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Entrevista a Evo Morales:

«Los servicios básicos y los recursos naturales no se pueden volver a privatizar y la vida no puede ser tratada como una mercancía, eso no es negociable»

Fuentes: Clarín

Son las siete de la tarde de una jornada agotadora, en la que el presidente de Bolivia pasó por Puerto Suárez, en el oriente profundo y cerca de la frontera con Brasil, para celebrar con la población un acuerdo económico con la Jintal, una empresa india a la que se dio por contrato la explotación […]

Son las siete de la tarde de una jornada agotadora, en la que el presidente de Bolivia pasó por Puerto Suárez, en el oriente profundo y cerca de la frontera con Brasil, para celebrar con la población un acuerdo económico con la Jintal, una empresa india a la que se dio por contrato la explotación e industrialización del 50% del Mutún, la mina de hierro más grande del país y una de las más grandes de Latinoamérica. De camino a Cochabamba, el mandatario -que hoy cumple un año y medio en el poder- habló con Clarín de las asimetrías comerciales, del narcotráfico, de la relación con EE.UU. y de sus problemas con los medios.

–¿Cree que con Cristina Kirchner en el gobierno cambiaría en algo la relación entre Bolivia y Argentina?

-Para Latinoamérica sería una gran alegría, un orgullo que otra mujer sea presidenta como (Michelle) Bachelet. Le deseo mucha suerte, mucho éxito, yo soy admirador de Kirchner y de su familia. Somos dos países vecinos, hermanos, y, desde que asumió, el presidente Kirchner impulsó también un proceso de cambio con mucha dignidad. Estoy seguro de que le va a ir muy bien a Cristina como candidata a la presidenta.

–¿Piensa que ahora en los países de la región hay menos resistencia a ver a las mujeres en el poder?

–Cuando hablamos de mujeres y de indígenas estamos hablando de los más excluidos de nuestros pueblos y de la humanidad. Hay avances, pero siento que, muchas veces, los varones no están tan preparados entender o aceptar una mujer como presidenta. Inclusive en mi región (el Chapare) ni siquiera como dirigente. Pero es un proceso. Y reitero que a mi me alegraría que Sudamérica tenga dos presidentas.

–La mejor relación entre Chile y Bolivia en años se da con dos gobiernos atípicos, con una mujer y un indígena como presidentes…

–Sentimos que debemos reparar los daños históricos y eso se logra con confianza. Pero no solamente confianza entre dos gobiernos o dos presidentes sino que la diplomacia de los pueblos se va imponiendo. De indígenas a indígenas, de Fuerzas Armadas a Fuerzas Armadas, de empresarios a empresarios, y qué bueno sería de iglesias a iglesias, católicas y evangélicas, y de esta manera crear una confianza entre sectores sociales que tienen que apostar a los procesos de cambio en defensa de la vida y de la humanidad. Nos preocupan ciertas debilidades que tienen nuestros países en temas energéticos por ejemplo. Y al tema energía deberíamos asumirlo con una responsabilidad solidaria.

-Precisamente en Argentina se está viviendo una crisis energética y su país ha garantizado que el gas no le va a faltar. ¿Se mantiene esa posición?

–Aprovechando la cumbre del Mercosur de Asunción, hemos conversado con el presidente Lula y le planteé que debíamos ser solidarios para garantizar que una pequeña parte de lo que se vende a Brasil fuera a Argentina. Es alrededor de un millón de metros cúbicos diarios, que permite cumplir con los contratos (de 7,7 millones). Así vamos operando. Y quisiéramos trabajar de esa manera con todos los países de Sudamérica, incluido Chile.

-¿En esta solidaridad latinoamericana incluye la cooperación de Venezuela?

