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MAS: 10 años de lucha y compromiso

Fuentes: Alai

El Movimiento al Socialismo (MAS)-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP) y los movimientos sociales de Bolivia, el 27 de marzo de 2005, conmemoramos 10 años de lucha y compromiso social en busca de una Patria libre, soberana, digna y con justicia social. En sólo 10 años y a pesar de una campaña […]

El Movimiento al Socialismo (MAS)-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP) y los movimientos sociales de Bolivia, el 27 de marzo de 2005, conmemoramos 10 años de lucha y compromiso social en busca de una Patria libre, soberana, digna y con justicia social.

En sólo 10 años y a pesar de una campaña contraria desde los partidos tradicionales, los grupos oligárquicos, las transnacionales, la embajada de Estados Unidos y, el propio sistema, el MAS-IPSP en la actualidad es la primera fuerza política de este país, ubicado en el epicentro del continente americano.

En 1994, antes del nacimiento de nuestro Instrumento Político, el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (ahora refugiado en Estados Unidos) trató de imponer una política criminal contra las mayorías nacionales -principalmente contra los productores de coca- denominada «Plan Nuevo Amanecer» que tenía la intención no sólo de eliminar todos los cultivos de coca sino de expulsar a miles de familias de su propio territorio.

Esa es la antesala de nuestro nacimiento a la vida política: represión, muerte, enfrentamientos, movilizaciones y una gran marcha desde el Chapare hasta La Paz denominada «Por el Territorio, la Coca y la Dignidad Nacional», donde miles de productores de coca, colonizadores y campesinos, pero también otros sectores sociales demandamos al Estado que escuche el clamor de la mayoría nacional.

Al no ser escuchados por el gobierno, las confederaciones nacionales de las principales organizaciones rurales del país determinamos construir nuestro instrumento político, acabar con el pongueaje político y participar con nuestros propios candidatos en las elecciones municipales y generales.

Nuestra fundación

En 1995, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), junto a las organizaciones indígenas, colonizadoras, sin tierra, mujeres agrarias y otros sectores sociales, cansados de ser la «escalera política» de los partidos tradicionales y la propia izquierda, determinamos crear nuestro propio Instrumento Político denominado Asamblea por la Soberanía de los Pueblos (ASP).

Como era lógico, la Corte Nacional Electoral, en ese entonces apéndice de los partidos tradicionales, nos negó nuestra personería jurídica; sin embargo, en 1995, bajo la sigla de la Izquierda Unida (IU) y con el lema «votar por nosotros mismos» participamos primero en las elecciones municipales, obteniendo 49 concejalías y 10 alcaldías, todas en el departamento de Cochabamba; luego en 1997, en las elecciones generales, obteniendo el 3.8 por ciento de la votación a nivel nacional y ganando cuatro diputaciones, también en Cochabamba.

La Corte Nacional Electoral durante cinco veces consecutivas nos negó la personería jurídica. Versiones oficiales señalaban que la embajada norteamericana presionaba para impedir que se nos reconozca como Instrumento Político, «mientras Evo Morales sea su principal dirigente».

En 1998, en alianza con sectores de profesionales identificados con su pueblo y trabajadores de diferentes sectores de las ciudades, recurrimos a la sigla del Movimiento al Socialismo (MAS) para participar en las elecciones municipales donde obtuvimos 81 concejales distribuidos en todo el territorio nacional, excepto en Pando y Beni.

En enero del 2002, en una jornada negra para la democracia del país, los diputados de la denominada «clase política» se unieron para arrebatarle el fuero parlamentario al jefe del MAS.

Con esa acción anticonstitucional, tenían la intención de liquidar a nuestro movimiento, pero lo que ocasionaron fue absolutamente lo contrario: gran parte de la población rescató su ideología antineoliberal, anticapitalista y antiimperialista para sumarse orgánicamente a nuestro movimiento. A pesar que en este período nos han calificado como «mafias cocaleras», «talibanes», «anarcosindicalistas», «narcoterroristas», «financiados por Venezuela y por un tal Soros» y muchos otros adjetivos más, lo evidente es que en estos 10 años como MAS hemos demostrado que sin recurrir a las prebendas ni a la compra de conciencias -como lo hacen los partidos tradicionales- nos hemos convertido en la esperanza de cambio para los desposeídos.

Esa fortaleza la hemos demostrado en las elecciones generales de 2002, cuando bajo el binomio Evo Morales-Antonio Peredo disputamos la posibilidad de asumir la Presidencia de la República. El MAS, sin financiamiento estatal, obtuvo más del 20.95 por ciento de los votos con el apoyo de más de medio millón de bolivianos y bolivianas, a pesar que el propio embajador norteamericano Manuel Rocha exigió que no apoyen a nuestro movimiento.

Desde las últimas elecciones municipales de diciembre de 2004, el MAS se ha constituido en la primera fuerza política de Bolivia, logrando concejales y alcaldes en todo el territorio nacional.

Nuestro reto

En todo este proceso, los militantes y simpatizantes de nuestro movimiento, no sólo han sido víctimas de la bala y la metralla, de la represión y la cárcel, sino también del chantaje y de la criminalización.

La conjunción de ideales y de clases sociales, de prácticas y luchas, de realidades y esperanzas, tienen su inspiración entre los masistas en el ejemplo de Tupak Katari, Bartolina Sisa, Simón Bolívar, Ernesto «Che» Guevara, Coco e Inti Peredo, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Luis Espinal y otros mártires que por una Patria libre y con justicia social, ofrendaron sus vidas.

Como en el último período, el presidente Carlos Mesa, ha recurrido a criminalizar, satanizar y penalizar a los movimientos sociales, en el pasado otros dignatarios y representantes de partidos políticos del MNR, MIR, ADN y NFR utilizaron la represión, el chantaje y la prebenda para tratar de destrozarnos; no lo pudieron.

El MAS, es el instrumento político de los pobres de Bolivia. De la mayoría nacional. Somos un movimiento de la identidad de aymaras, quechuas, guaraníes y otras nacionalidades indígenas, pero también de campesinos, colonizadores y cada vez de más sectores sociales en las áreas urbanas del país.

A diferencia de los partidos tradicionales, la fortaleza del MAS radica en las decisiones que emanan de los ayllus, comunidades, capitanías, sindicatos, centrales y federaciones. Todo desde las bases.

Este movimiento no sólo tiene ascendencia nacional sino internacional, muy pronto fundaremos el MAS en el Perú y luego en otros países.

Con el objetivo de ser parte de la construcción de la Patria Grande-como soñaron nuestros antepasados- nuestro reto en el futuro es lograr la unidad social y política no sólo para llegar al gobierno sino para tomar el poder…

Bolivia, 27 de marzo de 2005.
Evo Morales Aima, presidente del MAS