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Mexicanos al grito de Paz

Fuentes: Rebelión

El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) clausuró las jornadas «Diez días por la Paz y los Derechos Humanos» al lado de integrantes de varias asambleas locales del movimiento YoSoy 132 delante de la Embajada de los Estados Unidos (EEUU) en la Ciudad de México. Fue también un acto de bienvenida a […]

El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) clausuró las jornadas «Diez días por la Paz y los Derechos Humanos» al lado de integrantes de varias asambleas locales del movimiento YoSoy 132 delante de la Embajada de los Estados Unidos (EEUU) en la Ciudad de México. Fue también un acto de bienvenida a los que viajaron con la Caravana por la Paz que pasó por más de 27 ciudades de los EEUU durante un mes. Por primera vez, los dos movimientos organizaron un acto conjunto en un día significativo, el 21 de septiembre, declarado Día Internacional por la Paz por las Naciones Unidas.

Las jornadas «Diez días por la Paz» empezaron el pasado 12 de septiembre en el mismo lugar, delante de la embajada de los EEUU en la Ciudad de México y coincidiendo con el fin de la Caravana por la Paz en Washington. Ese día, los integrantes del MPJD y organizaciones que participaron de las jornadas declararon el 12 de septiembre como el Día Nacional por la Paz en México e iniciaron diez días de foros, debates, acciones noviolentas y representaciones artísticas bajo el eje de construcción de paz.

«Mexicanos al Grito de Guerra»

Así empieza el himno nacional de la República Mexicana, pero esta semana los mexicanos han gritado una vez más por la paz de su nación demostrando que no van a quedarse de brazos cruzados. Muestra de ello fue el pasado día 15, el día del Grito de Independencia en México. Los Yosoy 132 se organizaron para señalar con sus «láser» en medio del zócalo de la Ciudad de México a Felipe Calderón, al que anunció la guerra contra las drogas y que, tal como declararon el 20 de septiembre, «sigue empecinado en que la violencia es la estrategia correcta para conducir este país a la paz».

El rostro de Calderón, pintado de verde fosforescente. Los medios de comunicación no pudieron esconder de ninguna manera el señalamiento al culpable de esta guerra en la que no han faltado los muertos, desaparecidos y huérfanos. Tal como expresaron los Yosoy 132 el 20 de septiembre «ahora los poderes fácticos de este país pretenden condenarnos a 6 años más de guerra con Enrique Peña Nieto, quien también sostiene un discurso violento justificado por un estado de derecho inexistente y que ha sido responsable de perseguir, violar y asesinar a quienes se le han opuesto». Son conscientes de que la lucha es larga y lenta y de que hay que continuar estrechando alianzas, ser creativos y no olvidar. Seguir señalando a los culpables, exponerlos, pedirles cuentas y conseguir que cada vez más mexicanos se organicen «al grito de paz».

«No puede haber paz auténtica sin democracia, sin justicia y sin dignidad»

El MPJD lleva desde el 8 de mayo de 2011 organizando a las víctimas de la guerra contra las drogas. Ahora, varias asambleas del movimiento Yosoy132 se unen a esta agenda de lucha por la paz. La noche del 20 de septiembre durante la lectura de su posicionamiento reconocieron el trabajo que ha llevado a cabo el MPJD que «con su labor ha evidenciado este estado de guerra que se vive en México y cómo el gobierno mexicano no sólo no reconoce a las victimas de esta guerra sino que además las niega, las criminaliza y las reprime».

Además añadieron que «no puede haber paz auténtica sin democracia sin justicia y sin dignidad» y apelaron a la necesidad de alianzas: «Queremos que este grito de todos se convierta en una sola voz que se escuche más fuerte que las balas, que haga callar a las botas militares, que rompa con el silencio estruendoso del miedo, que sea más fuerte que los toques de queda, que sea una voz libre que despierte un deseo de paz justa y digna. Esta luz que encendimos el 11 de mayo y que simboliza nuestra esperanza, hoy la compartimos con ustedes, compañeros del MPJD para que podamos arder juntos y juntos iluminar esta oscuridad.»

