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Entrevista a delegados estatales

Los pases a planta permanente que se dieron a último momento el año pasado han sido en muchos casos conquista de los trabajadores que venían hace años precarizados

Fuentes: Rebelión

M.H.: Vamos a dialogar respecto de la situación que se está viviendo en el área estatal con Norberto Señor, referente de Ate-Sur, y dos compañeros delegados de Ate-Promoción Social de la CABA, Marcelo y Toti. De acuerdo a Ana Laura Lastra, integrante de la Junta Interna de Ate INDEC, hasta el viernes sumaban 15.200 los […]

M.H.: Vamos a dialogar respecto de la situación que se está viviendo en el área estatal con Norberto Señor, referente de Ate-Sur, y dos compañeros delegados de Ate-Promoción Social de la CABA, Marcelo y Toti. De acuerdo a Ana Laura Lastra, integrante de la Junta Interna de Ate INDEC, hasta el viernes sumaban 15.200 los despidos, ayer Nicolás Del Caño habló de 17.000 en la movilización que se hizo en La Plata. Sea una u otra la cifra, son miles de compañeros de las áreas más diversas. Norberto, vos debés tener una visión global de esta situación, por lo menos en lo que respecta a la provincia de Buenos Aires.

N.S.: Sí, en realidad es muy incierto el número porque es algo que se modifica todo el tiempo, y es información que se recoge en tanto los propios trabajadores y trabajadoras logramos hacer visible y conocida esta decisión de ajustar y se hace concreta en los diferentes sectores de laburo.

Si hiciéramos un repaso por las 24 provincias del país sería un tendal de compañeros que trabajan en distintos programas del Estado nacional, bajo distintas formas de precarización, trabajadores de los Estados provinciales que, por ejemplo, por la política precarizadora que subsiste desde hace mucho más que una década y que es anterior al kirchnerismo, pero que sobrevivió sin resolverse en lo más mínimo durante toda su etapa.

Los pases a planta permanente que se dieron a último momento el año pasado en medio de presiones por las elecciones, no han sido la decisión de incorporar masivamente militancia política en el gobierno, han sido en muchos casos conquista de los trabajadores que venían hace años precarizados. Todo eso entra en el paquete de esta gran campaña nacional de la descalificación del trabajo estatal, del apelativo que somos vagos o ñoquis, que nos regalan la plata, que el problema somos nosotros.

Hay que decir que esta campaña no arrancó con el gobierno de Macri, aunque actualmente es de una dimensión gigantesca, esto arrancó cada vez que se intentaba estigmatizar a los trabajadores de las cooperativas como «el problema de la Argentina», mientras se escondía el pago serial de la deuda externa o se omiten los miles de millones de dólares que han embolsado y van a seguir embolsando las grandes exportadoras de cereales y los grandes productores agrarios.

De lo que acá estamos hablando es de un intento a varias bandas, en primer lugar establecer que hay una política donde el Estado se achica, vuelve a ser gasto la inversión social y es un problema para el país mantener las escuelas, los hospitales, la atención de la primera infancia, los ancianos, los sectores mas vulnerables de la población, mientras se enarboló un falso discurso de pobreza cero, incomprensible sin una estructura estatal que lo sostenga salvo que se quiera volver a algo parecido a lo que fueron las Damas de Beneficencia de principios del siglo XX, ahora transfigurado en ONG financiadas directamente por el imperialismo norteamericano, por grandes empresas o fundaciones de los grandes grupos económicos.

Ese es un aspecto, el del achique del Estado, el ajuste clásico. Otro elemento vinculado directamente a esto, no solamente en la reducción de puestos de trabajo, es en el disciplinamiento ante las paritarias. Prat Gay lo dijo con toda claridad, «muchachos tienen que elegir salarios o puestos de trabajo» entonces, si nos despiden a mansalva a los compañeros y si la opción es una cosa o la otra, se trata de forzar la aceptación de la estampida gigantesca de precios que venimos padeciendo gradualmente durante los últimos 5 o 6 años en forma imparable, pero tremendamente desatada en noviembre y diciembre pasados y la que se puede prever con la devaluación; que aceptemos mansamente el techo salarial que impongan y acuerden con las cúpulas sindicales.