–Sentimos un apoyo incondicional, muy sano y honesto, de Venezuela. Hoy le decía a los compañeros que los mejores técnicos que tiene en Bolivia en tema de hidrocarburos trabajan para las transnacionales y ganan 30.000 o 60.000 bolivianos (entre 4.000 y 7.000 dólares) y dentro de nuestras normas los funcionarios públicos no pueden ganar más que el presidente.Yo gano 15.000 bolivianos (menos de 2.000 dólares), pero los expertos no quieren ganar menos de esa cifra, ése es uno de nuestros problemas, siento que faltan patriotas que sientan por su nación. Estamos en vísperas de un contrato entre YPFB y Pdvesa para empezar a explorar y eso nos permitirá aumentar los volúmenes de exportación, pero abasteciendo el mercado interno. Son muy importantes los acuerdos entre estados, y ahí está Enarsa y Petrobras, y vamos a buscar inversiones en Medio Oriente, con países petroleros como Libia y Argelia. Pronto habrá buenas noticias.

-El FMI y algunas calificadoras de riesgo elogian el manejo macroeconómico de su gobierno…

–Antes el Banco Mundial y el FMI recomendaban impuestazos y gasolinazos . Ahora, sin impuestazos hay una mejora en nuestra economía. Hay una revalorización del peso boliviano. Es verdad que en los últimos días hubo alzas de precios pero no siento que sea inflación. Un factor que redujo la oferta fueron las inundaciones, que nos hicieron vivir momentos tan duros. Pero hay algo importante: los sectores populares han restituido el consumo de muchos productos que antes, por falta de plata, nunca consumían. Yo mismo, cuando tenía plata, compraba sin decir «caserita rebájeme». La banca privada reconoce que los depósitos en caja de ahorro aumentaron un 55%, y ¿quién ahorra en caja de ahorro? No son las grandes empresas. Hay, además, un crecimiento económico muy importante. Para consolidar este proceso de cambio es importante la estabilidad económica pero hay que traducir eso en la microeconomía. No se trata de crecer por crecer. Hoy en muchas áreas hay escasez de mano de obra, trabajadores que antes cobraban entre 30 o 40 bolivianos, ahora ganan 70 o 80 bolivianos diarios . En regiones mineras como Potosí 100, 120 bolivianos. Estos son resultados de un año y medio de gobierno en base a la honestidad, la austeridad y la recuperación de nuestros recursos naturales. Nos pueden decir de todo pero nunca corruptos o flojos. Lamentablemente, la derecha en lugar de ayudar a resolver los problemas busca sacar provecho de ellos.

–¿Bolivia tomó posición frente a la discusión sobre los biocombustibles?

–Yo sigo convencido de que los biocombustibles no son ninguna solución. Por ejemplo, hay escasez de harina, la subida del precio del pan aquí es justamente por este tema del biocombustible. Antes EE.UU. y Canadá donaban harina, ahora ya no, no tanto porque Evo sea presidente, sino porque no producen suficiente trigo, porque no sirve para el biocombustible. Y se reserva la tierra para las materias primas de los biocombustibles, como el maíz, o la caña de azúcar en el caso del etanol. Esta realidad empieza a sentirse en Bolivia. No puedo entender cómo se puede producir alimentos para chatarra norteamericana. Nosotros estamos preparándonos para una mayor inversión en el sector agropecuario. Estamos trabajando para lograr soberanía y seguridad alimentaria.

¿Cómo vivió el choque entre Brasil y Venezuela por el Mercosur?

–Ustedes conocen mi posición. Es importante que los presidentes trabajemos pensando en nuestros países. Pero, al margen de estos problemas, siento que ni la CAN (Comunidad Andina de Naciones) ni el Mercosur son ya monopolios de los neoliberales. En la CAN, por ejemplo, estamos dos a dos, y sueño con que el presidente Chávez pueda retornar. Seríamos tres antineoliberales (N. de la R: se refiere a Bolivia, Ecuador y Venezuela) contra dos neoliberales conocidos como Alan García o Álvaro Uribe. Ellos quieren negociar con la Unión Europea de bloque a bloque temas como los recursos naturales, los servicios básicos, la propiedad intelectual. Para nosotros los servicios básicos y los recursos naturales no se pueden volver a privatizar y la vida no puede ser tratada como una mercancía, eso no es negociable. Incluso yo les planteé, ¿por qué no hacemos un referéndum en la región andina sobre estos temas? Por eso es importante cómo democratizar la CAN y el Mercosur. Hay profundas diferencias programáticas y de lógicas culturales. Los bloques no pueden ser mecanismos de comercio para pocos, deben beneficiar a las mayorías nacionales. Sudamérica es una reserva económica pero, mediante los pueblos indígenas, también es una reserva moral de la humanidad.