Y es que ahora más que nunca es necesaria la unión entre movimientos que tienen agendas comunes. Luis Gómez, organizador del Movimiento por la Paz insistió que «no hay paz sin democracia y no hay democracia sin paz» y que la articulación entre movimientos y organizaciones es clave «hasta que logremos un México con paz, justicia y dignidad». Según Gómez, se ha empezado a tejer hace meses una relación con los Yosoy132 con los que comparten puntos de la agenda y sobre todo una perspectiva de cuáles son las bases mínimas para reconstruir el tejido social y el país. En efecto, hay puntos en los que coinciden las agendas de ambos movimientos de forma clara: abrir canales de participación y rehacer el tejido social, generar una reforma política, abrir espacios de democracia participativa y sobre todo, la democratización de los medios de comunicación. En estos puntos coinciden los Yosoy 132 con algunas de las demandas anunciadas por el MPJD en el Zócalo de la Ciudad de México el 8 de mayo de 2011.

En esta misma dirección se expresó Javier Sicilia, poeta que inspiró desde su inicio el MPJD, agradeciendo el «ser arropados» por el movimiento Yosoy 132: «los jóvenes y su lucha ha sido conmovedora. Los esperábamos desde hace mucho y aquí están y para quedarse siempre, para hacer la democracia y cambiar la historia de este país tan fracturado y dolido.»

En plena vigilia del Día Internacional por la Paz Carlos Moreno, organizador del MPJD, subrayó la necesidad de una ruta de paz y respeto a los derechos humanos en México contando parte de su historia: «Tengo un año y tres meses buscando a mi hijo y no lo encuentro. No quiero que nadie más pase por esto. Soy Padre de Jesús Israel Moreno Pérez desaparecido en las playas de Oaxaca, en Chacahua. Nadie desaparece. A él se lo llevaron. Debe ser la delincuencia o las mismas autoridades que se han coludido con ella. Es algo ya común, desgraciadamente la sociedad mexicana lo vemos como si fuera uno más. Nos debería aterrar el hecho de que una sola persona desapareciera. Desgraciadamente no se respetan ni los derechos humanos y las autoridades hacen que investigan cuando en realidad no hacen nada».

En este sentido, el discurso de los Yosoy 132 recogió la necesidad de gritar por la paz y reconocer, como dijeron, que todos somos victimas de un Estado que ha pasado de incompetente a cómplice:

«Nosotros, la sociedad en general, somos víctimas, no somos daños colaterales, no aceptamos esta condición porque esto exonera de responsabilidades a quienes nos han obligado a vivir en este estado de excepción, a quienes han sido cómplices por cerrar los ojos y por suprimirnos, por matarnos, por secuestrarnos, desaparecernos y desplazarnos una y otra vez con su política de muerte. 80.000 muertos, 30.000 desaparecidos, 250.000 desplazados de manera forzada, 20.000 huérfanos y 5.000 niños asesinados, todos victimas de decisiones tomadas a espaldas de la sociedad.»

 

«México pone la corrupción y los muertos, los EEUU las narices y las armas»

Los Yosoy 132 se unieron a la peticiones incansables del Movimiento por la Paz e hicieron también un llamado al pueblo norteamericano «para que se solidaricen con nosotros y los pueblos del mundo que han sido victimas de esta política de guerra para que juntos construyamos la paz». Y lo hicieron con demandas bien concretas:

«Aquí enfrente de la Embajada de los EEUU les pedimos que dejen de promover esta guerra e impulsarla con los acuerdos que violentan nuestra soberanía como el ASPAN – Asociación para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte- y la Iniciativa Mérida, que dejen de ser cómplices al introducir armas a México con el operativo Rápido y Furioso, que cancelen los acuerdos de cooperación que les permiten de manera impune realizar operativos en nuestro territorio. Venimos a decirles que no somos una estrella más de su bandera, que no somos parte de su seguridad interna, que no aceptamos que nos importen su sistema de violencia.»

Javier Sicilia puntualizó, durante su discurso que el dolor de los mexicanos a causa de esta guerra contra las drogas, tiene un origen binacional y completando una frase del escritor uruguayo Eduardo Galeano dijo: «México pone la corrupción y los muertos, los EEUU las narices y las armas».

