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Campaña electoral

Los temas ausentes

Fuentes: El Nacional de Tarija

¿Debemos seguir aceptando humillantes «donaciones» como país? ¿Cómo deben administrarse las empresas públicas? ¿Qué destino darle al ahorro interno y cómo? El debate electorero está, al menos hasta hoy, ajeno a temas como los planteados. Hay otros más de interés primordial para los bolivianos. ¿Nos reconoceremos, finalmente, como miembros de una nación en proceso de […]

¿Debemos seguir aceptando humillantes «donaciones» como país? ¿Cómo deben administrarse las empresas públicas? ¿Qué destino darle al ahorro interno y cómo?

El debate electorero está, al menos hasta hoy, ajeno a temas como los planteados.

Hay otros más de interés primordial para los bolivianos. ¿Nos reconoceremos, finalmente, como miembros de una nación en proceso de consolidación, cohesionados por los lazos y factores sociales, culturales y geográficos que nos unen o nos dejaremos llevar por la disgregación interna y la exacerbación provocada, artificial, de los matices regionales o culturales?

Lo cierto es que se respira un aire sofocante, densificado por una campaña aburrida y hasta insultante para gran parte de los bolivianos. Con razón plena un conductor de un programa de debate que se desarrolla en el Canal 7, hastiado de la pobreza extrema (de ideas) de un candidato de derecha a nada menos que presidente de Bolivia, le sugirió, le rogó incluso, que aprendiera un poquito de historia («lea un capitulito al menos»).

También hay síntomas de descreimiento en las «bases oficialistas», consideradas parte del núcleo electoral imbatible del MAS. En El Alto y varias provincias de La Paz, así como en Cochabamba y otras regiones, se está cuestionando poco a poco y de forma más extendida las contradicciones del gobierno y su incumplimiento con la denominada «Agenda de Octubre».

¿Por qué se abandonó la senda de la nacionalización de los hidrocarburos? ¿Por que firmó el gobierno los contratos petroleros sin antes publicar los resultados de las auditorías que hizo a la década previa de actividad petrolera con signo neoliberal?

No sólo en El Alto se extienden estos cuestionamientos que aún no tienen respuestas oficiales. Camiri no ha dejado de mostrar «actividad sísmica política» exigiendo que YPFB sea la protagonista y no las transnacionales. Es una angulosa piedra en el zapato del gobierno.

Es preciso, en justicia, reconocer sin embargo que el proceso electoral que se vive nos tiene a los bolivianos en un ambiente de relativa paz política y social. Las corrientes activas de sectores separatistas, vinculados a intereses económicos locales y externos han sido, al menos por ahora, abatidas.

Si entre los candidatos oficialistas y los de la oposición de derecha no quieren introducir estos y otros temas centrales al debate, tendrán que ser los medios de comunicación, actuando como canalizadores de las preguntas ciudadanas, las que planteen a los candidatos respuestas concretas a preguntas concretas.

Las grabadoras de nuestros periodistas estarán abiertas para registrar las intervenciones de los candidatos, incluyendo aquellos que quieren debatir sólo con el pueblo. ¿Encontraremos respuestas?