El otro elemento es generar, habilitar, legalizar como política lógica el despido masivo también en el sector privado, cosa que ya está ocurriendo. Empresas de Techint, de las más ricas de la Argentina en la dictadura, durante el gobierno alfonsinista, durante el menemismo, durante el kirchnerismo, siempre estuvo entre las 5 o 6 empresas que más ganaron. Entonces, estamos hablando de un aval a los grupos más concentrados para llevársela en pala más que antes y golpear sobre cualquier atisbo de organización social o respuesta de los trabajadores y trabajadoras, eso es lo que está en juego ahora.

El que crea que hablan seriamente cuando hablan de «ñoquis», de «ineficiencia estatal», de que vienen a cambiar lo que dejó el gobierno anterior estigmatizando organizaciones políticas, desatando una caza de brujas con consenso porque están ligadas a Moreno, porque son tal o cual fuerza del kirchnerismo, no comprende el problema de fondo, que es tirar todo lo que puedan para abajo los derechos, el salario de los trabajadores y la inversión en políticas públicas que necesita la mayoría de la población.

M.H.: Hiciste referencia al tema de las empresas privadas, dialogaba hace unos minutos con el economista de izquierda Claudio Katz y justamente hacíamos referencia a que, si bien lo más visible respecto de lo que está pasando es la situación del empleo público, hay una serie de situaciones en empresas privadas como Siderca, la empresa constructora de Lázaro Baez en Santa Cruz con 1800 despedidos después de haber recibido 23.400 millones de pesos en obras públicas, el caso de los trabajadores del grupo 23 después que Szpolski y Garfunkel recibieron 840 millones de pesos de publicidad oficial y tenemos un caso que entiendo debés conocer en profundidad, porque han sido solidarios desde Ate Sur con esa lucha, que es la de Cresta Roja, donde están en la cuerda floja 5.000 trabajadores. Si sumamos los 1.800 de Santa Cruz, los 5.000 de Cresta Roja, los trabajadores del grupo 23, es un número muy grande. Quiero aprovechar tu presencia para que comentes, dada la participación de Ate Sur en el conflicto de Cresta Roja, en qué punto se encuentra la situación.

N.S.: Puedo dar una información que podrán dar con mucha más precisión y claridad aquellos compañeros que han estado y siguen estando ligados a este conflicto de manera diaria. Desde nuestro conocimiento podemos decir con toda convicción que son puestos de trabajo que penden de un hilo, que este acuerdo provisorio de seguirles pagando un repro de $ 6.000, que es la mitad del salario que tenían los trabajadores, mientras se hacen cargo de la empresa otras tres empresas que transitoriamente presentan un plan de inversiones y verán si de a poco incorporan a aquellos obreros que necesiten para la producción, como lo dice claramente la declaración de la jueza. Que busca generar rispideces y confrontación entre compañeros para ver quién entra primero, el debate de aquéllos que pusieron más el cuero en la ruta, quienes están más allegados a la empresa, etc., y está claro que quienes quieren comprar la empresa la quieren sin activismo y sin organización, a merced de la mayor explotación.

Los empresarios no van a decir que necesitan 3.700 trabajadores en planta y otros 1.400 en la provisión de los pollos para su faena, van a decir que necesitan la cuarta parte y que hay que producir más o menos lo mismo que producían con esos 5.000 laburantes. En definitiva lo que hay es más explotación, más ganancia empresaria y menos gasto de esos empresarios, en sostener la calidad de vida de la familia de la clase trabajadora.

Entonces estamos hablando de una política integral, cuando la discusión se daba en torno al gobierno de la derecha, del planteo de que inexorablemente los principales candidatos promovían un ajuste muy claro, queda absolutamente corroborado y también más allá de algunos intentos de posicionamiento de algunos sectores del kirchnerismo, más proclives a salir masivamente ante el despido de Víctor Hugo Morales que ante el despido de decenas de miles de trabajadores, que a diferencia de VHM, no van a comer, más allá de que sea una maniobra de censura de la derecha.

