México cierra el año con un peso fuerte que ronda los 18 pesos contra 22 que había mantenido, lo que no implica que esa situación financiera se vea reflejada en la economía diaria de los mexicanos mucho menos de los que menos tienen, sobre todo porque los productos de la canasta básica están por las nubes sin que haya autoridad federal que frene los voraces intereses de muchos negocios que suben y suben los precios sin que nadie les diga nada. La Procuraduría Federal del Consumidor quien pudo haber sido el ombudsman del consumidor simplemente no se ve su fuerza, acaso porque el mercado ha dejado la rectoría del estado atrás hace algún tiempo en este sentido.
Está por demás hablar de las acciones interinstitucionales que deberían darse entre estados y municipios en pro de la sociedad, porque éstas no se ven, no por lo menos en los últimos años, donde el panorama político electoral se encuentra polarizado dada la conformación partidista de estos, donde se ve claramente que se antepone al federalismo mexicano el sectarismo partidista.
2023 ha sido para México un año por demás difícil y se va con cuentas pendientes como las de otorgar seguridad pública a sus habitantes que hoy por hoy, sobre la economía, la salud, la educación y el empleo entre otros, es la principal preocupación de los mexicanos a lo largo y ancho del país, porque efectivamente es cierto, sin vida no hay nada de lo antes mencionado.
Independientemente de que el gobierno actual haya modificado su esquema de contabilidad de desaparecidos, lo cierto es que, en el colectivo nacional, miles sino es que decenas de miles, buscan por cualquier parte o lugar tener un dato, razón, información de un ser querido que no aparece, que simplemente salió de su casa un día y ya no regresó sin que se tenga datos de él o ellos.
Para la real lengua española la palabra desaparecido significa “que se halla en paradero desconocido, sin que se sepa si vive” y, eso, también significa para quienes los buscan. No saben ni su paradero ni si viven, al grado que muchos de ellos en muchos años, no les ha sido tramitado “judicialmente la declaración de ausencia” con la esperanza de que aparezcan vivos.
Lo mismo sucede con quienes sí saben que sus familiares han fallecido a causa de un homicidio que significa “muerte causada a una persona por otra. asesinato, crimen”, quienes en su mayoría tienen cristiana sepultura, pero no justicia para su fallecido.
Informes oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, arroja que en 2023 se han cometido al corte a noviembre, dos millones 13 mil 918 delitos de “todo tipo”, es decir, 6 mil 29 cada día, 251 cada hora, 4 cada minuto. De éstos 38 mil 422 son homicidios, de los cuales 23 mil 282 son dolosos y 15 mil 140 son dolosos, entendiendo por doloso el crimen común y corriente, con alevosía y ventaja. De estos homicidios tenemos que fueron cometidos al corte de noviembre 115 diarios, 4 cada hora, 1 cada 15 minutos, que, de seguir la tendencia al 31 de diciembre, tendremos casi 42 mil homicidios, y en los primeros 15 días de enero 2024, mil 725. Las tablas oficiales hablan de 769 feminicidios la gran mayoría con armas de fuego y cuchillos, 83 delitos contra la libertad y la seguridad sexual, medio millón a robo a casa habitación, 60 mil robos y asaltos en vía pública, 100 mil fraudes, 300 mil delitos contra la familia, violencia familiar y de género, 183 mil amenazas, 83 mil detenciones por narcomenudeo, entre otros. Todo lo anterior no considera el subregistro que no se tienen datos porque no se denuncia ante la autoridad por diversas causas.
Por su parte el INEGI, en su Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, 2023, literalmente señalando dicho informe que “Las razones para no denunciar delitos se atribuyeron a la autoridad en 59.0 %; otras causas ocuparon 40.3 % y en 0.7 % de las ocasiones, no se especificó. De las causas atribuibles a la autoridad, los motivos más comunes fueron pérdida de tiempo, con 31.5 %; desconfianza a la autoridad, con 14.7 % y trámites largos y difíciles, con 8.8 por ciento. Dentro de otras causas, los motivos más comunes fueron: falta de pruebas, con 11.9 %; se consideró un delito de baja importancia, con 11.2 % y miedo del agresor, con 5.7 por ciento. Así el informe.
El propio portal oficial nos dice que de 1961 al 2023, en México se han dado 304 mil 524 desapariciones, con 190 mil 852 localizadas, 113 672 desaparecidas y no localizadas, de las cuales total, 14 mil 634 han sido localizadas sin vida, sin decir periodos, sexenios, metodología.
Como vemos cerramos un 2023 en México difícil y esperamos que 2024, sea un año de trabajo institucional entre todos los poderes, partidos políticos y actores, donde solo haya un interés común que parece no lo hemos visto, la unidad nacional y la seguridad pública y garantía plena de los derechos humanos y vida de los mexicanos y quienes sin serlo residen en el país.
Rafael Marín Marín es Secretario General del Frente Nacional Jurídico en Defensa de la Constitución y el Estado de Derecho.
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