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Medidas favorecen a exportadores cuando crecen la pobreza y la desocupación

Fuentes: Rebeklión / CLAE

En un marco de crecientes pobreza y desocupación e insistentes e interesados rumores de una megadevaluación, el gobierno argentino de Alberto Fernández postergó la reanimación del consumo y con ello el nivel de vida de la población, y adoptó medidas que favorecen a los exportadores, en un intento para garantizar el ingreso de divisas al país.

El gobierno presentó el 15 de septiembre su plan económico-social en el Presupuesto 2021 y, ante la demora en la liquidación de las exportaciones, adoptó medidas que reducen temporal o estructuralmente las retenciones y concedió aumentos en los reintegros, se supone previo conocimiento de la situación y compromisos de los exportadores, para que el ingreso de divisas disipe la presión devaluatoria..

Por otra parte el gobierno de Alberto Fernández buscó mejorar el perfil de las exportaciones con mayor valor agregado, con el fin de que ésto permita generar más trabajo y elaboración local

Pero lo cierto es que en un marco de pobreza y desocupación creciente, se posterga la reanimación del consumo  y con ello el nivel de vida de la población, se encarecerán los precios de los alimentos, sobre todo de la carne  y el costo del dinero, que es una combinación que deprimirá más el mercado interno, que es justamente todo lo contrario a lo expuesto en el plan económico  esbozado en el Presupuesto 2021.

Dejarle al Banco Central que fije la tasa de interés y el tipo de cambio (devaluación a los saltos) sin ningún parámetro sino a su buen saber y entender, es darle el poder a los 10 grandes bancos privados del país que son sus mandantes, es poner al zorro que cuide el gallinero.  Se reedita el clásico tasa de interés versus precio del dólar en desmedro del salario, del empleo y de  la pequeña y mediana producción.

El economista Horacio Rovelli señaló que en un marco de pobreza y desocupación creciente, se posterga la reanimación del consumo  y con ello el nivel de vida de la población, se encarecerán los precios de los alimentos -sobre todo de la carne-  y el costo del dinero, que es una combinación que deprimirá más el mercado interno, que es la antípoda del plan económico presupuestado para el año que viene”.

Claudio Lozano, integrante del directorio del Banco Nación señaló su apoyo a las compensaciones a los pequeños y medianos productores que están segmentadas por tipo de explotación y  los estímulos fiscales para agregar valor en la producción industrial. Y agregó que es muy complicada la decisión del Banco Central de acelerar la devaluación y complicadísimo convalidar una baja de las retenciones, que ya se las cobraron a los productores los exportadores que están reteniendo cuatro mil millones de dólares”.

“Lo más grave es que parece ser una moneda de cambio en el marco de un acuerdo que espero no se concrete con el Consejo Agroindustrial Argentino, que no es otra cosa que llevar al extremo el proceso de sojización al palo de la Argentina, añadió el economista a Radio Gráfica.

Indicó que  esta parte de las medidas convalidan las presiones de carácter desestabilizador de quienes han venido en estos últimos meses tratando de condicionar al gobierno, que queda muy condicionado en materia de manejo de las divisas. Los exportadores en ocho meses exportaron 37 mil millones de dólares e ingresaron solamente 33 mil, o sea que hay 4 mil millones que están afuera y que serían sumamente importantes hoy, dijo.

También se pronunció el recién lanzado Espacio de la Producción y el Trabajo Nacional, que denunció las presiones desestabilizadoras y alertó que  con devaluaciones cambiarias que conllevan una redistribución regresiva de los ingresos reales de la mayor parte de la población no se evitará la escasez de divisas y se ahondará la crisis estructural social y económica del país”.

Previo a los anuncios del gobierno, el dirigente chacarero Pedro Peretti, señaló que detrás de todo ésto está el CEO de la trasnacional Cargill, Gustavo Idígoras, titular de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina, donde se nuclean las más grandes exportadoras de granos que facturan entre 27 y 30 mil millones de dólares al año, y que son en definitiva las que presionan y fijan el tipo de cambio.