Acusan alegremente de ñoquis a trabajadores robándoles las conquistas a los municipales de la Provincia de Buenos Aires, como acceder a algo tan básico como cobrar el salario mínimo, que hoy ninguna provincia del país respeta. En Buenos Aires había una ley que obligaba a convenciones colectivas que tenían que respetar el salario mínimo, vital y móvil, que en cinco años tenía que pasar a planta al 80% del plantel, es decir, aun manteniendo una precarización altísima del 20%, pero solo eso hizo que se generara un lobby entre los intendentes de todos los partidos, empezando por los del FPV, con la gobernadora Vidal para que se anule la implementación de esa Ley que tanta lucha le costó a los trabajadores municipales, que vuelve a dejar en las burocracias corrompidas de los sindicatos municipales, o de la mayoría de ellos, con las intendencias, como carne de cañón a los trabajadores.

Podemos hablar de contrataciones por 4.000 pesos mensuales, plantas permanentes en más de un distrito, cooperativistas de «Argentina Trabaja» que ganan 3.000 pesos. ¿Esos son ñoquis? ¿Quién quiere ser un ñoqui para ganar 3.000 pesos por mes? Eso hay que desmitificar, ñoquis son los funcionarios como éstos que han sido senadores, diputados y ahora son los que gobiernan el país, la Vicepresidenta y el Presidente que no han ido ni al 10% de las sesiones parlamentarias que tenían que ir y cobraron cien veces más que un laburante estatal, esos son ñoquis. Noquis son estos gerentes que ahora son parte del Estado y ganan hasta $ 300.000, mientras descaradamente dejan en la calle a laburantes que ganan $ 3.000. Han llegado al gobierno quienes dijeron que la Asignación Universal por Hijo se iba a la droga y al juego, son los que ahora gobiernan el país. Mientras tanto, los millones que embolsaron con la quita de retenciones los grandes propietarios del agro, las grandes exportadoras, las grandes empresas industriales trasnacionales que están en Argentina son incalculables. De eso hay que hablar.

La precarización del trabajo estatal no es solo del kirchnerismo, sino que lleva casi dos décadas

M.H.: Conversando con Toti y Marcelo de Ate Promoción Social, hacían referencia a la precarización del trabajo en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, en relación a la problemática de los despidos. Me gustaría que explicaran esto.

M: Nosotros no estamos sufriendo una ola de despidos como la que se están sufriendo en Nación o en los Estados provinciales porque justamente hablaría muy mal de este gobierno, el macrismo, que gobierna la ciudad hace 8 años, y tiene a sus ñoquis y patotas acomodadas. No podían salir con el discurso de los ñoquis en la Ciudad porque hablaría de su propia gente y embarraría su propia gestión.

Sin embargo, vivimos una situación de precarización muy grande. Hace más de ocho años que se viene incrementando tanto en Ciudad, como en Nación, como en los estados provinciales. Norberto decía antes que la precarización no es solo del kirchnerismo, sino que lleva casi dos décadas y más allá de los diferentes poderes políticos que pasaron por la dirección del Estado, lejos estuvo de erradicarse la precarización, de hecho el Estado se convirtió en el principal precarizador de los trabajadores.

Hoy tenemos desde contratos con las Universidades, como la UNTREF, la UBA, ONG fantasmas, contratos basura que hacen que el trabajador le facture a una Universidad y cobre en una oficina perdida en una calle del microcentro y que si no le pagan no tiene a quien reclamar. Esto también implica que no cobrás aguinaldo, ni obra social, que no tenés vacaciones, que si sucede un accidente no tenés ningún tipo de cobertura; y no se trata de unos meses, hay compañeros y compañeras que han llegado a estar 8 años contratados precarizados, vulnerados todos sus derechos laborales y esto en la Ciudad se viene sufriendo al igual que en el resto de los sectores.

