I El 16 de septiembre de 1915, al finalizar el Primer Congreso Pedagógico de Yucatán, el gobernador preconstitucional Salvador Alvarado, pronunció un discurso dirigido al magisterio, evocando el aliento para que se cumpla lo que consideraba el más grande deber de la Revolución: «Ustedes traicionarán a la Patria, si no cumplen con su deber; al […]
El 16 de septiembre de 1915, al finalizar el Primer Congreso Pedagógico de Yucatán, el gobernador preconstitucional Salvador Alvarado, pronunció un discurso dirigido al magisterio, evocando el aliento para que se cumpla lo que consideraba el más grande deber de la Revolución: «Ustedes traicionarán a la Patria, si no cumplen con su deber; al maestro está encomendada la redención del pueblo y para ello no deben escatimar ni energías ni oportunidad que yo, por mi parte, lo abandono todo para hacer girar el volante del Progreso que tiene como eje la educación primaria. La mejor política; de un gobierno es la protección a la escuela y al maestro, es mi política, contad con ello».
Abrazando la certeza de que en la niñez esta el presente y el porvenir, procurando al mismo tiempo, que el magisterio se comprometa con la sociedad para contribuir a enmendar el daño causado por tantas décadas de abandono, Salvador Alvarado sentenció: «Hecho grande el maestro, recoja su escudo y tiéndale la mano al analfabeta, sacándole de la ignominia, de su ignorancia, como dijera el señor profesor [Rodolfo] Menéndez, porque, de otro modo, seréis culpables, señores, si por vuestro abandono deja de salir de los campos o de los pueblos un Juárez, un Altamirano o un Ocampo de los muchos escondidos en el mundo de los olvidados». Las sabias palabras del general sinaloense, a pesar de que fueron pronunciadas a principios del siglo XX, mantienen una enorme vigencia, por ser uno de los pendientes más importantes el otorgar educación a cada niño del país, y por ser el magisterio, quien a su cargo tiene tan importante deber, que ha de ser cumplido con el compromiso que nuestros tiempos reclaman sin claudicación, con la seguridad de que al educar se está contribuyendo a conformar una mejor nación.
II
El 3 de diciembre de 1917, durante el gobierno constitucional de Venustiano Carranza, se instituyó mediante decreto, el 15 de mayo como Día del Maestro, fecha que refiere a la histórica toma de la ciudad de Querétaro, después de varios años de férrea resistencia juarista, con la que se puso fin a la invasión francesa ocurrida durante la segunda mitad del siglo XIX. El simbolismo de la fecha y el acto, manifiestan en la figura de los maestros y maestras la libertad e independencia de pensamiento que cada día debe cultivarse en los procesos de enseñanza-aprendizaje, además, establece el reconocimiento a la labor educativa de todos los docentes que con su esfuerzo y dedicación, desde aquél entonces, se propusieron contribuir al desarrollo de México y a la superación del oscurantismo al que fue sometida la mayoría de la población hasta antes del triunfo de la Revolución de 1910, teniendo como estandarte la luz del alfabeto, la ciencia y la razón.
La primera celebración en México, tuvo lugar en mayo de 1918, cuya iniciativa habían presentado meses atrás, los diputados Benito Ramírez y Enrique Viesca Lobatón, con el fin de establecer a nivel nacional una fiesta cívica en reconocimiento a los maestros y maestras, que ya para entonces, eran uno de los grupos sociales más influyentes en el país, por sus destacadas participaciones en la formulación de las leyes constitucionales y su papel eminentemente revolucionario a favor de los desposeídos. En Yucatán, el Día del Maestro fue decretado el 6 de junio de 1918, por el gobernador Carlos Castro Morales, y celebrado por vez primera el 15 de mayo de 1919, en medio de la efervescencia revolucionaria que el Estado vivía.
III
En cada nación se celebra a los maestros y maestras en un día en particular, pero desde 1994, la UNESCO instituyó el 5 de octubre como el Día Mundial de los Docentes, siguiendo la «Recomendación conjunta de la OIT y la UNESCO relativa a la situación del personal docente» aprobada en París, Francia, el 5 de octubre de 1966. Este documento establece los derechos y las responsabilidades de los docentes, las normas internacionales para su capacitación inicial y su formación, estipula condiciones para su contratación, empleo, enseñanza y aprendizaje. Incluye recomendaciones sobre la participación de los docentes en las decisiones relativas a la educación mediante la consulta y la negociación con las autoridades educativas. Se considera que la Recomendación constituye una importante directriz para promover la condición del personal docente en aras de una educación de calidad. Años después, en 1997, fue aprobada la «Recomendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de enseñanza superior», con el fin de sugerir una serie de prácticas que abarcan a todo el personal docente de la enseñanza superior, reconociendo sus necesidades específicas y complementando la Recomendación de 1966.
