Defensoras de Derechos Humanos explicaron que la “renta de vientres” no reconoce a las mujeres como seres humanos con derechos, sino que las reduce a “simples incubadoras” por tener una capacidad biológica y las somete a procesos de fecundación que las arriesgan a contraer enfermedades o perder la vida.
Durante el tercer día de charlas virtuales “Para entender los vientres de alquiler y lo que está pasando en la Suprema Corte” con motivo del reciente fallo de la Suprema corte de Justicia de la Nación (SCJN), sobre maternidad subrogada, las especialistas calificaron a esta práctica como esclavitud reproductiva hacia las mujeres en donde su cuerpo es “un objeto”, que puede ser comprado por medio de un contrato, utilizado para cumplir el deseo de personas con privilegios, sometido a tratamientos médicos sin descanso con el fin de llenar los bolsillos de las agencias intermediarias y de quienes se inmiscuyen en esta forma reproductiva.
Resaltaron que esta práctica en particular recluta a mujeres jóvenes en condiciones de pobreza y con más hijos o menores de edad, las agencias intermediarias se valen de sus vulnerabilidades para convencerlas de que “rentar su vientre” es una manera “sencilla” y “sin riesgos” de ganar mucho dinero pero una vez que ellas firman los contratos son amenazadas de muerte, inseminadas a la fuerza con uno o más óvulos fecundados, incluso involucradas en delitos para que no puedan escapar.
En los procesos de gestaciones, añadieron, las agencias intermediarias o las personas solicitantes aseguran responsabilizarse de pagar los gastos de las revisiones médicas, los alimentos y demás, sin embargo, en ocasiones no es así, por lo que las mujeres deben buscar cómo solventar esos gastos a la par de los de su familia, pero siguen siendo vigiladas por las agencias.
Al ser inseminadas, dijeron, con uno o más óvulos, las mujeres pueden tener uno o más bebés en el parto y éstos pueden desarrollar enfermedades o nacer con complicaciones. Esto es grave porque ellas muchas veces no están enteradas de ese riesgo, los padres solicitantes no quieren llevarse a más de un bebé o los abandonan si están enfermos, las agencias desaparecen y entonces esos niños quedan en el limbo, sin padres y sin un hogar.
En Estados Unidos, contaron, se muestra a las personas solicitantes “catálogos de mujeres” para que elijan las características que desean que sus hijos e hijas puedan tener y vender “el vientre” en alrededor de 3 millones de pesos, de los cuales 1.25 se da a las mujeres. Ellas son llevadas a un granja, donde son atendidas por personal médico, las privan de su libertad para evitar que no tengan relaciones sexuales, coman lo que se les recete y las meten en un tratamiento psicológico para que entreguen a los bebés sin arrepentirse y firmen su renuncia a la patria potestad.
Recordaron que en los años ochenta en este país encontraron una granja donde cientos de mujeres eran obligadas a tener bebés que eran enviados a otros países para ser explotados con fines sexuales, lo que en su opinión, temen que suceda con el fallo de la Corte que abre aún más la puerta a que suceda en el país, pues aunque haya una regulación de esta materia, eso no asegura qué sucede con las y los niños una vez nazcan.
Comentaron que las parejas extranjeras prefieren venir a México a “rentar un vientre” porque es más barato para ellas, a pesar de que por ley no pueden. Tal es el caso de personas turistas que suben sus “tutoriales” a redes sociales en las que explican cómo acceder a esta práctica, las ventajas, desventajas y exigen “contratar” a una mujer que “sea buena persona” y “profesional”.
Este mensaje, dijeron, es misógino y refuerza la idea que las mujeres no son personas, son “objetos de mercantilización” sin derechos, sin sentimientos ni emociones y las deshumaniza al igual que las y los niños, por ello exigieron que la SCJN comience a nombrar estas violencias dentro de su discurso de “libertad” y deje de referirse a las mujeres como “personas gestantes” o que prestan “servicios de subrogación” que invisibiliza su derecho a la maternidad y a una vida digna.
Declararon que la “renta de vientres” no debe ser regulada, sino abolida y llamaron a que las mexicanas se enteren sobre el tema, lo difundan y estén atentas a lo que suceda en los congresos. “No queremos que se llegue a regular esta práctica porque es beneficiar al sistema patriarcal, a las personas privilegiadas y que no se preocupa por la integridad de las mexicanas ni de los nacidos”, dijeron.
En este segunda charla participaron defensoras de Derechos Humanos quienes llamaron a que no se legisle la “renta de vientres” en los congresos de las entidades mexicanas porque es una práctica que viola los derechos de las mujeres al explotarlas de forma reproductiva y considerarlas a ellas y las y los niños como “mercancía” y “objetos” que pueden ser comprados y vendidos por terceras personas, lo que conlleva a que puedan ser involucrados en la trata de personas o redes de prostitución.
Hace una semana, la SCJN invalidó diversas disposiciones del Código Civil de Tabasco en materia de “renta de vientres” y exhortó a los congresos de los estados mexicanos a legislar sobre este tema a fin de “evitar la clandestinidad” y “riesgos para las mujeres gestantes” y la “incertidumbre para los nacidos” a través de estas técnicas. Actualmente sólo Tabasco y Sinaloa tienen regulada esta práctica.
Fuente: https://cimacnoticias.com.mx/2021/06/17/maternidad-subrogada-una-forma-de-esclavitud