Nosotros en el Ministerio de Desarrollo Social hasta el año pasado teníamos más de 1.700 precarizados, entonces indigna ver a Hernán Lombardi, por ejemplo, hablando de la situación de los despedidos del Centro Cultural Kirchner, asombrado de la contratación fraudulenta de esos trabajadores y trabajadoras, «estaban tan mal contratados que los tuve que echar» le faltó decir, mientras que en la Ciudad son los reyes de la precarización.

M.H.: Los trabajadores del Centro Cultural Kirchner en su mayoría son estudiantes de las universidades.

M: Así dicen, yo no tengo el dato exacto de los más de 600 trabajadores. En nuestro Ministerio y en la Ciudad hay más de 10.000 precarizados; este es el flagelo.

M.H.: Noventa y cinco mil trabajadores precarizados a nivel nacional, es el dato con el que se convocó al paro y movilización de Ate Nacional a fines de diciembre.

T: Nosotros no solo denunciamos la precarización de las condiciones de vida que tenemos en tanto trabajadores y trabajadoras del Estado, lo que entendemos es que esa precarización impacta inevitablemente en la precarización de la política pública misma. Hablamos de la política pública en la que trabajamos nosotros desde Promoción Social que tiene que ver con temáticas muy complejas y de mucha sensibilidad, como pueden ser las diferentes violencias de género, en sus expresiones mas violentas como abuso y explotación sexual, hablamos de cuestiones vinculadas a adicciones, a personas que viven en situación de calle, etc. Entendemos que ese «ahorro» que está haciendo el gobierno en relación a nuestras modalidades de contratación y a no tener acceso a los derechos básicos, es tener directamente un ahorro en cuestiones vinculadas a la atención que es fragmentada, focalizada, que está completamente desarticulada en relación a problemáticas sociales de gran complejidad.

Es una vergüenza que hay problemáticas acuciantes como la de vivienda y la única política que se ofrece tiene que ver con un subsidio miserable que a duras penas alcanza para alquilar una habitación de hotel para un grupo familiar numeroso.

Este tipo de cuestiones también son entendidas por nosotros como precarización de la política y es necesario que haya información en torno a esto porque hay muchos mitos en relación a las políticas de la Ciudad y las condiciones en las que trabajamos.

Cualquier persona que pase por una dependencia del Estado en las que nosotros nos desempeñamos puede ver que son lugares con peligro de derrumbe, peligros vinculados a cuestiones de electricidad, lugares a donde se produce hacinamiento y lejos del amarillismo denunciar que, por ejemplo, niños y niñas por diferentes situaciones terminan viviendo en hogares convivenciales, en situaciones de hacinamiento, donde hay insectos, ratas.

Este tipo de cuestiones también deben ser escuchadas, leídas y se debe empezar a hacer algo para poder entender esto y que quienes nos organizamos peleamos por nuestras condiciones materiales de vida, pero también por un tipo de orientación de la política pública vinculada a una restitución efectiva de derechos y no a políticas paliativas de emergencia que nada tienen que ver con la necesidad de atención que tienen esos problemas en los cuales trabajamos.

Los actuales funcionarios todos son ex gerentes y vienen con un modelo de dictadura patronal

M.H.: He visto que en varias informaciones que se han ido brindando a lo largo de la semana pasada, se denuncia una suerte de persecución política a los trabajadores del Estado. Andrés Ibarra, el actual Ministro de Modernización, que ya lo fuera en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, ha dado un instructivo «Hoja de ruta empleo público» enviado a los ministerios, donde detalla un plan para relevar la totalidad de los cargos estatales. Dice: «el instructivo contempla el control de todos los empleados estatales, con el fin de identificarlos, conocer su ocupación y desempeño pero, sobre todo, aportar tres datos centrales: cuántos son, cómo fueron contratados y a qué gremios y partidos pertenecen». Me gustaría que desarrollaran este aspecto, porque Andrés Ibarra fue Ministro de Modernización, a quien llamaría «de persecución», y ahora lo trasladan a nivel nacional.