La situación de los docentes es un pendiente por revalorar, en los últimos años en México, su condición se agravó por la mal llamada Reforma Educativa, que estableció un sistema punitivo de valoración, generando un clima social álgido desembocado en protestas y movilizaciones, muchas de ellas reprimidas, con saldos de fuerte violencia de Estado, asesinatos, encarcelamientos, despidos, desapariciones forzadas, persecución y un ambiente de criminalización en los medios de comunicación generado desde el poder, todo esto, repercutiendo de manera directa en los procesos de enseñanza que fueron agredidos por el neoliberalismo y su persecución al pensamiento crítico y a la organización magisterial. El papel de los docentes en la sociedad debe ser revalorado para darle su verdadero lugar como sujeto generador de bienestar social, económico y cultural.
IV
La efeméride del Día del Maestro resulta más significativa para Yucatán, al recordar que el 15 de mayo de 1850, nació en San Juan de los Remedios, Cuba, Rodolfo Menéndez de la Peña, destacado profesor que emigró exiliado por su participación en la lucha independentista de su patria iniciada en 1868, para asentarse en Yucatán de manera definitiva en febrero de 1873, donde desarrolló una invaluable labor a favor de la educación que le valió ser declarado el 27 de marzo de 1930, por la XXXI Legislatura Constitucional de Yucatán, como «Benemérito de la Educación Pública del Estado», y el 22 de abril del mismo año, siendo gobernador, el profesor Bartolomé García Correa, se puso su nombre por decreto, a la fusión de las dos escuelas normales (la de varones y la de señoritas), dando origen a la actual Benemérita y Centenaria Escuela Normal Urbana «Rodolfo Menéndez de la Peña».
En el legado pedagógico de Rodolfo Menéndez, se destacan la edición durante más de veinte años (1886-1907) de la revista La Escuela Primaria -una real enciclopedia de la educación-, así como, la fundación y dirección de centros de enseñanza y la publicación de libros y artículos destinados a rescatar la historia de la educación, delinear métodos de enseñanza de diferentes disciplinas como la moral y el civismo, poesías escolares, análisis e informes profundos de la situación educativa de Yucatán. Fue Rodolfo Menéndez quien encabezó los trabajos efectuados durante el Primer Congreso Pedagógico de 1915 en Yucatán, evento que sentó las bases de la política educativa de la Revolución, cuya memoria recopiló, editó y publicó como legado y testimonio. Su obra sigue vigente por tener como eje central la libertad humana.
V
La celebración del Día del Maestro en este año 2019, se inscribe en un panorama por demás complejo en torno a la educación en México, la reciente resolución de aprobación a la Reforma Educativa que promueve el actual gobierno federal de la llamada «Cuarta Transformación», ha generado desilusión en sectores magisteriales como la CNTE, quien la ha criticado porque no alcanza a derogar la totalidad de la esencia de la Reforma implantada en tiempos de Enrique Peña Nieto y que provocó mucho daño en el magisterio, después de tanto debate y espera, la Reforma actual ha resultado ser un híbrido que no atiende aspectos fundamentales de la educación, pues se han retocado algunos de los puntos que provocaron mayor conflicto durante el sexenio pasado referentes a temas laborales, pero sigue estando pendiente una verdadera Reforma Educativa que cimente un proyecto real de restructuración pedagógica para ser implando en el país, tomando en cuenta las necesidades sociales, económicas y culturales que la diversidad mexicana contiene en sí misma, y que además, se encuentra amenazada por las estructuras neoliberales aún vigentes. Así como el proyecto económico no muestra pasos absolutos de poner fin al neoliberalismo tampoco la nueva Reforma Educativa elimina los conceptos mercantiles-neoliberales con que se redacta y se pretende ejecutar. Esta Reforma es en realidad una contrarreforma que busca limitar ciertos rubros de la ya anterior mal llamada Reforma Educativa, es decir, el enredo que seguimos arrastrando sobre la educación en México está aún muy lejos de encontrar salida, continua pendiente una verdadera Reforma Educativa que sea efectivamente para el «bien de todos» poniendo primero a los pobres y que dignifique al magisterio como actor central del proceso educativo. Aún falta mucho por escribirse en la historia de la educación.
Al celebrarse el Día del Maestro, levantamos la voz para reconocer al magisterio como un sujeto revolucionario que contribuye a la transformación social y a la superación de muchos de los males que nos aquejan en la actualidad, su empeño impulsa la conciencia y el progreso, son los maestros y maestras quienes tienen en sus manos la lucha contra la ignorancia y la desigualdad social, asimismo, levantamos la voz, para exigir respeto pleno de la dignidad humana y laboral de todos los maestros y maestras de México y del mundo.
Cristóbal León Campos. Coordinador Técnico de la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán. Integrante del Colectivo Disyuntivas.
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