El Movimiento por la Paz desde hace año y medio no ha dejado de marchar pidiendo un fin inmediato a la guerra, justicia a las víctimas y rescatar, en palabras de Sicilia, «la dignidad de lo humano y salvar la democracia». Sicilia aclaró que hacían un acto delante de esta frontera simbólica para decirle al estado norteamericano, al estado mexicano y a los poderes fácticos «que florecen, bajo el amparo de la guerra y han convertido nuestra época en un tiempo de penuria, que no lo lograran. A decirles que a pesar de todos los sufrimientos que nos han infringido y a pesar de este dolor sin nombre que día con día se empeñan en grabar en nuestra carne, a pesar de que quieren instalarnos la violencia creciente con progreso como forma de vida, a pesar de la confusión que ha sembrado hemos venido a decirles que estamos de pie y que los obligaremos, con nuestra dignidad a construir la paz y a proponerla como prioridad de la agenda binacional.«

Sicilia hizo referencia las largas luchas civiles que lograron la transición democrática en México pero puntualizando que, 14 años después «nuestras vidas se volvieron más terribles bajo la violencia de la guerra y las cadenas del crimen organizado y del estado mexicano y norteamericano». El balance de Sicilia fue que 14 años después hay miles de hijos muertos, desaparecidos, familias rotas y millones de mexicanos, de migrantes y afroamericanos en estado de indefensión; «la democracia se pierde y la ignominia campea en el fracaso del Estado y de sus partidocracias».

Tanto los Yosoy 132 como el MPJD concluyeron sus discursos diciendo que no habrá descanso ni tranquilidad en EEUU ni en México hasta que se recupere la paz y la justicia que, en palabras de Sicilia «nos han arrancado con esta guerra absurda.»

 

Ardiendo juntos en busca de la paz

El poeta, visiblemente cansado después de un mes de Caravana por los EEUU parafraseó a Martin Luther King: «Estamos de nuevo aquí dramatizando una condición vergonzosa. Cuando los padres fundadores de ambas republicas escribieron las palabras de nuestras constituciones firmaron un juramento: que a todos los seres humanos se les garantizaría el derecho a la vida, la libertad, la justicia y la paz. Es obvio que hoy tanto EEUU como en México han incumplido este juramento en lo que concierne a los ciudadanos mexicanos latinos y negros. Pero nos rehusamos a creer que eso sea falso. Por eso hemos venido de nuevo hasta aquí a que hagan valido este juramento y que lo hagan con urgencia. Estos momentos de emergencia nacional no son el momento para tomar tranquilizantes de gradualismo. Es el momento de hacer realidad las promesas de democracia de justicia y de paz que están en el corazón de ambas naciones. Es el momento como lo dijo Martin Luther King, de sacar a nuestros países del las arenas movedizas de la injusticia de la violencia y de la corrupción hacia la roca solida de la hermandad.»

El poeta Sicilia declaró que «nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros muertos no encuentren justicia y nuestros países paz. Nosotros ardemos y seguimos ardiendo en busca d e la paz y la justicia que nos han arrancado y sin la cual la democracia no existe.»

 

Organizar alianzas por la paz y la democracia auténtica

Según Luís Gómez, la Caravana a los EEUU tenia dos ejes fundamentales: uno, articular en EEUU una red de organizaciones contra la guerra contra las drogas y con la gente que sufren en el país del norte las consecuencias directas de ésta: el rompimiento del tejido social y encarcelamientos masivos a las comunidades afroamericanas, latinas o hispanas que son criminalizados. Y dos, ver el problema de las drogas como un problema de salud publica y no como un problema de seguridad nacional.

Además, se pretendió seguir poniendo en el foco internacional el tema de la emergencia nacional en México: «ir a EEUU a evidenciar cuales han sido las consecuencias de una política estadounidense en nuestro territorio y acreditar cómo los tratados binacionales para la cooperación sólo han abonado a la violencia y apoyado a la militarización del país».

Gómez añadió que los próximos pasos después de tres caravanas (al norte de México, al Sur y ahora en EEUU), después de reunir a las victimas de México y de los EEUU «termina una etapa, la de las Caravanas, la de salir a generar vínculos. Es un momento de consolidar las que ya se tienen en los distintos estados y ahora también en EEUU y trabajar los procesos de organización interna».

