En Bolivia se mantiene la Ofrenda a la Pachamama (Madre Tierra), que consiste en hacer un ofrecimiento en consideración a los frutos que nos proporciona, se realiza el mes de agosto por la vinculación de esta época del año con la producción agrícola, entendiendo una lógica y racionalidad vinculada a la vida. Lo tradicional en […]
En Bolivia se mantiene la Ofrenda a la Pachamama (Madre Tierra), que consiste en hacer un ofrecimiento en consideración a los frutos que nos proporciona, se realiza el mes de agosto por la vinculación de esta época del año con la producción agrícola, entendiendo una lógica y racionalidad vinculada a la vida.
Lo tradicional en agosto era ofrendar para agradecer la próxima cosecha, sin embargo ahora la gente presta más atención a pedir lo ostentoso y colocar en su ofrenda símbolos materiales, dejando de lado el sentido principal de esta ceremonia.
Sin duda el capitalismo ha transformado nuestra forma de vivir y de pensar, por ello nuestra relación con la madre tierra tampoco fue la excepción.
El Vivir Bien como modelo anti capitalista
Producto del Encuentro Mundial de los Pueblos Indígenas realizado en Bolivia el 12 de octubre de 2007 se emitió un planteamiento que definió la estrategia de reconstrucción del Vivir Bien para salvar a la madre tierra y a la humanidad, el cual fue expresado por el Presidente Evo Morales en su intervención del 21 de abril de 2008 en el séptimo periodo de sesiones del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, bajo el titulo de los «Diez mandamientos para salvar al planeta, a la humanidad y a la vida»:
1. Terminar, acabar con el sistema capitalista.
2. Renunciar a la guerra.
3. Un mundo sin imperialismo ni colonialismo.
4. El agua es de todos los seres vivientes.
5. Desarrollo de energías limpias y amigables con la naturaleza.
6. Respeto a la madre tierra.
7. Servicios básicos como derecho humano.
8. Consumir lo necesario, priorizar lo que producimos y consumir localmente.
9. Promover la diversidad de culturas y economías.
10. El vivir bien.
Continuando esta política iniciada por el Proceso de Cambio en favor de la Madre Tierra, en abril del año 2010 se realizó la I Cumbre del Cambio Climático en Tiquipaya, municipio del departamento de Cochabamba, que dio como resultado varios puntos de consenso en la lucha contra el capitalismo para conservar la vida, de los cuales dos son los principales:
1. Salvar al planeta remplazando el capitalismo por un sistema de armonía con la naturaleza para Vivir Bien.
2. Aprobar un proyecto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra.
Tiempos de conflictos
Sin embargo, las contradicciones internas provocaron quiebres en el discurso y la práctica, ya que las visiones desarrollistas fueron pesando cada vez más en la política real, cuya expresión se vio en el conflicto de la construcción de una carretera a través de la zona núcleo del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Secure (TIPNIS) el año 2011, dejando de lado las consecuencias ambientales, movimientos indígenas reaccionaron en contra y surgió el conflicto que ocasionó el quiebre con uno de los sujetos integrantes del bloque social revolucionario del Proceso de Cambio boliviano, el movimiento indígena, ya que a causa de aquel conflicto se apartaron dos de las cinco principales organizaciones del Pacto de Unidad, la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ), quedándose al lado del gobierno las tres organizaciones restantes: la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia CSUTCB, la Confederación Sindical de Mujeres Indígenas Originarias de Bolivia – Bartolina Sisa, y la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia – CSIOB.
El conflicto del TIPNIS debilitó al Pacto de Unidad, y se produjo después del distanciamiento de la clase obrera a causa del llamado «gasolinazo», que consistió en el levantamiento de la subvención a los combustibles en diciembre de 2010, cuya experiencia reforzó la política de mandar obedeciendo al pueblo, implementada por parte del presidente Evo Morales desde su primera gestión, para retroceder en aquella medida.