M: Lo primero que me viene a la cabeza es que Modernización es nuevo en Nación, no existía este ministerio, tuvo su debut en la Ciudad con la gestión de Macri. Cuando empezamos a trabajar sobre planes de lucha, cuando teníamos que ir a negociar y empezamos a averiguar un poco de qué se trataba, todos estos grandes jefes políticos de ese Ministerio no tienen un pasado en la función pública, Ibarra fue en el privatizado club Boca Juniors el gerente de personal de Macri, lo mismo pasa con el Director de Recursos Humanos y de Políticas Laborales, todos son ex gerentes y vienen con un modelo de dictadura patronal, como pasó históricamente en las grandes transnacionales donde existe una dictadura y vienen con ese modelo de persecución.

En Ate Capital, después de un plan de lucha que arrojó un resultado positivo donde ganamos un aumento de emergencia en 2013, luego de una movilización al Ministerio de Hacienda y al de Modernización, llega una imputación y comienza un procesamiento y juicio a nuestro Secretario General de ese entonces, Mariano Skliar y al Secretario Adjunto de Ate-Capital, Humberto Rodríguez, por ser referentes y ser los que hablaban y daban las notas.

En ese momento estábamos sentados negociando un aumento de salario de emergencia con esta gente (porque cuando hablamos de precarización también hablamos de sueldos bajísimos), mientras que utilizaban su justicia para llevar a nuestros compañeros a juicio. Por lo tanto, la persecución no nos sorprende. Esto es gravísimo, que envíen un instructivo en el cual un punto consulte por el partido político o gremio al que pertenece el trabajador.

M.H.: En el INDEC por ejemplo, a Luciano Ciotti, Director de Informática de la Dirección Técnica, cuando lo echan junto a otros 70 trabajadores, le dijeron «su gestión fue excelente, pero no se pueden quedar por como piensan». Un hecho grave. Pasó también con los aportantes al Partido Nuevo Encuentro en el AFSCA.

T.: En ese punto creo que volvemos a lo que charlábamos antes en cuanto a la política pública y a dónde se orienta el presupuesto así como el esfuerzo político. Si cuando se crea la Policía Metropolitana, decidís como gobierno poner a todos los empleados en planta permanente, y tenés precarizados en un porcentaje altísimo a un montón de laburantes vinculados a políticas sociales, no hay mucho análisis para hacer, sale a relucir claramente que el plan es aumentar lo que tiene que ver con política represiva y no con política inclusiva.

N.S.: Es una política de Estado, en un sentido es un enorme salto cualitativo en contra de los intereses populares. También hay que decir que en la Provincia de Buenos Aires se han duplicado las fuerzas policiales, con las policías municipales, la emergencia de seguridad, con los miles de millones de pesos que no se destinaban a las escuelas, docentes y auxiliares que ni siquiera cobran en tiempo y forma el salario.
Es evidente que Berni, Milani o Granados hayan sido las figuras descollantes del último tiempo del gobierno kirchnerista, y la precarización durante 12 años como política de Estado, es aberrante. Hay contratados desde hace 16 a 20 años y me consta. Y una decisión de este gobierno de profundizar, llevarla al extremo y poner a los gerentes de las multinacionales a dirigir los destinos del Estado en función de esos intereses.

Hay que comprender que nos llevan puestos si no hay unidad por abajo, por el medio y por arriba

M.H.: Norberto, ¿qué peleas han dado los sindicatos, los distintos organismos representativos de los trabajadores estatales frente a esta situación?

N.S.: Lo primero que hay que decir es que el ataque es muy virulento y es al sector más vulnerable de la clase trabajadora. Es evidente que en el Estado existe una presencia sindical que, por un lado, tiene un peso muy considerable en sindicatos que son un apéndice del Estado de manera directa, son las correas de transmisión de las políticas oficiales gobierne quién gobierne. Hay un sector como UPCN y Sutecba como su máxima expresión, que siempre son funcionales a la lógica de las políticas de Estado, socios de ellos y en ese mecanismo acomodan su estructura y sus negocios.