Además el MPJD va a seguir trabajando la agenda ya lanzada y conseguir que se publique la Ley General de Victimas, que se aprobó en el Congreso pero Felipe Calderón no quiso publicar porque «le da responsabilidades de lo que se ha hecho desde 2006 en esta guerra contra el narco y creemos que es uno de los puntos fundamentales por los cuales se le podría juzgar posteriormente por crímenes de guerra», comenta Gómez.

La Caravana que el MPJD concluyó en Washington ha buscado poner en la conciencia de los ciudadanos de EEUU de que México está en guerra y la necesidad de que juntos, estadunidenses y mexicanos, presionen sus gobiernos para que tomen la ruta de la paz: «Sólo la presión ciudadana puede hacer que los gobiernos sirvan nuevamente a los intereses de la nación, y no al sometimiento que el crimen y la maximización del dinero les están imponiendo. No hemos pretendido en estos largos días hacer grandes cosas. Somos poca cosa frente a la inmensidad del mal. Sólo hemos encendido una vela por la paz en el centro de la cara oscura de esta guerra», comentó Sicilia.

Es significativo que los Yosoy 132 y el Movimiento por la Paz se unan en acciones y pongan sus agendas en consonancia para, como dicen los Yosoy132 «iluminar esta oscuridad», construir una democracia auténtica que, como bien expresaron integrantes de ambos movimientos no puede existir sin paz.

Gritar con arte

El acto simbólico delante de la embajada contó con performances creativas de la mano del Colectivo Arte Acción que simbolizaron la narcotización de la sociedad mexicana enfrente de la guerra contra las drogas y el encarcelamiento y la muerte de México por las políticas de los Estados Unidos relacionadas con el tráfico de armas y la política de drogas.

Andrés Hirsch, miembro del Colectivo Reverdecer y de Estudiantes por una Política sensata de drogas capitulo UNAM viajó con la Caravana a los EEUU y nos contó que «significó atravesar un país completo. Pudimos conocer EEUU con este mensaje: tienen que transformar sus políticas en cuanto a trafico de armas, migración, la seguridad binacional, el lavado de dinero y en cuanto a política de drogas».

Para visibilizar estos mensajes se hicieron mítines políticos, hablaron testimonios de víctimas con sus casos pero se acompañó también con participaciones artísticas. Hirsch forma parte de plataformas de arte de los Yoso132 y viajó a la Caravana con su esténcil móvil: «Fuimos haciendo camisetas y letreros para vincularnos con artistas urbanos y callejeros de los EEUU que llevaban sus propios diseños e hicimos una red de artistas binacionales».

Una de las acciones que hicieron fue una camiseta con un mapa rojo que incluía México y EEUU sin ninguna frontera y con las cifras del lado de EEUU de un millón de deportados y del lado mexicano 70.000 muertos miles de familias desplazadas, más de 20.000 desaparecidos.

 

Nueva etapa: gritar con más fuerza

Con el fin de la Caravana por la Paz en los Estados Unidos empieza una nueva etapa para el movimiento mexicano contra la guerra contra las drogas. Se acaban las caravanas y las grandes marchas para empezar a trabajar las alianzas que forjaron al Norte y al Sur de México -y sus referentes en los distintos estados- así como con los integrantes del movimiento Yosoy132 y las nuevas alianzas que encontraron durante el periplo por los Estados Unidos.

Además, el poeta Javier Sicilia, quien el 8 de mayo de 2011 inspiró el Movimiento por la Paz anunció su retirada momentánea de lo que podemos llamar la primera línea visible del MPJD para, a su vez, ir organizando y empoderando a las demás víctimas que son el corazón y la razón de ser del movimiento para que tomen las riendas como es debido. Sicilia continuará presente como figura de indiscutible autoridad moral y no abandonará el MPJD pero, como declaró, «necesita descansar» después de un año y medio de caravanas, diálogos con los representantes políticos y de reunir a las víctimas y huérfanos de guerra de México y ahora también, de los EEUU. 

Publicado en castellano en Otramérica y originalmente en inglés por Waging Non Violence.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.