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Los tótems de Aeroparque

Fuentes: Rebelión

Como parte de una política electoral, de manera improvisada, El Ministro de Transportes Nacional, Guillermo Dietrich y la Secretaria de Transportes de GCBA, decidieron poner en las terminales de Ezeiza, Aeroparque, Retiro, Buquebus (territorios de jurisdicción nacional), unas máquinas, los denominados tótems, donde el pasajero debe emitir un ticket con el valor final del viaje […]

Como parte de una política electoral, de manera improvisada, El Ministro de Transportes Nacional, Guillermo Dietrich y la Secretaria de Transportes de GCBA, decidieron poner en las terminales de Ezeiza, Aeroparque, Retiro, Buquebus (territorios de jurisdicción nacional), unas máquinas, los denominados tótems, donde el pasajero debe emitir un ticket con el valor final del viaje antes de ascender al taxi.

Para ello, prohibieron en esos lugares el uso del reloj taxímetro, desconociendo la ley 3622 y otras que regulan la actividad del servicio de taxis y la obligación al uso de ese reloj, que está homologado por los órganos de control nacionales e internacionales, para fijar el valor de los viajes.

El único argumento que plantearon públicamente se apoyó en la calificación generalizada de los taxistas de «mafiosos» (un funcionario de segunda línea del GCBA llegó a plantear que los 500 taxistas de Aeroparque eran mafiosos). Si razonáramos de la misma manera deberíamos contestar, también generalizando esa caracterización con muchos más elementos, a jueces, empresarios, políticos, funcionarios del gobierno, etc, etc.

En reuniones de carácter informativo con funcionarios de la Secretaria de transportes porteña se nos informó que dicho Totem calcularía el valor del viaje, con un sistema del que no sabemos si posee homologación alguna, desconociendo la variable TIEMPO que nuestro reloj mide en el trayecto real del viaje. Manifestamos allí que rechazábamos ese criterio de medición porque significaba una diferencia en menos con el valor real del reloj de entre un 25 a un 30%.

No aceptaron nuestras opiniones y sin comprobaciones y pruebas mínimas elementales del sistema, lo pusieron en funcionamiento.

Qué demostró la práctica:

1) Que nuestro planteo era fundamentado. Para ello le acercamos al gobierno más de dos centenares de tickets del Totem acompañados de lo marcaba el reloj taxímetro con la comprobación de la diferencia en la tarifa que representaba en cada viaje una pérdida para el taxista de un 30% o más en cada viaje. Ello significa un promedio aproximado de $80 para arriba menos por viaje, con una media de solo 5 viajes diarios en la Parada se pierden $400 de su recaudación diaria y tomando 24 días de trabajo unos $9.600 de sus ingresos mensuales.

2) Que el sistema evaluaba incorrectamente en muchos casos la distancia a recorrer, no establecía el recorrido en el ticket, no diferenciaba valor de las valijas, el retorno de Provincia a Capital.

3) Además que se producían colas y demoras en la confección del ticket en las máquinas, datos incorrectos de calles con el mismo nombre en Capital y Provincia, etc.

4) Fallas en el sistema que obligó a su paralización varios días y que no se resolvieron

Sugerimos suspender provisoriamente hasta proceder, con las pruebas necesarias, a la corrección de las anomalías que surgieron y corregir inmediatamente incorporando el valor tiempo a la tarifa final. Lo rechazaron y nos plantearon 6 meses de prueba, claro que con el trabajo a perdida.

Los compañeros taxistas de Aeroparque, titulares y peones, ante la pérdida sustantiva de su ingresos realizaron asambleas y dos actividades de protesta, plena y absolutamente justificadas, tratando de construir los menores problemas posibles en el tránsito, la respuesta fue la concentración de una cantidad inusitada e intimidatoria de fuerzas policiales con armas largas, carros hidrantes y otros elementos represivos, se comenzó a infraccionar ilegalmente a taxistas que tomaron viajes en la Av. Cantilo (no hay ley ni norma que prohíba hacerlo), ya fuera del Aeroparque, a presionar hasta a los pasajeros, a cortar viajes ya sobre Cantilo con taxistas que habían prendido su reloj, en abierta contradicción con la ley porque la infracción se comete si el coche va con pasajero sin el reloj prendido.

Tuvieron que suspender la activación del sistema en los otros lugares previstos, reconociendo tácitamente sus enormes errores y finalmente, luego de la masiva movilización de nuestros compañeros, propusieron un sistema complejo de estimación de la perdida horaria para agregarlo al valor del tótem. Sin embargo, según nuestra opinión solo por razones políticas, se negaron a suspender el sistema para corregir esos errores y establecieron un plazo de 15 días para modificarlo, a costa de nuestro bolsillo y sin ninguna garantía de solución real.

Lo peor, lo más irritante, es que paralelamente los autos ilegales de UBER y Cabify siguen actuando con la más absoluta impunidad ante la pasividad cómplice de quienes deben controlarlos e infraccionarlos.

Por todo esto es que el 11 de abril, a las 11 hs., miles de taxistas nos movilizaremos a Plaza de Mayo para defender nuestra actividad, terminar con los atropellos y con las empresas multinacionales de APP.

Alberto Rodríguez y Luís Fernández son respectivamente secretario y presidente de la Asociacion Taxistas de Capital

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.