podemos ver que Canadá, un país de 38 millones de habitantes, ya ha firmado la compra de 230 millones de vacunas. Es decir: más de 6 vacunas por habitante. Algo parecido ocurre con EEUU, Reino Unido o los países de la Unión Europea.
¿Por qué los gobiernos compran más vacunas que ciudadanos tienen?
Para cubrirse las espaldas.
Los gobiernos firman las compras de diferentes vacunas con diferentes farmacéuticas para asegurarse de que si una no funciona o se retrasan las entregas tienen otras disponibles.
Bueno, pero entonces esto es positivo, ¿no?
Visto desde la perspectiva de cada país es algo positivo.
Visto desde una perspectiva global puede ser muy negativo: si los países más ricos acaparan las vacunas, puede que estas no lleguen a la población de riesgo en los países más pobres.
¿Qué se puede hacer para solucionarlo?
La OMS junto a varias organizaciones internacionales de salud pública ha propuesto un programa llamado «COVAX» cuyo funcionamiento sería el siguiente:
– Juntar el dinero para comprar vacunas de muchos países en un Fondo.
– Ese Fondo sería el que negociaría directamente con las farmacéuticas para comprar las vacunas.
– Así no haría falta una negociación individual de cada país con los diferentes fabricantes y, una vez compradas, se repartirían proporcionalmente a la población de cada país.
El objetivo sería que, a finales de 2021, el 20% de la población de los países más pobres estuviese vacunada.
De lo contrario, podríamos llegar al absurdo de que sobrasen vacunas en los países más ricos mientras personal sanitario o personas mayores de los países más pobres estuviesen sin vacunar.