En el caso de Ate, que es a nivel nacional el sindicato que de alguna manera puede cobijar expresiones de resistencia más genuinas y organizadas desde la base, que también lo hemos hablado en las elecciones del sindicato durante el proceso de la Lista Bermellón, atraviesa una crisis importante. Eso de alguna manera, más allá de las respuestas concretas que se hayan podido dar, hubo dos paros nacionales sin el paso previo del debate por abajo y la construcción del involucramiento masivo de los compañeros para dar respuesta; un paro nacional el 3 de diciembre y otro el 29 con una presencia más masiva en las calles, pero con esas disputas a los codazos entre quienes acompañaron acríticamente y fueron parte de la gestión del gobierno kirchnerista y que de alguna manera tienen su máxima expresión en la conducción de Ate Capital y quienes han hecho de su política de confrontación en aquel momento con el gobierno nacional, una política de absoluto sectarismo e incapacidad de convivir con otras corrientes políticas y, en particular, con quienes simpatizaban con el gobierno, generando una línea divisoria y un movimiento de zancadillas y codazos muy serio.

La ruptura de las dos CTA es una expresión clara de esto, las políticas del conjunto de las alas burocráticas han fragmentado al movimiento obrero y esto hoy lo padecemos en el Estado con una incapacidad de respuesta y, por empezar, de confianza entre los propios trabajadores estatales de que existen herramientas para dar esa pelea.

Sin embargo, surgen paralelamente procesos de organización importantes, hay que reconocer lo que señalaban Toti y Marcelo, las políticas en áreas de niñez, en programas que tienen que ver con la atención a la población más vulnerable, son los más afectados hoy en los municipios. Este ataque a la Ley de convenciones colectivas entre los municipales es un punto nodal para impedir que aparezcan nuevos actores que no sean esas nuevas burocracias que cuando un monotributista va al sindicato municipal oficial a afiliarse le dicen que no es trabajador si no es de planta permanente, es un paria que no tiene a dónde ir y si tiene inquietudes sociales trata de organizarse en Ate, y haciendo fuerza desde abajo sin el apoyo de Ate no dura ni diez minutos en el empleo.

Esto pasa, entonces la capacidad de respuesta tiene los límites de los problemas de las direcciones sindicales por un lado y también las dificultades inmensas para organizarse en este mar de precariedad. Sin embargo, ha habido resistencia en Quilmes, hay compañeros organizándose en Lanús, ha habido grandes movilizaciones en La Plata, más allá de la intervención de los punteros de la gestión anterior, ha habido una respuesta de los trabajadores.

Y hay una señal clara del gobierno, represión a los trabajadores de Cresta Roja primero, represión a los municipales de La Plata después. Cualquiera podría imaginar en cualquier parte del país, pequeños o grandes estadios llenos de trabajadores levantando la mano votando medidas de fuerza, pero para eso hay que convocar a discutir a los trabajadores, no hacer acciones de aparato. Está muy bien que hoy en La Plata, de un día para otro Ate cortó la autopista y logró visibilidad en algunos medios, pudo marchar a la Legislatura y en ese contexto no hay nada que decir, salvo que necesitamos acciones protagonizadas masivamente y para eso hay que convocar a plenarios de delegados, aunque en el verano es difícil y también por eso golpea el gobierno ahora.

El 22 de diciembre hubo una movilización importante de sectores combativos y de izquierda a la Plaza de Mayo y lo primero que hizo Pablo Micheli, cuando se bajó el Movimiento Evita con el que tenía una alianza repentina, después de no haber hecho nada en común durante todo el proceso anterior, fue bajarse también y Ate nacional estaba directamente en contra de la movilización.

Si Ate nacional organiza, no quiere que participe Ate Capital y son los delegados de base los que meten el debate para decir que tenemos que luchar todos juntos. Es el camino bien empujado desde los procesos genuinos de la base, de estas Juntas Internas recuperadas y también del sentido común de algunos dirigentes intermedios, que pueden ser de la Verde y Blanca, pero que comprenden que nos llevan puestos si no hay unidad por abajo, por el medio y por arriba.