Estas decisiones implican un importante y riesgoso costo político. Son medidas que sólo se pueden explicar por la falta de intervención del Estado en el estratégico mercado de granos y como consecuencia de la marcha atrás en el control de la “empresa vaciada” –en referencia a la agroexportadora Vicentin que el gobierno propuso expropiar pero luego dio marcha atrás-, que podría quedar en manos extranjeras (de la trasnacional Glencore).

Tras los anuncios del ministro de Economía Martín Guzmán para conseguir reforzar las reservas del Banco Central con dólares y generar estímulos en sectores estratégicos que empujen una economía crítica por la pandemia, el economista Ricardo Aronskind,. señaló que “el gobierno tendría que haber sido más contundente queriendo quebrar la mirada devaluatoria, se está pensando muy en chiquito”,

Sobre el anuncio de las retenciones, consideró que “no es una medida que me parezca buena salvo que haya una conversación realizada con el sector y sea un precompromiso. Es un incentivo a que entreguen los dólares, pero a una parte del sector agropecuario que generó expectativas de una devaluación, les parece muy poco”. Añadió que el gobierno se comporta como si fuera débil frente al sector privado: el poder hay que ejercerlo”.

Para varios analistas, la batalla por la devaluación (o no) es muy importante porque implica socialmente un golpe fuerte al salario a cambio de que se enriquezca un sector muy reducido, en medio de una batalla que es económica, pero que es también política. En este contexto de economía más pandemia, forzar una devaluación es una caída adicional.

El pacto social

Mientras, el presidente Alberto Fernández acelera un Pacto Social con empresarios y sindicalistas, un amplio espectro que incluye a la Confederación General del Trabajo (CGT) hasta la Unón de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) pasando por la Unión Industrial Argentina (UIA) y distintas cámaras empresarias. La intención del gobierno es avanzar con agenda de acuerdos de precios y salarios.

Un pacto sui generis, porque comienza luego de que el gobierno anunciara hace unas tres semanas sus nuevo plan económico, y en medio de datos estadísticos sociales que certifican una pobreza del 40,9% lo que significa que existen 18,5 millones de pobres (2,5 millones más que un año atrás, cuando estaba en el 35,4%). Y un 10,5% de la población es indigente, son 4,8 millones de personas (1,3 millones más que en 2019). 

Si se habla de niños menores de14 años, el nivel de pobreza se eleva al 52,6% y la indigencia al 15%. Y en el análisis por edades, la mayor pobreza se registra entre los jóvenes entre 14 y 25 años. Las perspectivas de sustanciales mejoras, para el segundo semestre del año, no son muy grandes.

Los superricos

El papel de trabajo “Los orígenes de los superricos: base de datos con las características de los multimillonarios” de febrero de 2016 -de Caroline Freund y Sarah Oliver, investigadoras del think tank conservador Peterson Institute- desnuda la razón más factible de ese comportamiento.

En 2014 los que habían heredado el mango de la sartén en el mundo significaban 30,4%, el 69,6% la habían conseguido por sus talentos. Los puntos de referencia indican que Latinoamérica el 49% eran herederos y 19,3% fundadores de las empresas. En la Argentina el 80% herederos y cero fundadores de empresas, en los Estados Unidos el 29 y 32,1% y en Japón 18,5 y 63% respectivamente.

La comparación sugiere que al ser los herederos de una clase empresarial que desde el golpe de Estado cívico-militar de 1976 prosperó estropeándoles la vida a los trabajadores. Sus fervores innovadores no parecen ser otra cosa que una estrategia discursiva para encubrir los reales ejes de su comportamiento, que es el de conservar todo como está y conseguir subsidios

El 11 de agosto de 2019, el triunfo en las elecciones internas del peronismo, interrumpió un estallido social que parecía inminente y que sigue siendo la amenaza latente ante la grave crisis social, sanitaria, económica y financiera que vive el país.

Claudio della Croce. Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)