Ambos conflictos fueron aprovechados por la Federación Nacional de Cooperativas Mineras de Bolivia (FENCOMIN), que hábilmente condicionó al gobierno su apoyo para sacar ventaja de la situación mediante el aparato Estatal, obteniendo beneficios que se tradujeron en el casi nulo aporte al Estado por la extracción de todo tipo de minerales -incluyendo el oro-, hasta el no control del impacto ambiental y contaminación que provocan al agua y tierras, a ello se suma el daño social a las comunidades ya que en muchos casos los cooperativistas han ido convirtiendo poblaciones cercanas a las comunidades en burdeles y cantinas, provocando la situación de inseguridad permanente para los comunarios.
Voces desarrollistas
Por otro lado, ante la crisis internacional que ha comenzado a afectar visiblemente nuestra economía y dentro de las fracciones desarrollistas del proceso, comenzó a primar la idea de que el sector privado es necesario para que la economía nacional no se sumerja en la crisis, entendiendo como privado tanto a la burguesía boliviana como a la transnacional, por ello comenzaron a trabajar proyectos en favor del bloque capitalista.
A causa de aquellas visiones desarrollistas la agroindustria logró obtener apoyo y beneficios del Estado a través del «perdonazo» del desmonte ilegal que ha realizado en los últimos años, así como la ampliación en el tiempo de control de la función económico social de la tierra y la autorización de la extensión de la frontera agrícola, introduciendo más tierras al mercado y, por consiguiente, fortaleciendo el mercado capitalista.
Ante estos hechos la oposición comenzó a embanderar consignas por las cuales nunca había luchado y que en el fondo tampoco lo haría, sino que las alzan para aprovecharse de las contradicciones internas en el Proceso de Cambio entre desarrollo -aún- capitalista y derechos de la Madre Tierra.
Aquel uso llevó a que se aprovecharan del movimiento indígena para enfrentar internamente al sujeto del Proceso de Cambio, cuestión irónica porque mientras el año 2008 escupían e insultaban a los pueblos indígenas en los hechos fascistas del intento separatista de la llamada media luna, el 2011 aparecen como sus defensores. Sin embargo, nótese aquí que ellos no hablarán de derechos de la Madre Tierra ya que no es parte del proyecto capitalista que representan.
Lo anterior debe permitirnos reconocer que, en la medida que ganan fuerza las visiones desarrollistas del sistema capitalista, que como sistema de producción es el predominante en la economía plural de nuestro Estado, nos hemos alejado de los derechos de la Madre Tierra; y en la medida que nos hemos alejado de los proyectos políticos por los cuales luchamos, como el Vivir Bien y la construcción del socialismo comunitario, hemos dejado banderas con las que la oposición nos ataca; pero el objetivo es el que no debe extraviarse y debe considerarse desde su posición de clase, eso nos permite ver que para el bloque capitalista boliviano será el retorno del neoliberalismo, retomando los Tratados de Libre Comercio desde la Alianza del Pacífico favoreciendo así al capitalismo transnacional, por carecer incluso de una visión nacionalista, y retornando al saqueo de nuestros pueblos.
Nuestro proyecto político es el avance al socialismo comunitario y para ello necesitamos fortalecer nuestra política hacia el Vivir Bien, siendo necesario hacer a un lado las posiciones desarrollistas y retomar la iniciativa política para discutir sobre las amenazas del capitalismo contra la vida y la depredación de la madre tierra, la construcción del Vivir Bien y del socialismo comunitario, y la cultura de la vida, por ello, la II Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, que se realizará en Tiquipaya del 10 al 12 de octubre de 2015 abre esta posibilidad.
No podemos sólo acordarnos de la Madre Tierra, tenemos que luchar por ella porque representa la vida y para ello es inevitable luchar contra el sistema capitalista que la está destruyendo.
El autor es abogado, estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Mayor de San Andrés
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.