La unidad por abajo la venimos construyendo en muchísimos lugares y ese proceso va a seguir y se va a profundizar. La unidad por el medio la trabajamos con mucho esfuerzo los que tenemos algún nivel de representación y muchas veces tiene trabas. La unidad por arriba es la más difícil y es la que no podemos garantizar salvo que generemos un movimiento desde abajo con una presión muy grande. En ese sentido, la asamblea de hoy (martes) del Ministerio de Trabajo, que frente a 100 despidos unifica masivamente a los compañeros por encima de cualquier diferencia política, una Junta Interna prestigiosa que encabezó la denuncia por la precarización hace ya muchos años y que está consolidada. La movilización que va a convocar el jueves a las 12:30 en la puerta del Ministerio, el llamado a la dirección de Ate Capital y Ate Nacional a que acompañen, a todas las corrientes de lucha sin distinción, es un ejemplo que tiene que hacerse ver.

La convocatoria que hacemos Ate Desde Abajo y la Víctor Choque para el sábado a las 10:00 en IMPA, a partir de esos esfuerzos de denuncia, de comunicación, como lo que salió en C5N con la presencia del «Vasco» Izurieta del Ministerio de Trabajo, lo que venimos trabajando con la ayuda de los medios comunitarios como el de ustedes, son caminos que nos pueden ayudar a reconstruir.

Ha habido reuniones en muchos municipios, de muchos trabajadores con inquietudes. Hay un estado deliberativo que las direcciones sindicales todavía no tienen la decisión de recoger, pero más tarde o más temprano se pueden ver obligados a tenerlo en cuenta si es que no quieren ser signados como cómplices y coautores de este ataque a los trabajadores y del ajuste. Ese es nuestro camino.

M.H.: Hiciste referencia a la declaración de los compañeros de Ate Desde Abajo del día de ayer: «No podemos esperar, hay que frenar los despidos ahora. Nuestro trabajo son tus derechos» ¿Qué quiere decir esto?

T.: Es básicamente lo que veníamos hablando hace un rato. El ataque a los derechos de trabajadores y trabajadoras en cuanto a las condiciones de trabajo es también el ataque a un montón de derechos que tendrían que ser garantizados desde los distintos Estados, el provincial, el nacional y el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Que esto no empezó hoy, para nosotros y nosotras no es nueva la necesidad de organizarnos y luchar en contra de la precarización laboral, pero también en contra de la precarización de la atención para la población con vulneración de todos sus derechos de manera sistemática. Tiene que ver con que las banderas se levanten en relación a eso, además de que obviamente si no tenemos estabilidad laboral y si sufrimos despidos, no solo no vamos a poder seguir peleando por políticas de calidad sino que además no vamos a poder llevar un plato de comida a nuestra mesa ni atender nuestras necesidades básicas.

M.: Se resienten todas estas políticas. Yo trabajo en una comunidad terapéutica en la Dirección General de Adicciones y pienso qué pasaría con los pibes adictos al paco, con menos laburantes, menos estructura. Lo mismo pasa con las víctimas de violencia de género, con los niños en los hogares; entonces, en vez de abrir más hogares juntan todos en uno, mientras que la ley claramente dice que tiene que haber 30 chicos por hogar y hay 46, esto no sale en televisión.

Entonces, cuando decimos que nuestro trabajo son tus derechos, son todos estos derechos que realmente si es por la gestión del gobierno actual, son vulnerados todos los días, esos derechos se restituyen en base a lo que le ponemos los laburantes cotidianamente, precarizados, mal pagos, con todo lo que peleamos para transformar esto.

Por eso decimos que la precarización del trabajo precariza la vida, porque precariza la política pública hacia la gente que más lo necesita. Es muy positivo todo lo que está pasando por abajo, creo que vamos a ir desbordando y obligando a los directivos de los sindicatos a ponerse a la cabeza. Como negativo, no puedo creer que después de 15.000 trabajadores en la calle, ninguna central se ponga a la cabeza a convocar a un paro general, ni llame a plenarios. ¿Vamos a esperar a marzo? En marzo tendremos 40, 50 o 60.000 despidos más.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.