–¿Qué opina de los Tratados de Libre Comercio?

–Acá en Bolivia no va , por eso planteamos un tratado de comercio de los pueblos. El comercio es importante, pero debe resolver los problemas de los pequeños productores, mientras que los tratados de libre comercio, como decía el compañero Chávez, son «alquitas» para eliminar al pequeño productor, después de que el ALCA fracasó. P or lo tanto habrá más hambre y miseria, más desempleo. Se trata de convertir a los agricultores en nuevos asalariados, de provocar la concentración de tierras en pocas manos y dejar muchas manos sin tierra. Hoy Sudamérica puede ser un gran bloque orientado a frenar la soberbia del imperio.

–Pero ustedes siguen necesitando el tratado de preferencias arancelarias que Washington acaba de renovar por algunos meses. Hay sectores exportadores que lo precisan…

–Es importante pero no son ninguna concesión. Son parte de la lucha contra el narcotráfico. Y si hablamos de la lucha contra el narcotráfico acá es moderna, totalmente diferente a los problemas que existen en Perú y Colombia. Es una lucha con participación de los movimientos sociales, una reducción concertada del cultivo de coca, sin violar los derechos humanos. No con paramilitares, con guerrillas, con secuestrados, con parlamentarios muertos.

-EE.UU. dice que la extensión de cultivos de coca está aumentando en Bolivia, ¿cuáles son sus datos?

–Tal vez haya aumentado algo en la región de los Yungas, pero en el Chapare hay una total disciplina para mantener el «cato» de coca (por familia) que son 40 metros por 40 metros. Nos dicen que ahora hay 2.000 o 3.000 hectáreas más . Eso no es nada frente a las miles de hectáreas que tienen algunos países vecinos. ¿Por qué no los cuestionan?

-Cuando era candidato dijo que no se imaginaba imagina entrando a la Casa Blanca. ¿Y ahora?

–No sé (silencio) Es algo deseable pero no decisivo. Somos de la cultura del respeto y del diálogo. El tiempo dirá quién está equivocado cuando hablamos de los sistemas económicos. Bush está perdiendo toda autoridad en Latinoamérica. Pero entiendo que los demócratas son un poco diferentes que los republicanos

–¿Avanzan las negociaciones con la Unión Europea?

–No va a ser tan sencillo. Europa debe ver el tema de las asimetrías, el tema de la migración. Antes no había muros, ni visas ni expulsiones. Y ahora cuando los pobres quieren ir en busca de trabajo hay tantas injusticias…. Los bolivianos que se fueron a España no son gente sin trabajo, pero ganaban 200, 300 0 500 dólares, y prefieren ganar 1.000 o 2.000 euros. Yo mismo prefiero ganar 2.000 euros que 500 dólares. Esas son las asimetrías, pero en vez de que nuestra gente se vaya allá, ¿por qué no van nuestros productos? Productos orgánicos, ecológicos. Si no, los latinoamericanos seguirán entrando a Europa, pese a la represión, las visas o los muros. La última vez que estuve en Zurich, los residentes bolivianos me recibieron con lágrimas en los ojos, emocionados. Me decían «nos dignifica, siga adelante». Antes, cuando luchábamos por las transformaciones estructurales, los gobiernos nos hacían llorar con represión. Ahora hacemos llorar de emoción. Queremos debatir no sólo temas económicos sino temas políticos y qué mejor que pensar en resarcir los daños de 500 años contra los pueblos indígenas.

–La Asamblea Constituyente parece enredada con algunos temas.

–Son los costos de una revolución pacífica, democrática y cultural. Muchos de quienes nunca quisieron la asamblea ahora son constituyentes, para perjudicar. Se agarran de cualquier tema como autonomía o, ahora, la capitalía plena de Sucre, orientado a que la asamblea fracase y eso haga fracasar al gobierno.

–Por estos días se habla de un proyecto de reelección indefinida presentado por su partido, el MAS.

–Nosotros estamos planteando para autoridades electas -alcaldes, prefectos y el propio presidente de la República- la posibilidad de un referéndum revocatorio o ratificatorio. Bajo ciertas normas, el pueblo puede revocar sus mandatos en cualquier momento, como también puede ratificarlo si ese alcalde, prefecto o presidente trabaja bien. Es una decisión soberana del pueblo. Antes como era una sola gestión aprovechaban para robar porque sabían que no podían ser reelectos y daba igual si trabajaba bien o mal. Creemos que nuestra propuesta puede permitir mejorar la conducta de los funcionarios.

–No hace mucho dijo que las élites no soportaban a un presidente indígena. ¿Después de un año y medio cree que empezaron a aceptar esa idea?

El año pasado decían «pobre indiecito, que se divierta unos tres o cuatro meses, después lo vamos a sacar». Pero pasaron seis meses, pasó un año ¿y ahora qué dicen? «creo que este indio se va a quedar por mucho tiempo y hay que hacer algo»..

–¿Cómo quedó el caso de la ciudadana estadounidense que intentó ingresar a Bolivia con 500 balas en su valija?

–Yo he escuchado decir por ahí a algún grupo de inteligencia norteamericano que la democracia en Bolivia estaría en riesgo. Si está en riesgo es por esas cosas.

-¿Por qué la justicia la liberó tan rápido?

–Estoy convencido de que fue por presiones del embajador de Estados Unidos. Es impresionante cómo operan.

-Esta semana hubo gases lacrimógenos contra mineros cooperativistas que acusaban al gobierno de represor. ¿Cómo siente usted, que fue víctima de la represión, esas acusaciones?

–Antes yo me movilizaba para abrir el diálogo, ahora los compañeros no quieren el diálogo y piden no cambiar nada en política minera. Eso significa defender las normas neoliberales en minería. Y perjudican a la población. Yo tengo la responsabilidad de dar seguridad a la población. Yo he marchado muchas veces pero jamás con dinamita.Ya no son reivindicaciones sociales o económicas, son actitudes netamente políticas.

-¿Cómo se lleva con los medios?

–Son el mejor opositor que tengo.

-¿Su gobierno podría no renovarles licencias a los canales de TV, como hizo Chávez con RCTV?

–No hemos pensado nada de eso por ahora, ni quiero pensar. Pero lo que ha pasado en Venezuela es un derecho del Estado. No es ninguna forma de acallar a la prensa, ellos saben cuándo termina una concesión. Si el Estado quiere renovar, renueva y si no, no renueva. En Bolivia no solamente hay libertad de prensa, hay libertinaje.

–¿Ser presidente resultó ser más difícil de lo que imaginaba?

–Acá nos manejamos con horizontalidad. Felizmente no hay ambiciones personales. En las reuniones siempre reclamo a los ministros que me digan en qué me equivoco. Con este gobierno se terminó el uso del Estado para robar, los «hospitales de empresas» mientras los bolivianos no tenían derecho a la salud. Ya no hay cheques en blanco para los grupos oligárquicos. Y estos grupos se van a resentir. El peor enemigo de los bolivianos es la corrupción y, segundo, el modelo neoliberal. Algunos nos dicen » Evo no está gobernando para todos», pero no podemos gobernar para los corruptos y con los corruptos. Soy presidente de todos los bolivianos pero debo atender los problemas de los abandonados históricamente, de los vilipendiados de la vida republicana, de los campesinos e indígenas. No se puede reparar en dos años demandas de 500 años o de los últimos 20 años de modelo neoliberal.